FRÁNCFORT (EP). El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha marcado en el calendario de la institución la reunión del Consejo de Gobierno del próximo 3 de diciembre como el momento adecuado para que la entidad examine la necesidad de ajustar su programa de compra de activos, conocido como expansión cuantitativa o QE, incluyendo la opción de ampliar su volumen, composición y/o duración.
En la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno del BCE, que ha mantenido los tipos de interés estables en el 0,05%, el banquero italiano expresó la disposición de la institución a actuar y adelantó que "el grado de acomodación de la política monetaria (del BCE) necesitará ser reexaminado en la reunión de diciembre".
"Estamos listos para actuar si es necesario y estamos abiertos a valorar todo el menú a nuestra disposición", añadió el banquero italiano, quien apuntó que los miembros del Consejo mantuvieron una "rica" discusión al respecto.
Un mensaje que ha provocado fuertes ganancias en todas las bolsas de la Eurozona donde el Ibex 35 ha terminado revalorizándose un 2,05% hasta los 10.365,40 puntos; mientras la prima de riesgo ha descendido por debajo de los 113 puntos básicos.
El presidente del BCE desveló que algunos miembros del Consejo de Gobierno de la institución se mostraron dispuestos a que el banco central actuase inmediatamente, aunque esta posibilidad finalmente no contó con el respaldo suficiente en el seno de la entidad. "No se trata de esperar y ver, sino de trabajar y valorar", apostilló el máximo responsable de la política monetaria de la zona euro.
Asimismo, Draghi admitió que los consejeros del banco central no cierran la puerta a la opción de rebajar aún más el interés aplicado a la facilidad de depósito, actualmente fijado en el -0,20%, lo que implica que los bancos deben pagar al BCE para depositar su exceso de liquidez diario en la 'hucha' de la institución.
"Se ha discutido una mayor bajada de la tasa de depósito", reconoció Draghi ante los medios, defendiendo que si se produce un empeoramiento de las condiciones, un ajuste de las características del programa de QE está justificado, añadiendo que, en tal caso, "el conjunto de la postura en política monetaria debe ajustarse".
En este sentido, Draghi subrayó que los miembros del Consejo no tienen una especial preferencia por ninguna de las herramientas discutidas durante la reunión de este jueves.
A este respecto, Mario Draghi quiso defender la credibilidad del BCE, que en septiembre de 2014 aseguró que el -0,20% de la facilidad de depósito representaba el límite inferior alcanzable. "La credibilidad de un banco central se mide por el cumplimiento de su mandato. Hoy las cosas han cambiado", apuntó.
El presidente del BCE reiteró que el programa de compras de la institución, que fija un objetivo de compras de 60.000 millones de euros al mes, seguirá en funcionamiento hasta finales de septiembre de 2016 "o más allá si fuera necesario".
No obstante, Draghi recordó que las medidas aplicadas hasta ahora han respaldado la mejora en las condiciones de préstamo para empresas y hogares, así como los flujos de crédito.
En este sentido, subrayó que la política monetaria "no puede ser el único juego en la ciudad" refiriéndose a la necesidad de que las acciones del banco central sean complementadas con medidas y reformas en otras áreas.