VALÈNCIA. Hace esta semana un año desde que se acometió el desmontaje del Ágora, el pabellón convertido en gran icono de la Capitalidad Mundial del Diseño, sello que València ostentó en 2022. Ubicada en la plaza del Ayuntamiento, la estructura se levantó en verano de ese mismo año con el objetivo de convertirse en el escenario central de las actividades del evento así como de distintas acciones impulsadas por el gobierno municipal, un espacio que en un primer momento se presentó como efímero para, más adelante, anunciar que se instalaría de manera definitiva en La Marina, tal y como desveló el entonces alcalde Joan Ribó.
Su desenlace, sin embargo, ha sido de lo más accidentado. Si bien en diciembre te de 2022 se despidieron los actos de la Capitalidad, no fue hasta febrero, con el calendario pirotécnico asomándose, cuando se desmontó su estructura principal in extremis para dar paso a las mascletaes, siendo después de Fallas cuando finalmente se retiró la base. Entre una cosa y otra, la estructura fue donada de manera “gratuita” por la asociación gestora de la Capitalidad, ahora convertida en fundación privada, al Ayuntamiento.
Cabe destacar que, aunque finalmente fue donada a la ciudad, fue en realidad la propia institución pública la que costeó su creación. Aunque la gestión de la construcción corrió a cargo de la asociación, las facturas fueron pagadas por el Ayuntamiento de València, que se hizo cargo de la mayor parte del coste de construcción -300.000 euros- así como del posterior desmontaje, que ascendió a varias decenas de miles de euros. Esta partida, que suponía un ‘extra’ a la subvención original del consistorio a la Capitalidad -de 2,25 millones- les valió posteriormente un tirón de orejas de Intervención General. El resto del coste de construcción, que ascendió a alrededor de medio millón de euros, lo aportó La Marina y la Diputació de València.
Un año se cumple esta semana desde que se desmontara la estructura, que fue a parar a un almacén a la espera de ser instalada de nuevo y de manera definitiva en La Marina, un proceso que, a priori, iba a ser cuestión de semanas. Pero no lo ha sido. Antes de las elecciones municipales, y ante las dudas por la indefinición del proyecto de futuro para el Ágora, desde La Marina y el Ayuntamiento calmaron las aguas con un anuncio: su destino definitivo sería la Plaça de l’Aigua y su instalación llegaría en verano. Además, se crearía un nuevo techo para la misma, pues no se considera que el original, con lamas de madera, es el adecuado para esa ubicación. Pero de nuevo, más retrasos.
Llegó el verano de 2023 y la esperada instalación del Ágora no se llevó a cabo en una Marina que ahora se encuentra en plena transición bajo un nuevo gobierno municipal. Doce meses después, se mantiene la incógnita en torno al futuro de una estructura que un día fue símbolo del diseño valenciano, una duda que tiene que ver con el cuándo y el dónde y, también, el para qué. Y es que un año después, el Ágora del Diseño sigue desmontada en un almacén, un contenedor sin destino y... ¿sin contenido?
Lo cierto es que en este año se ha puesto sobre la mesa en distintas ocasiones la cuestión de la nueva instalación (o retraso) del Ágora, pero poco o nada se ha hablado por parte de las autoridades competentes sobre el uso que se le quiere dar. "Si de mi dependiese podríamos volcarlo hacia la innovación, la economía del conocimiento y el diseño, que son las otras patas sobre las que se articuló La Marina, y así complementar a la Pérgola como zona musical", explicaba el entonces director de la Capitalidad, Xavi Calvo, al respecto durante una entrevista publicada hace más de un año. De momento, el Ágora sigue en el almacén.