El artista que nunca dice 'no': Artur Heras expone 400 piezas en La Nau

VALENCIA. Artur Heras es un artista "que no dice no". Lo dice Josep Salvador, comisario de la exposición No ficción, y parece que está en lo cierto. Para el regocijo de los fotógrafos presentes durante la presentación de la muestra, que estará en La Nau hasta el 18 de septiembre para después viajar a Perpignan, no dudó en tumbarse sobre el suelo acristalado que deja al descubierto los restos arqueológicos bajo el centro cultural. Pero no era esa la idea que tenía en mente Salvador. En su ADN está la colaboración con otros artistas y disciplinas como el cineasta Daniel Monzón, el artista fallero Manolo Martín o los músicos Eva Dénia o Pep Gimeno 'Botifarra'.   

Aunque viene de una práctica "solitaria" o, como dicen algunos, "onanista", Heras (Xàtiva, 1945) ha sabido acompañar sus pinturas de elementos que rompen los límites de la propia pieza, que no conoce de marcos. La muestra, que ha sido organizada por el Vicerrectorado de Cultura e Igualdad de la Universitat de València, reúne en dos grandes salas un total de 400 obras, la mayor parte de ellas de reciente creación, del pintor, una muestra con la que busca "reivindicar el poder de las imágenes para trascender las fronteras de la simple percepción, intentando ofrecer el antídoto al exceso de mensajes que inunda nuestras retinas". 

Trabajos que "desbordan los límites académicos", indicó el vicerrector de Cultura de la Universitat de València, Antonio Ariño, y que dejan espacio a otras manifestaciones, entre ellas, el sonido. La pieza Les emocions-1945, que firmó en 2012 y que recrea una imagen de la época del nazismo, permite al espectador devenir en oyente, pues se puede escuchar la propia voz del dictador alemán. "El artista ha recorrido múltiples caminos en los que ha dejado muestras evidentes de su audacia y valor para explorar los elementos esenciales de la comunicación y expresión plásticas", afirma Salvador.

No ficción: entre la emoción y el laboratorio

Con esta exposición, Artur Heras se suma a esos "artistas consagrados pero con una gran capacidad de renovación" que quiere acoger La Nau, pasando por un Michavila que ya tuvo su lugar en sus salas hasta el propio Yturralde, próxima exposición programada en el centro cultural. No ficción se ha estructurado en  dos bloques: 'Las emociones', en la Sala Acadèmia, y 'Laboratorio, en la Sala Estudi General. La primera reúne aquellas obras concebidas a partir del interés con el que algunos clásicos estudiaron la expresividad humana. Sin embargo, aquí, explica el comisario, "no se persigue la representación de la alteración de ánimo expectante producida por emociones, sino la percepción de conceptos y dudas con la complicidad del espectador, en un juego entre la identidad de los objetos y las formas visuales y, tal vez, el deseo". En 'Laboratorio' se han reunido dibujos, fotografías y objetos en una interacción similar a la que se produce en una mesa de trabajo, con la pretensión de mostrar los tratamientos plásticos en medio del proceso de creación. 

No ficción es el término para definir la literatura en busca de verismo, diferenciándose de otros géneros más herméticos o escapistas. En periodismo autores como Truman Capote, Tom Wolfe o Norman Mailer incorporan a los preceptos clásicos de la transparencia de la información recursos literarios que potenciaron la calidad del relato generando un nuevo lenguaje periodístico. Al igual que la literatura, la pintura está históricamente asociada a la ficción y en cualquier caso, tanto en las historias inventadas como en la transcripción de un hecho real, esa construcción se hace a través del lenguaje. Y ante la imposibilidad de describir lo real en toda su crudeza, el lenguaje realiza su propia construcción transformándolo a través del mundo sensorial.

El valenciano Artur Heras está considerado uno de los creadores plásticos más singulares del panorama artístico europeo. Junto a otros nombres fundamentales en el panorama artístico vinculados al movimiento pictórico conocido como 'Crónica de la realidad', "su renovación formal de los años 60 permitió que abriéramos los ojos a una realidad plural y heterodoxa, superando las dificultades que obstaculizaban la actividad creativa en aquella época".