VALÈNCIA. Joaquín Torres, el conocido como arquitecto de los famosos, ha declarado como testigo este miércoles en el juicio del caso Erial para hablar de la sospechosa operación en la lujosa urbanización La Finca de Pozuelo de Alarcón (Madrid) en 2005.
Según consta en el sumario de la causa, fue llevada a cabo a través de Costera del Glorio, una sociedad instrumental que sirvió supuestamente a la trama liderada por el exministro Eduardo Zaplana para la adquisición de bienes mediante dinero de origen ilícito (procedente de mordidas por las adjudicaciones de las ITV y los parques eólicos). Administrada por Joaquín Barceló (amigo personal de Zaplana), recibía fondos de Medlevante. Esta última estaba nutrida, a su vez, con dinero de Imison Internacional, la empresa matriz de todo el entramado que fue constituida en 2001 por los Cotino en Luxemburgo.
Costera del Glorio adquirió un inmueble en La Finca de Urbanizadora Somosaguas, propiedad del empresario fallecido Luis García Cereceda. Lo hizo mediante un contrato privado por 2,1 millones. Entre 2005 y 2007 abonó en tres pagos 862.773 euros a Urbanizadora Somosaguas con fondos que, acreditaron los investigadores, provenían de tres fuentes (una cuenta personal de Joaquín Barceló, otra de la mercantil Medlevante y una línea de crédito suscrita por Costera).
Escasos meses después, Urbanizadora Somosaguas volvió a adquirir los derechos de la propiedad vendida a la empresa de Barceló pero por un importe notablemente superior: 4,31 millones, lo que supuso una plusvalía superior a tres millones. De ese dinero se habría beneficiado, según los investigadores, Zaplana.
El arquitecto de La Finca, Joaquín Torres, se ha ratificado en gran parte de su declaración en la fase de Instrucción. Ha afirmado que la operación era especulativa y no de compra al uso y que generó un importante beneficio económico. "Se compró una vivienda y se vendió luego por un valor muy superior. Ganó dinero en poco tiempo sin añadir valor. No sé a usted qué le parece, a mí no muy normal", ha respondido a preguntas del fiscal.
Según ha detallado, García Cereceda le dijo que era una operación de Zaplana y él mismo habló con sus colaboradores para ella. El abogado del exministro le ha cuestionado sobre si, aun así, podía ser una operación de Joaquín Barceló para hacerle un favor al también expresidente de la Generalitat. A lo que ha contestado que sí y que eso ha ocurrido otras veces.
Respecto a lo que aseguró en instrucción de que se reunió con "testaferros" de Zaplana, ha señalado que no sabe cómo los calificó, pero eran "quienes le llevaban los negocios a él". "Testaferros lo diría yo como bocazas que soy, pero no tengo ni idea. Es lo que parecían", ha comentado.
Su papel en la operación venía porque tenía un contrato para hacer todas las viviendas de La Finca. "Conocía a Zaplana anteriormente. Él quería comprar una vivienda en la urbanización. Estábamos en pleno proceso comercial de La Finca y García Cereceda tenía multitud de reuniones. Se le presentó una vivienda al señor Zaplana a través de colaboradores suyos", ha relatado.
Joaquín Torres ha aprovechado su declaración para lamentarse de verse envuelto en el caso Erial por su relación con la familia García Cereceda. "He pasado penuria, acoso, me han chantajeado, se me ha perseguido. Yo no quiero más líos. Me arrepiento tanto de haber trabajado para esa familia... no me ha dado más que problemas. Estoy atemorizado. Se dedicó a boicotear todos mis proyectos. Mi estudio quebró. Yo solo quiero vivir dignamente de la arquitectura".
"Vamos... lo siento...", le ha respondido el fiscal.