VALÈNCIA. El Ayuntamiento de València celebró este lunes la tercera y última sesión de su comisión de reconstrucción tras la Dana del pasado 29 de octubre, a la que la oposición -Compromís y PSPV- se negó a acudir al tildarla de "una farsa". La cita, a la que declinó acudir el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), Miguel Polo, sí contó la presencia de diversos expertos en diferentes materias, como psicología, geografía, ingeniería hidráulica o economía, así como representantes sociales como la CEV o el Consell de la Joventut.
Uno de ellos fue el profesor Félix Francés, catedrático de la Universitat Politécnica de Valencia y especialista en recursos hídricos y medio ambiente, quien señaló la falta de modernos sistemas de predicción en los caudales y barrancos como uno de los factores que podrían haber ayudado en la prevención del riesgo de inundación con más tiempo de antelación. El profesor admitió que "no son necesarios más sensores" pero sí "implantar un sistema moderno de prevención de inundaciones que permite convertir las previsiones meteorológicas en una predicción de caudales precisa".
Esto, señaló, es "fundamental" para tener "una cadena de modelos para ganar tiempo de actuación", por lo que "se tendría que haber hecho hace años". En ese sentido, dijo que "la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) no tiene los modelos correspondientes enganchados a su sistema de información", explicó el catedrático, según el cual "el tiempo de viaje de la onda de crecida de los barrancos fue de dos horas". Así, indicó que con un sistema de predicción "se podrían haber ganado otras cuatro horas", por lo que las confederaciones han de instalar "sí o sí" este sistema de predicción "para ganar tiempo de reacción".
A su juicio, y preguntado por la necesidad de limpieza en los cauces, Francés admitió que esta "no compensa el coste y la destrucción de ecosistemas de la inundación al ser barrancos secos", "y si vamos a Bruselas pidiendo eso, nos dirán que lo paguemos de nuestro bolsillo". Aunque sí consideró necesario que los modelos hidrológicos tengan en cuenta los sedimentos de las avenidas, pues en este caso se calcula que cerca del 30% de la riada estaba formada por sedimentos.
Con todo, pidió no flagelarse porque no todo "estaba mal hecho", pues medidas como el nuevo cauce del Túria o el Plan sobre Riesgo de Inundaciones (Patricova) se demostraron positivas. Y de cara al futuro, propuso un plan de este tipo para toda el área metropolitana de València. Un plan que no sea "solo un plan de obras" y vaya de la mano de mejores protocolos de alertas y de una mayor sensibilización de la población ante catástrofes.
"No hay que olvidar las medidas estructurales: podemos reconstruir ya disminuyendo el riesgo de inundación en L'Horta Sud, pero lo podemos hacer mejor con un plan estratégico a futuro que se puede coordinar a escala de todo el área metropolitana hasta Silla", dijo, para defender la búsqueda de "soluciones basadas en la naturaleza", aprovechando la forma en la que se comporta la circulación del agua, con el objetivo de disminuir el riesgo de inundación al tiempo que se protege el medioambiente.
Otras necesidades que ha apuntado son mejorar los planes municipales de protección civil y, sobre todo, reforzar los protocolos de alertas y "la toma de decisiones ante situaciones de incertidumbre". Así como un plan de educación e información para sensibilizar a la población ante catástrofes, de manera que sepan previamente si "pueden bajar al garaje" o "salir de su municipio", por lo que instó a diferenciar bien las inundaciones pluviales de las fluviales como la de la Dana.
También participó en la comisión el catedrático de Psiquiatría de la Universitat de València (UV) Rafael Tabares, quien alertó de que el impacto de la Dana en la salud mental de la población no se limitará en el corto plazo. "Los efectos nocivos sobre la salud mental y física se van a mantener en el tiempo. No será cuestión de un año; los estudios hablan de efectos mantenidos durante tres y cuatro años", señaló sobre catástrofes de este tipo.
En este sentido, el experto subrayó la importancia de las redes informales y el capital social, así como de evitar la exposición prolongada a contenidos sensibles en medios y redes sociales, que puede agravar la ansiedad y generar cambios sociales y políticos profundos. También señaló la capacidad de gobernanza como un factor de riesgo y recordó un caso emblemático: "En los desastres consecutivos de Chile en 2010, el terremoto y el tsunami causaron más de 500 muertes porque las autoridades garantizaron que la costa era segura y sin riesgo de inundación. Hay evidencia de que, cuando la respuesta política no es eficaz, el trauma se prolonga".
“Cuando se percibe una situación dramática, las advertencias tempranas pueden aumentar la sensación de control y reducir la impotencia,” señaló el especialista. En este caso, “como no hubo un aviso lo suficientemente precoz, se condicionó una mayor vulnerabilidad en los ciudadanos. Esto podría explicar algunas reacciones posteriores", aseguró, para explicar que la "fase heroica o de luna de miel" que suelen experimentar las comunidades tras una catástrofe, en la Dana "fue muy pequeñita". "Eso tiene efectos a largo plazo, pues pasamos del impacto inicial a una desilusión inmediata", advirtió.
En ese sentido, la desilusión, según el experto, es un fenómeno inevitable pero puede gestionarse. “Los elementos de tensión frente a la cohesión comunitaria pueden persistir. Dependerá de las intervenciones adecuadas que se realicen para mitigar estos efectos. La fase de reconstrucción, en cualquier caso, se produce con el tiempo, aunque sólo sea por una necesidad mental de dejar atrás los traumas", dijo.
El catedrático emérito de Geografía Humana de la Universitat de València (UV) y exconseller de Educación y Ciencia, Joan Romero, lamentó durante su intervención la descoordinación entre las administraciones para la recuperación tras la dana y alertó sobre "la situación dramática y precariedad extrema" que viven todavía numerosas empresas y pequeños comercios, la ciudadanía y las entidades. "La gestión de la dana ha evidenciado de forma dramática la gran descoordinación entre los distintos niveles de gobierno", aseveró.
Con todo, quiso dejar claro que la política "no es el problema, ni tampoco lo es el modelo de estado", para afirmar que "el problema es la forma de entender la política y la forma de operar en un modelo de estado de multinivel como el nuestro". "El desencuentro permanente que se ve cada día condiciona la agenda de los gobiernos y hace difícil la visión estratégica y la coordinación", lamentó. Así, entre sus propuestas estuvo la creación de un foro de alcalde del área metropolitana liderado por el Ayuntamiento para la gestión de la recuperación.
Así, tras lamentar que "se ha perdido una gran oportunidad para demostrar la mayoría de edad del estado autonómico", dijo que su "única esperanza queda reducida a la escala local, a que se creen aquí iniciativas que puedan tener un gran efecto demostración positivo y favorable". Por lo que llamó a impulsar una agenda distinta, en la que las acciones de recuperación de los municipios afectados se aborden conjuntamente.