El banquero italiano trató de mostrar su cara más 'dovish' para evitar una sobrerreacción del mercado
FRÁNCFORT (EP). El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) se planteará "en otoño" cuáles serán los siguientes pasos a seguir por la institución, que en su reunión de julio decidió por unanimidad no cambiar ni una coma de su mensaje a los mercados, así como tampoco fijar una fecha para el comienzo de las discusiones sobre la retirada de sus medidas de estímulo.
"Las discusiones tendrán lugar en otoño", dijo Mario Draghi, presidente del BCE, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno de la entidad, que decidió mantener el tipo de referencia en el 0%, así como el tipo de depósito en el -0,40% y el de préstamo en el 0,25%. El banquero italiano, que trató de mostrar su cara más 'dovish' para evitar una sobrerreacción del mercado, añadió que el Consejo del BCE fue "unánime" en la decisión de no modificar la comunicación de su estrategia de futuro, así como en la decisión de no fijar ninguna fecha para estas discusiones, añadiendo que la entidad "no ha encargado a sus técnicos la evaluación de alternativas para su programa de compras".
"No hemos discutido qué ocurrirá en septiembre o después (...) no hemos discutido adoptar medidas del estilo del Banco de Japón (...) no hemos discutido escenarios para la retirada de estímulos ('tapering')", afirmó Draghi ante la insistencia de los medios en conocer cuáles serán los próximos pasos del banco central. "La decisión no será provocada por un único dato", añadió el banquero. En este sentido, el presidente del BCE subrayó que, a pesar de la consolidación de la recuperación en curso, "aún es necesario un sustancial grado de acomodación de la política monetaria", ya que la inflación todavía no está donde el banco central desearía.
"La inflación gradualmente subirá hasta el nivel de estabilidad de precios, pero aún no está ahí. No está donde queremos que esté", reconoció el banquero, defendiendo la validez del objetivo de estabilidad de precios, ligeramente inferior al 2%, puesto que cambiar dicha meta cuando no se alcanza dañaría la credibilidad de la institución. "Necesitamos ser persistentes, pacientes y prudentes", declaró Draghi, añadiendo que el Consejo del BCE examinará en otoño los últimos datos a su disposición, ya que a la "robusta recuperación" de la economía de la zona euro solo le falta que se sumen los salarios y la inflación, por lo que un endurecimiento no deseado de las condiciones de financiación "es lo último que quiere el BCE".
"Queremos tener toda la información disponible", añadió el presidente del BCE, puesto que el Consejo no solo mira el crecimiento, ya que, de hecho, se fija antes en la senda de convergencia de la inflación y si esta es sostenible por sí misma. "Un endurecimiento no deseado puede dar al traste con la convergencia de la inflación", sentenció Draghi.
Por otro lado, al ser preguntado sobre la posibilidad de que el BCE compre deuda griega, el banquero italiano ha señalado que "es prematuro" discutir esta cuestión, subrayando que antes debe completarse la tercera evaluación del programa de rescate de Grecia. "Ha habido serios progresos", apuntó el presidente del BCE, añadiendo que la implementación total del programa de asistencia es clave para restaurar la confianza en los mercados.