La Sala Repvblicca suspende su programación a la espera de la renovación de su licencia
La Sala Repvblicca suspende su programación a la espera de la renovación de su licencia
VALÈNCIA. Conforme pasan los días, el pulso entre la Sala Repvblicca y el Ayuntamiento de Mislata sigue, pero con algunas dudas despejadas. Consultados por este diario, las dos partes dan detalles de la situación que obligó a cancelar el concierto de Julieta y The Tyets el pasado viernes con 1.300 entradas vendidas y que pone en jaque la programación de la sala para esta semana.
Según ha podido saber Culturplaza, la orden de precintar la sala fue una medida “cautelar” posterior a las peticiones previas del Ayuntamiento de Mislata a los propietarios para que regularizaran su licencia de actividad, que actualmente cifra el aforo en poco más de 400 personas. La intrahistoria es que este aforo, que a todas luces infravalora la capacidad del local, está calculado en base a un espacio con mesas que poco tiene que ver con la actividad musical que se vive casi cada fin de semana desde hace años, siendo el escenario de referencia para los grandes conciertos en sala del área metropolitana de Valencia.
Los propietarios de la sala tenían reconocida esta licencia desde hace dos décadas, pero funcionaban vendiendo muchísimas más entradas escudándose en una OCA, una certificación llevada a cabo por un organismo privado autorizado y avalado por la Generalitat, que ha cifrado el aforo real posible en 1.700 personas. A partir de ahí, nace el conflicto: el Ayuntamiento cree que lo que prevalece es la cifra que dicta la licencia de actividad, y la Sala Repvblicca cree que con la OCA podía operar con normalidad.
Lo que sí confirma el consistorio es que ya contactó a los propietarios en el mes de diciembre animándoles a que presentaran la documentación necesaria para actualizar el aforo y, a partir de las visto bueno de la administración local, hubiera por fin una licencia con la capacidad real de público. Algo que, siempre según fuentes oficiales municipales, no se hizo en tiempo y forma por parte de la propiedad de la sala de conciertos. El pasado viernes 26 se precintó la sala porque entendía que los avisos cautelares no habían surgido efecto.
La policía actuó de manera “preventiva” al ver, a través de diferentes publicaciones en redes sociales, que, en efecto, se estaban celebrando conciertos “multitudinarios” que sobrepasaban por mucho lo que dicta la licencia de actividad. Por tanto, tomaron la medida drástica que ahora la sala critica.
¿Cuál es la solución para que la sala funcione con normalidad otra vez? El Ayuntamiento niega cualquier acto hostil y aseguran que, una vez se revise toda la documentación ahora ya presentada y pase todos los trámites, la sala tendrá un nuevo aforo y se podrá desprecintar, siempre y cuando los siguientes conciertos cumplan con este. ¿Cuándo será esto? Los plazos no se conocen aún, aunque la esperanza de fuentes cercanas a la sala es que pudiera ser antes de los conciertos de este fin de semana, uno de los cuales ha dejado de vender entradas por hacer “sold out”.
Por su parte, más allá del comunicado que la sala emitió el viernes acusando al Ayuntamiento de buscar el cierre de su local, poco se sabe más allá de que intentaron solucionar el mismo viernes el cierre preventivo, presentando parte de la documentación a mediodía. Fuentes de primera mano apuntan a que ya habrían presentado parte de la documentación, pero el Ayuntamiento les exigió varias subsanaciones. Por su parte, el Ayuntamiento subraya que el trámite, tras el apercibimiento en diciembre, no se remitió por parte de la propiedad en tiempo y forma.
La Federación Valenciana de la Industria Musical (Fevim) y la Asociación Valenciana de Salas de Música en Directo (En Viu!) han solicitado al Ayuntamiento de Mislata una reunión de urgencia para analizar la situación y encontrar una solución que permita la reapertura de Repvblicca. En una nota remitida a los medios de comunicación en la tarde de ayer, el tejido asociativo del sector opinaba sobre “la negativa a aceptar el aforo de la sala”: “supone un atropello y un obstáculo administrativo que debería ser subsanado y adaptarse a la normativa vigente en aforos para salas de conciertos y recintos culturales. Por todo ello, (…) se ha instado al Ayuntamiento de Mislata a revisar urgentemente esa normativa local obsoleta y profundamente restrictiva para recintos culturales cuyas consecuencias implican una merma en la oferta cultural”. Las salas entiendes que el aforo está infravalorado por una lectura, por parte de la administración local hace años, muy restrictiva, y que ahora esta carece de sentido.
Pero en los hechos del viernes hay, de facto, dos debates paralelos. El primero tiene que ver, sí, con el aforo de la sala, que sin duda es mucho mayor a las 425 personas actuales y que nace de un trámite que no refleja la realidad de su actividad. Con la OCA en la mano, la sala exige al Ayuntamiento que no ponga trabas para esta actualización. Y si el Ayuntamiento lo hace, esto supondría un grave perjuicio que desde la FEVIM y En Viu! quieren evitar a toda costa. Cabe destacar que esta actualización ha sido promovida, en realidad, por el propio organismo local.
El segundo debate es el del precinto. Porque mientras el primero se resuelve, la realidad es que la licencia aún vigente cifraba el aforo en 425 personas, pero la sala ofrecía, en el contrato que firmaba con las empresas promotoras, la posibilidad de vender más de 1.300 entradas. La propiedad entiende que, con la OCA en la mano, el certificado prevalece y no estaban cometiendo ninguna ilegalidad. El Ayuntamiento, por su parte, recuerdan que dicho documento es un estudio hecho por una empresa privada y que, en ningún caso, puede sustituir a una licencia de actividad; más aún cuando la sala tenía constancia desde hacía semanas que el consistorio quería resolver este asunto. Es decir: un debate es el aforo “justo” que merece la sala, y otro es saber si la sala estaba vendiendo más entradas de lo que debería hasta que se resolviera todo este proceso.
La Sala Repvblicca suspende su programación a la espera de la renovación de su licencia