VALÈNCIA. (EP). La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda realizar 150 minutos semanales de actividad física, hábito que dos de cada diez españoles no siguen, según los especialistas Blua de Sanitas.
El mantenimiento de hábitos de vida sedentarios es un factor de riesgo a la hora de desarrollar enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, demencia y cáncer, según se refleja en un estudio reciente de OMS.
Para poder cumplir el objetivo de los 150 minutos de actividad semanales es necesario seguir una serie de pautas, como crear una rutina deportiva en la que se empiece de forma progresiva, buscando una actividad que motive, lo que invitará a mantener el hábito deportivo durante todo el año.
Así, y siempre que esto se haga correctamente, se podrán conseguir muchos beneficios como "mejorar en los niveles de glucosa en sangre, de la capacidad y dinámica respiratoria o disminución de la tensión arterial", señala el entrenador personal de Blua de Sanitas, Javier García García.
Otra opción es buscar el consejo de un entrenador físico, que "ayuda a establecer un plan de acción adecuado al nivel fisiológico y disponibilidad de tiempo de cada persona", recomienda el experto. Ponerse metas es igual de importante que tener claro a dónde se quiere llegar y visualizarlo, lo que da muchas más posibilidades de alcanzar el objetivo. Además, establecer un plan de acción y ser constante es otro aspecto fundamental a tener muy en cuenta.
Todas estas claves han de estar correctamente planificadas. Lo primero es realizar un calentamiento adecuado antes de entrenar, teniendo en cuenta que las primeras dos semanas son de adaptación, así que es mejor comenzar con ejercicios suaves.
Empezar muy fuerte con el objetivo incrementará las posibilidades de dejarlo rápidamente, lo importante es la constancia, por lo que entrenar unos días y descansar otros administra la motivación. También es importante incluir ejercicios de fuerza en cualquier rutina y estirar tras la sesión para prevenir lesiones y recuperar del esfuerzo realizado.
La alimentación juega un papel crucial en los hábitos saludables, es por ello que tiene que estar en sintonía con la actividad física. En este sentido, el profesional recomienda establecer horarios y, una vez instalado en la rutina, pautar todas las comidas del día, tratando de hacer cinco para mantener los niveles de insulina, no saltarte ninguna y realizar cenas ligeras. Lo mejor son alimentos ligeros acompañados por fruta o algún lácteo en el almuerzo y la merienda.
La hidratación es otro de los factores a tener en cuenta, lo mejor es el agua pero de igual forma tomar muchos líquidos depura el organismo y elimina las toxinas. Lo idóneo es beber un vaso de agua nada más levantarse y tomar, al menos, un litro y medio o dos de agua al día.
En esta línea, los tés son grandes aliados a la hora de perder peso, pues el agua caliente o tibia ayuda a disolver la grasa, facilitando su expulsión. Las mejores opciones son el té verde o el té rojo.
Para concluir, García alerta del peligro de las dietas milagro, "no existen", normalmente "los kilos que se ganan durante las vacaciones se eliminan por sí solos al retomar la rutina y con un poco de control nutricional y ejercicio físico". En el caso de que no sea así, "se puede valorar someterte a algún tipo de dieta de adelgazamiento, pero siempre bajo la supervisión y/o asesoramiento de un profesional dietista".