CASTELLÓ. La multinacional EFI ha vendido su división cerámica, EFI Cretaprint, a su socio distribuidor en el norte de China, DPI. Con la adquisición, de la que no ha trascendido su importe y de la que EFI informó hace escasos días con un críptico comunicado en que destacaba el "impulso a su relación con su partner", DPI da un salto estratégico para hacerse un hueco entre los fabricantes mundiales de impresión digital.
No en vano, la compañía, nacida hace aproximadamente cuatro años y que ya trabajaba la impresión digital en el vidrio, la madera y el textil (además de la experiencia acumulada en la cerámica gracias a la distribución de la maquinaria de EFI), ahora incorpora los servicios de mantenimiento para un parque de casi 2.000 maquinas instaladas en todo el mundo y el acceso a la tecnología de EFI, señalan fuentes conocedoras.
En su comunicado, EFI confirma que DPI será el "proveedor exclusivo de servicio y asistencia para las impresoras digitales cerámicas y piezas de repuesto de EFI", así como "las marcas registradas y los inflexibles estándares de calidad de EFI", en palabras del director de operaciones del negocio global de inyección de tinta de EFI, Scott Schinlever. Por su parte, el director general de DPI, Eddie Cheng, remarca la ambición global de la compañía, dado que la compra "nos permite ofrecer una cobertura completa a los clientes que utilizan estas tecnologías de vanguardia".
DPI no ha tardado en darse a conocer como proveedor de servicios de EFI. En la reciente edición de Tecna ya exhibió las máquinas de impresión digital cerámica como propias en un stand destacado, una apuesta que causó revuelo entre los visitantes de la feria de Rímini.
Esta voluntad de adquirir prestigio a nivel mundial llega para DPI después de haber alcanzado una plantilla de 170 personas, una cifra que, por ejemplo, la división cerámica de EFI Cretaprint no ha llegado a tener nunca. Y, tras la compra, ha comenzado a incorporar personal a la nueva actividad, incluso algún empleado procedente de la planta de Almassora. En la factoría castellonense guardan silencio ante la adaptación que puede suponer la salida de esta rama de negocio de su portfolio, entre el que sigue conservando el textil y el packaging.
Por el contrario, a DPI se le abre la posibilidad de seguir aumentando plantilla. De hecho, ya tramita la apertura de una oficina en Onda, con mucha probabilidad para prestar desde la provincia los servicios de asistencia a toda la maquinaria de impresión digital cerámica de EFI en el mundo. En cuanto a la fabricación, lo normal es que apueste por continuar materializándola en China, donde anualmente produce 150 máquinas para los otros sectores en los que trabaja, señalan fuentes conocedoras.
La venta de la división cerámica de EFI es la tercera que lleva a cabo su propietario actual, el fondo norteamericano Siris Capital Group, desde que se hizo con ella años atrás por 1.900 millones de dólares. Tras la desinversión en la rama de software de alta productividad (ETS) y en la división de gestión de color (Fieri), que compró Epson por 580 millones de dólares, ahora le ha llegado el turno a la rama vinculada a la fabricación de azulejos. Siris todavía controla los segmentos de mayor actividad de EFI (textil y packaging) y de donde puede extraer un rendimiento mayor a su inversión inicial dentro de su estrategia por desinvertir de manera troceada en la multinacional.