El Ateneo Mercantil se convierte en el paraíso 'ninoista'

VALÈNCIA. “Moreno, valenciano y sencillo. Con muchas cosas ale decir, pero cosas que se le quedan en la lengua porque aun no esta •calculado» para esto de las entrevistas”. Estas son las palabras de una periodista para darle contexto a la entrevista de un nuevo cantante de quien no ha parado de ver anuncios del que será su primer single, Cómo todos y Es el viento. “Aseguran que es la próxima bomba discográfica”, admite con curiosidad la redactora, que en la entrevista le pregunta por el compositor que ha elegido para sus canciones, pero también sobre su futuro en València o si timidez para hacer amigos. Es la primera aparición de Nino Bravo en la prensa de gran escala y el recorte de esa entrevista es un grano de arena en el desierto paradisiaco que acoge el Ateneo Mercantil.

Nino Bravo: la exposición reúne la mayor cantidad de objetos, anécdotas y documentación sobre el cantante de Aielo de Malferit nunca vista en la ciudad de València. Nino Bravo para los muy ninoistas. La muestra busca, precisamente, ser un caramelo en la boca y que sean los objetos los que cuenten la corta viad y obra de un artista que estaba llamado a ser una de las grandes voces de la segunda mitad del siglo XX en España.

En la primera sala, rodeada por panele con de estudio y personales, tres mesas sirven como punto de encuentro de toda la documentación reunida. La primera se hace eco de la muerte de Nino, que fue todo un shock para España: “era la primera vez que el país se enfrentaba a la muerte repentina de un artista tan joven y tan querido”, explicaba ayer el comisario y biógrafo Darío Ledesma a la prensa. Su repercusión iba más allá de España, y es que Nino Bravo consiguió traspasar las fronteras y extender su fama por muchos países de Latinoamérica.

La segunda mesa habla de documentación durante su carrera (ahí está su primera entrevista). Y de eso, hasta nuestros días, cuando sigue haciendo correr la tinta en los periódicos para hablar de los homenajes y de su año conmemorativo (que es este 2023 al cumplirse 50 años de su fallecimiento). La tercera mesa la forman objetos personales, curiosidades y ephemera: se puede ver desde la invitación al bautizo de su hija hasta su carnet del Sindicato Nacional del Espectáculo. Acompañan en esta sala los objetos que se llevaba de viaje con él: sus maletas, sus juegos, sus fetiches.

Por primera vez se pueden ver las imágenes restauradas hace apenas unos meses por la Filmoteca Valenciana que se encontraron en un garage de la familia y que sería retazos de un videoclip con imágenes inéditas. “La gran mayoría de imágenes de Nino Bravo son en blanco y negro, y estas son a color. Son de un gran valor”, explicaba el comisario. El vídeo preside una segunda zona que explica el arraigo de Nino Bravo con la sociedad. En especial, su relación magnífica con el Ayuntamiento de València o con las Fallas.

La tercera y última zona tiene que ver con su propia carrera discográfica: hay objetos de gran valor sentimental para los fans del cantante: desde el que fuera su micrófono favorito hasta los trajes que vistió a lo largo de su carrera, pasando por toda la colección de discos y singles en diferentes versiones lanzadas en países de Latinoamérica. De hecho, una curiosidad: la discográfica Peruana publicó el LP Puerta de Amor en 1971, pero fue retirado del mercado debido a un error de portada en el que se publicó la foto del cantante inglés Barry Ryan en lugar de la de Nino Bravo. Un paraíso para los fans, que podrán admirar los obejtos que cuentan al Nino Bravo cantante, pero también al empresario y al valenciano.

La exposición está hecha para el gusto y disfrute de todas aquellas personas que disfrutan con su música, dedicada a potenciar su admiración. Es una exposición que bien podría ser un altar. La complicidad de la familia ha sido clave en el proceso de documentación, y ayer su hija menor, Amparo Ferri, estaba presente en la rueda de prensa. Pero también forma parte de esta exposición objetos de colecciones privadas que se reúnen en cantidad y calidad para la muestra definitiva del cantante en la ciudad del que sí fue profeta.