VALÈNCIA. (EFE). La Confederación de Asociaciones de Padres y Madres de alumnos (AMPA) Gonzalo Anaya del País Valencià ha pedido la desaparición de cualquier tipo de religión en las aulas de los centros escolares y que, además, no se ofrezcan comidas a la carta en función de la creencia de cada uno.
El presidente de la Confederación Gonzalo Anaya, Txomin Angos, ha señalado que la fe y la ciencia “deben llevar caminos diferentes” y, por ello, “cada uno, de forma privada o en familia, puede rezar a sus santos dioses como mejor entienda, pero fuera de los centros escolares”.
Además, ha afirmado que “si se saca la religión de las aulas, en los comedores no se debe dar comida a la carta en función de la religión de cada uno”, ya que entiende que de esta forma “no se está sacando de las aulas” y ha indicado que, de “forma subliminal, se está abriendo la puerta a que a los niños se les clasifique según lo que comen”.
De esta forma, ha puntualizado que “el único que puede modificar” el menú de cada alumno es el médico en base a las posibles intolerancias alimenticias.
Así lo ha señalado con motivo de una rueda de prensa en el colegio público Reyes Católicos de Elche, donde ha dado a conocer las diferentes reivindicaciones del colectivo en materia educativa a lo largo de la Comunitat Valenciana.
Angos ha reivindicado la educación pública y el rechazo a la escuela concertada: “No entendemos que se destine dinero público a empresas privadas –en referencia a los centros concertados– cuyo fin último es ganar dinero y obtener beneficios, y si de paso educan en las mejores condiciones, perfecto”.
Y a la vez ha criticado que mientras “se gasta parte de los impuestos en este tipo de educación, existen barracones en los que los alumnos pasan calamidades”.
Por otra parte, se ha mostrado contrario a la LOMCE y ha recordado que el Gobierno de España “no se decide a derogarla”: “Cuando están en la oposición piensan que es una aberración pero luego ponen paños calientes”.
Ha destacado la necesidad de estabilidad del profesorado y que, a su vez, sea el mejor cualificado por el bien de los alumnos, así como la apuesta por la coeducación en las aulas y por una escuela pública inclusiva, y con ello la mejora de las condiciones y recursos para los centros que atienden a alumnado con necesidades especiales.
Asimismo, ha exigido la eliminación del amianto y fibrocemento de los colegios de la Comunitat –algo más de 60 en la provincia de Alicante y 38 en la de Valencia–, ya que se trata de un “riesgo para la salud de los niños”, por lo que debería ser algo, a su juicio, “prioritario”.
En este aspecto, ha apuntado que la nueva Ley de Contratación del Estado ha frenado las tareas de retirada de este material en los centros educativos, cuando debería haberse llevado a cabo en los meses de verano.
La Confederación Gonzalo Anaya está formada por tres federaciones que pertenecen a las tres provincias, como son la FAMPA-Castelón Penyagolosa, FAMPA-Valencia y FAMPA-Alicante Enric Valor, que representan a 1.110 AMPA de la escuela pública de todo el País Valencià.
Esto se acaba. La Iglesia católica se apaga como un cirio en una parroquia de barrio. La fe parece ser cosa de nuestros abuelos. Ir a misa es de sujetos extravagantes. La mayoría de los jóvenes pasan de la religión. Bastante tienen con el opio de sus pantallitas