MADRID, (EP). En España se diagnostican cada año unos 20.000 nuevos casos de epilepsia, enfermedad neurológica que afecta a unas 400.000 personas, aunque gracias a los nuevos tratamientos que han aparecido en los últimos años el 80 por ciento de estos pacientes pueden hacer vida normal.
"En los últimos años se han desarrollado nuevos fármacos eficaces, más los que están en proceso de investigación", ha reconocido Cristina Alarcón, del Instituto de Neurociencias Avanzadas de Madrid (INEAMAD) del Hospital Nuestra Señora del Rosario, con motivo del Día Internacional de la Epilepsia que se celebra este jueves, 9 de febrero.
La enfermedad puede afectar a cualquier persona en cualquier momento de su vida pero en un alto porcentaje de casos aparece en la infancia y la adolescencia y, después, a partir de los 65 años.
Y pese a que actualmente hay pruebas eficaces de diagnóstico, Alarcón ha reconocido que hay pacientes que tardan años en recibir un dictamen certero de la enfermedad aunque, "afortunadamente, este grupo cada vez es menor".
Los motivos de este retraso, según aclara esta especialista, son que "las crisis o convulsiones asociadas a la enfermedad se producen en otro tipo de crisis", desde febriles, metabólicas, secundarias a enfermedades infecciosas o a traumatismos, por supresión de drogas, por accidentes cerebro-vasculares o procesos que simulan crisis epilépticas.
Por todo ello, ha añadido Alarcón, es importante llevar a cabo un "diagnóstico precoz y diferencial" y realizar una "exhaustiva" historia clínica del paciente que incluya el uso de pruebas de imagen (como la resonancia magnética) y del electroencefalograma para confirmar el diagnóstico.
Además, esta experta lamenta la discriminación y estigma que sigue rodeando a la enfermedad, que "se sigue viendo como 'demoniaca' o 'tabú' y esto repercute en la vida social de los pacientes y sus familias".
Y recuerda el riesgo de sufrir además trastornos de salud mental que tienen estos pacientes, ya que hasta un 30 por ciento padece depresión, ansiedad y otro tipo de patologías, muchas de ellas sin diagnosticar ni tratar.
"También es frecuente ver que los afectados sean objeto de abusos o de violencia de género, en el caso de las mujeres. Por todo ello, es imprescindible que la sociedad tome conciencia de la verdadera realidad de esta patología para alejarla día a día de la discriminación y contribuir a la inclusión social y la laboral de los afectados", ha defendido esta experta.