VALÈNCIA (EP). La duración de los contratos inscritos en los servicios públicos de empleo se situó en febrero en una media de 48,49 días, su cifra más baja en este mes desde 2006, a pesar de que la reforma laboral introdujo penalizaciones a los contratos de muy corta duración y de que estableció el contrato indefinido como el ordinario, según datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) recogidos por Europa Press.
En concreto, la reforma laboral contempla una cotización adicional a pagar por los empresarios a la finalización de los contratos temporales de menos de 30 días que, actualmente, está fijada en 29,74 euros.
No obstante, la Orden definitiva de Bases de Cotización para 2024, que se publicará próximamente, elevará esta penalización un 5%, hasta los 31,22 euros, en consonancia con el aumento que experimentará la base mínima (+5%, lo mismo que el salario mínimo interprofesional).
Esta penalización fue concebida como una forma de desincentivar a las empresas a hacer contratos muy cortos, de días o de apenas cuatro semanas.
La duración media de los contratos de febrero (48,49 días) es la menor de un mes de enero desde el inicio de la serie en 2006, año en el que este indicador se situó en 85,01 días de media. A partir de aquel ejercicio, la duración media de los contratos registrados en los meses de febrero, en el que finalizan muchos contratos por el fin de la campaña de rebajas, comienza a descender.
En febrero de 2021, cuando aún no estaba vigente la reforma laboral, la duración media de los contratos era de 56,13 días, porcentaje que se elevó a 57,83 días en febrero de 2022, pero que bajó de nuevo, esta vez a 51,99 días, en febrero de 2023.
En febrero se registraron 1.137.407 contratos, un 4,8% más que en el mismo mes de 2023. De todos ellos, 523.445 fueron contratos indefinidos, cifra un 6,1% superior a la de un año antes, y 613.962 fueron contratos temporales, casi un 3,8% más que en igual mes de 2023.
En total, los contratos temporales representaron casi el 54% de la contratación total efectuada en el segundo mes del ejercicio, mientras que el 46% fueron indefinidos, porcentaje que supera el registrado en enero, cuando la proporción de contratos fijos fue del 42,7%.
En los dos primeros meses del año se han realizado 2,3 millones de contratos, un 1,6% más que en igual periodo de 2023. De ellos, 1,03 millones han sido contratos indefinidos, un 0,6% más, mientras que 1,29 millones han sido temporales, lo que supone un 2,4% más que en el mismo periodo del año pasado.
Según los datos del SEPE del mes de febrero, uno de cada cinco contratos (20,7%) que se firmaron en el mes (235.439 contratos) duraron menos de una semana, mientras que 54.850 contratos (el 4,8% del total) duraron entre 7 y 15 días.
Además, se firmaron 58.906 contratos con una duración de entre 15 días y un mes, el 5,1% del total, y 95.475 de entre un mes y tres meses, el 8,4%. De esta forma, el 30,7% de los contratos firmados en febrero presentaron una duración inferior a un mes, y casi el 40%, de menos de tres meses.
La subida interanual de la contratación indefinida en febrero fue consecuencia de los repuntes registrados en los contratos a tiempo completo, a tiempo parcial y en los fijos-discontinuos.
En concreto, en febrero se realizaron 246.879 contratos indefinidos a tiempo completo, un 7% más que en igual mes del año pasado; 144.201 contratos fijos-discontinuos (+2% interanual) y 132.365 contratos indefinidos a tiempo parcial (+9,1%).
Algunos expertos señalan que, aunque la reforma laboral ha impulsado al alza la conversión de trabajadores temporales en indefinidos, también ha elevado la "mortalidad" de los contratos indefinidos ordinarios, de forma que, aunque se hacen más contratos de esta modalidad, su duración es menor.
Pese a la penalización para los contratos de corta duración, se sigue manteniendo el patrón de contratar el lunes para despedir el viernes, de realizar contratos sólo para el fin de semana y de contratar el primer día de mes para despedir el último día de mes, según un informe reciente publicado por Fedea.