El arrope se queda huérfano tras el fallecimiento de Amalio, fundador de Paiarrop

Los orígenes de Paiarrop se remontan a aquellos tiempos en los que la vida giraba en torno al campo. Los tiempos en los que las tierras se labraban con animales y el sol marcaba las horas del día. El padre de Amalio era llauraor, como bien diría él. Se encargaba de trabajar los huertos que tenía en l’Alcudia, su pueblo, para sacar adelante a su familia y vender el género. Allí era conocido bajo el nombre de ‘Paiarrop’, todo el mundo conocía su amor hacia el arrop i tallaetes. El propio Amalio se preocupaba porque nunca le faltase un trosset de pà untado en este delicioso manjar.

Los inicios de Amalio y Paiarrop

Cuando comenzaron a comercializar sus productos, “antes de que existiesen las empresas y las cooperativas”, los vendían en las carreteras. Lo que conocemos como venta ambulante. Amalio acompañaba a su padre del campo a los distintos mercados para vender los productos que cosechaba la familia. Allí descubrió la que, hoy en día, sigue siendo la principal motivación de Paiarrop: hacer llegar al consumidor productos de alta calidad y naturales utilizando como base el saber hacer de sus antepasados.

Ha llovido mucho desde que Amalio comenzó a vender su propio Arrop, pan de higo, membrillo artesanal y sus exquisitas mermeladas caseras, las cuales elaboraba en su pequeño obrador del pueblo. Su herencia se nutre de los kilómetros recorridos por multitud de calles, pueblos y ferias artesanales donde junto con su mujer e hijos honraba la memoria de sus predecesores. La misma que sigue viva hoy en día, en cada proceso y en cada elaboración de Paiarrop.

El legado que Amalio deja

Ahora los tiempos han cambiado completamente y la felicidad de Amalio por lo que había construido era plena, “nunca pensé que íbamos a llegar hasta este punto, me di cuenta de que los productos del campo en el pueblo no tenían valor. Pero si los llevabas a las capitales de fuera, sí”. Afirmaba en una entrevista interna que podéis leer en su web.

Los dotes de visionario de Amalio le han llevado a que Paiarrop sea conocido en todo el mundo. Además, lo tenía claro, el éxito de sus productos reside en que “son completamente naturales, no llevan nada industrial. Los mojas con pan y això és mel”.

Paiarrop reúne los valores y las inquietudes de Amalio, sus ganas de dar a conocer el sabor de l’Alcudia por todo el mundo sin dejar a un lado lo importante, el hogar. Como siempre decía: “Hay que volver a los orígenes para encontrarse.”

Ahora toca seguir recorriendo el camino sin él, pero nos sentimos más guiados que nunca, porque dicen que nadie muere si deja un legado y Amalio Vallés deja mucho más que eso.

Nos deja la persona que empezó todo, pero afortunadamente nos quedamos con todo lo que él nos enseñó. Su legado, al igual que su sonrisa, será eterno.