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LOS RECUERDOS NO PUEDEN ESPERAR

El artista anteriormente conocido como Moli

Juan Carlos Molina 'Moli' es uno de esos artistas de los que no se plantea de antemano qué caminos seguir, simplemente los sigue

20/09/2015 - 

VALENCIA. No es mi principal dedicación y tampoco creo que tenga mucho mérito cuando me pongo con ello, pero en  momentos muy concretos he ejercido como letrista de canciones. Es algo que sobre todo he hecho por placer y diversión, por explorar la posibilidad de escribir de otra manera, adaptándome a una métrica y a la música de gente muy concreta. Las últimas que escribí tienen casi ocho años y fueron para Spam, un grupo madrileño que pasó injustamente desapercibido. A Spam llegué por mi amistad con Juan Carlos Molina Moli, un artista que sigue aquella máxima de Rimbaud que decía que hay que ser absolutamente moderno todo el tiempo. Moli se dio a conocer a finales de los setenta en el ambiente musical madrileño como parte de la tribu mod y como tal quedó inmortalizado por la cámara de Miguel Trillo, testigo excepcional de muchas de las cosas que se urdieron en la calles de Madrid durante los ochenta y los noventa.

El éxito internacional de Kadoc

Cuando Moli creó Spam con el productor Juan Sueiro allá por 2003, ya tenía en su currículo un éxito internacional con Kadoc, grupo de house que en 1995 grabó uno de los grandes temas de baile de esa década, The nighttrain. Fundó Kadoc con David “Penn” Peñín tras llegar al acid house por una combinación de instinto y hastío. Instinto, porque Moli es de los que no se plantea de antemano qué caminos seguir, simplemente los sigue. Hastío porque es de ese tipo de creadores que cierra etapas y necesita abrir otras, acumulando experiencias sin quedarse atrapado en ninguna de ellas. La modernidad también consiste en eso. Moli conquistó Ibiza, hizo temas de baile, recorrió la ruta del bakalao con absoluta dedicación para cambiar después  radicalmente de vida y también de estilo musical. The nighttrain fue un éxito en Europa y estuvo entre los singles más vendidos de Inglaterra, una hazaña que muy pocos artistas españoles han logrado.

La brevísima historia de Ni Pincho Ni Corto Dj's

Lo primero que sorprende de él es su imagen. Moli posee un look impactante (perfectamente captado por la foto de Luz Momediano que ilustra el artículo) que solo refleja una parte de su personalidad. Es una persona amable y generosa que pronto fue consciente de que la estética podía ser la coraza tras la cual parapetarse. Nos conocimos en 1999, a través de otra insustituible amiga común, Loreto Antón, cuando él la ayudaba en su trabajo como jefa de prensa del sello independiente Pias. Nos hicimos amigos casi de inmediato, y eso que yo fui de los periodistas que, por ignorancia y prejuicios, ignoró el enorme éxito de Kadoc.

Aunque en algunos aspectos nuestros gustos musicales son de los más dispares (él detesta el funk y no puede ni ver a Prince; le encanta el rock sinfónico, en especial Yes, que a mí siempre me han producido urticaria), ejercimos como pareja de dj’s muy ocasionalmente, a principios de los dosmil, cuando lo de ser dj amateur –ese era mi caso, no el suyo– era el último grito. Hicimos un par de sesiones en el Ocho y Medio de Madrid –cuando la sala estaba en un local de Gran Vía que Zara se llevó por delante– bajo el nombre artístico de Ni Pincho Ni Corto Dj’s. Dada nuestra tendencia a ser invisibles incluso teniendo una determinada presencia en nuestros respectivos sectores profesionales, nos pareció un apodo de lo más apropiado.

Letras sucias para Spam

Y en 2004 llegó Spam, un proyecto de estudio creado por Moli y Sueiro, que fue transformándose en una colección de canciones que mezclaban rock y electrónica, cuando hacerlo era algo novedoso. Dichas canciones necesitaban letras y Moli recurrió a mí. Escribí Da igual, que terminó interpretando Silvia Superstar. Si no recuerdo mal, primero hicimos una versión en inglés –tras la experiencia de Kadoc, Moli seguía pensando en el mercado internacional–, pero al final se reescribió en español, y quedó mucho más convincente. Subterfuge contrató al grupo y en 2006 publicaron su primer álbum, Hey Mr DJ… Fuck you!!!, con colaboraciones de Ajo, Spunky y Roberta Marrero. La China Patino puso voz a otra de mis letras,Escúchame gritar, un humilde pero depravado intento de emular varias de las imágenes sexuales que más me gustan en el rock –Venus in furs, I wanna be your dog, The mercy seat de Ultra Vivid Scene– y hacer algo mío con todo ello. Terminé la letra una Nochebuena y la pulí por teléfono el día de Navidad, dos fechas muy señaladas para escribir una letra así. La China la bordó también en el correspondiente clip.

Spam apenas tocaron en directo. Una de esas escasas actuaciones tuvo lugar en el Wah Wah de Valencia, cuando vinieron para promocionar su segundo álbum, Más Spam (2007). Con la llegada de dos vocalistas que también eran dos bestias escénicas, Ruth Uve y Fernando Epelde, el grupo había pasado a ser un cuarteto. Nacho Canut aportó una par de letras y yo escribí dos más, orgulloso también de compartir dicha tarea con uno de mis letristas favoritos en castellano. Acerca de mis aportaciones, comentar que una es perfectamente olvidable; de la otra, Más, me siento plenamente orgulloso.

Ya he dicho que no soy letrista y que hacer este tipo de cosas no siempre me ha salido tan bien como yo quisiera. Pero de las letras que escribí para Spam, tres de ellas me gustan como si las hubiese escrito otro. Y eso es algo que le debo a Moli y a Juan, pero especialmente a Moli, que confió en mis habilidades como juntaletras para ponerle palabras a algunos de los singles del grupo.  Más –para la cual escribí también versión inglesa– fue elegida por una marca de preservativos como aspirante para ilustrar una campaña publicitaria. Dinero llovido del cielo por escribir sobre sexo, ¿qué más puedo pedir? En este caso, que el acuerdo hubiese cuajado, porque al final no fue así y no hubo ni más sexo ni dinero ni preservativos ni nada.

Spam en Valencia

En cuanto a la actuación del Wah Wah, tuvo lugar antes 10 o 15 personas (entre ellas mis queridas Sandra Vila y Merck Pereda de Castro, que captaron algunos momentos cumbre de la noche con sus cámaras). A pesar del pinchazo, el concierto fue electrizante, en todo los sentidos, porque Fernando y Ruth se desataban tanto cantando que no se dieron cuenta que había caído agua en el escenario y casi se achicharran. El rock & roll está escrito en gran parte de muchos momentos así, actuaciones que no pasaron de ser rituales privados cuando en realidad merecían ser vistos por cuantas más gente mejor. Spam merecían más proyección y no la tuvieron. Lo aceptaron y dejaron de grabar discos para centrarse como productores, trabajando habitualmente con Fangoria.

En la actualidad Moli ya no ejerce como músico. Tiene una web llamada Thvndermag y opera como ciberartista bajo el nombre de Thvnderkat. Una vez más le ha sacado ventaja al presente haciendo obras que hablan sobre éste desde una mirada futurista. Se mueve en el vasto océano de internet y eso significa que su obra es apreciada y compartida por artistas afines de otras partes del globo. La historia se repite de nuevo. Moli pertenece a esa especie de artistas a los que admiro y al tipo de personas a los que tengo la fortuna de contar entre mis amigos.

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