VALÈNCIA. Con las continuas llegadas de refugiados ucranianos a la Comunitat Valenciana, las familias acogidas vislumbran un nuevo frente en el horizonte: escolarizar a niños y niñas tan pronto como se pueda. Ocho días después del compromiso anunciado por Ximo Puig para llevar a cabo las escolarizaciones, la Secretaría Autonómica de Educación y Formación Profesional remitió una carta a los respectivos Consejos Escolares Municipales con las pautas a seguir para la inclusión de menores ucranianos a las unidades escolares existentes.
El escrito, datado del 10 de marzo y firmado por el Secretario Autonómico de Educación y Formación Profesional, Miguel Soler, se dirige a los respectivos responsables municipales de Educación para coordinar la "necesaria escolarización" de los refugiados de entre 3 y 16 años, así como "potenciar la deseable escolarización" de los que están fuera de ese rango. Tanto a alumnado de entre cero y tres años, a ubicar en escuelas infantiles, como a los mayores de dieciséis que deseen continuar formándose, las áreas de Educación municipales "deberán facilitar y fomentar" su escolarización también.
Las pautas de actuación establecidas desde la Conselleria que encabeza Vicent Marzá y comunicadas a los centros receptores de fondos públicos se traducen en tres criterios, con un orden de prelación establecido entre los mismos. Como prioridad, se ofertará a los solicitantes todas las vacantes disponibles en los centros circunscritos al municipio o distrito que corresponda para que puedan elegir destino. Se procurará, de ser el caso, garantizar la agrupación de hermanos, así como que puedan compartir colegio o instituto con los hijos de la familia de acogida.
De no haber vacantes en los centros próximos al domicilio de acogida para los niveles educativos correspondientes, se deberá informar al inspector de educación correspondiente para que proponga a su respectiva dirección territorial la autorización de un incremento de hasta el diez por ciento del total de alumnos permitidos por aula y así dar respuesta a las "necesidades inmediatas de esta población vulnerable".
Si nada de lo anterior pudiese llevarse a cabo, se posibilitaría la formulación al Servicio de Planificación Educativa de una propuesta para habilitar una o varias unidades educativas internivel que faciliten la acogida. Precisamente, tal y como fuentes de la Conselleria de Educación confirmaron a Valencia Plaza, un total de once unidades de este tipo estarían previstas para activarse esta semana en Torrevieja para "atender a la solicitud de plazas de escolarización" por parte de las familias refugiadas en la zona. Muchas de las comarcas alicantinas, tal y como exponen, tienen grandes concentraciones de colonias de ucranianos que llevan tiempo viviendo en la zona.
La Generalitat ya contaba con unas reglas de acogida desde 2018. El Protocolo de acogida de alumnado recién llegado, especialmente el desplazado, en los centros educativos de la Comunitat Valenciana cuenta con cuatro partes correspondientes al período previo a la incorporación del alumnado, el de su incorporación, el posterior a la incorporación y el de seguimiento/evaluación.
Bajo este marco se articularán los procesos de incorporación de los menores refugiados en territorio valenciano, así como otras ayudas adicionales. No obstante, desde la Conselleria diferencian dos tipos de núcleos familiares: aquellos que llegan por cuenta propia y son recibidos en casas de familiares o amigos residentes en la Comunitat, o aquellos que llegan vía cooperación institucional y que se concentran en los albergues de los que dispone la Generalitat.
Para los primeros, el transcurso de las operaciones se ceñirán a lo estipulado en la carta del 10 de marzo. Educación está "garantizando" que se puedan escolarizar a los solicitantes siguiendo un criterio u otro en base a las realidades escolares de los diferentes municipios.
"En la mayoría de las poblaciones donde se ha solicitado la escolarización de menores se cuenta con suficientes plazas para estos casos sobrevenidos", alegan fuentes de la Conselleria en relación a las zonas de mayor concentración de refugiados.
Para las familias trasladadas gracias a la colaboración institucional, el acompañamiento a los menores ya ha sido activado, según afirmaron, y esta semana "disponen de profesorado", con el que, "junto a traductores", ya han iniciado actividades de "dinamización educativa". No obstante, no son estas las únicas acciones preparadas que Educación ha dado a conocer a este periódico.
Por un lado, más allá de lo estipulado en el plan de acogida vigente desde hace cuatro años, se desarrollará un protocolo específico de acogida de alumnado ucraniano. En este operativo se "contemplará" dar consejo a los centros educativos para abordar en "materia emocional" la situación de los refugiados que vengan.
Para ello, se contará con el refuerzo de las Unidades Educativas de Orientación, equipos listos para ampliar la atención personalizada y la educación inclusiva en los centros educativos valencianos. En este escenario, el ámbito de trabajo se orientará hacia aspectos como el "luto migratorio" o la "detección de necesidades afectivas y emocionales".
Otra medida será dotar de acompañamiento a los familiares de los menores en los centros de Formación de Personas Adultas y facilitar así su incorporación y evolución en los cursos de aprendizaje de las lenguas oficiales. Los recursos dirigidos al ámbito lingüístico, sin embargo, no se limitan a esta cuestión.
La incorporación de "personas mediadoras lingüísticas" que hagan más sencilla la comunicación y las tramitaciones que las familias acogidas necesiten será una realidad también. Además, se elaborará una "guía de acogida útil" para la población refugiada -en su idioma- con la información relevante que deberán conocer sobre los servicios públicos que están a su alcance.
Los docentes valencianos recibirán igualmente ayuda por parte de la Conselleria. Una ayuda que se traducirá en jornadas de formación para la atención de los menores ucranianos, sus madres y familiares.
Con quien aún no se ha podido reunir el personal de Educación es con el cónsul honorario de Ucrania en Valencia, Pablo Gil, quien, por el momento, sólo ha recibido llamadas de Política Lingüística para abordar casos particulares de algunos menores.