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El Ayuntamiento de València aprueba la subida de impuestos ante las críticas de los afectados

27/09/2019 - 

VALÈNCIA. Contundente estreno en el Ayuntamiento de València. El primer pleno bajo sol otoñal se presentaba como lienzo desnudo sobre el que trazar el boceto del mandato. Era la oportunidad para los distintos grupos de perfilar sus formas, de coger el pulso y diseñar las líneas de cara a los próximos años. Y vaya si lo hicieron.

El orden del día, protagonizado por una siempre controvertida subida de impuestos, resultaba una perfecta superficie sobre la que empezar a proyectar y a proyectarse. Porque no participaron únicamente los ediles, sino que entraron en juego también asociaciones y colectivos afectados por el incremento de los gravámenes municipales.

El debate dejaba poco espacio a la abstención por la impopularidad de este tipo de medidas. Todos los actores desempeñaron su papel: el concejal de Hacienda, el socialista Ramón Vilar, defendió en nombre del gobierno municipal de Joan Ribó la "revisión" (sic) al alza del IBI, el IAE, el ICIO, el impuesto de circulación, la tasa de terrazas y la del alcantarillado cuatro meses después de las elecciones, mientras que la bancada de la derecha cuestionó con no poca vehemencia la necesidad de este incremento y propuso una rebaja fiscal en línea con la última campaña electoral.

Lo que nadie esperaba, por inusual, fue el intento anunciado por el grupo de Ciudadanos de paralizar la medida en vía judicial: la llevará al Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) al considerar que vulnera la normativa de las administraciones públicas porque introduce restricciones injustificadas y desproporcionadas a la actividad económica. Un anuncio lleno de efectismo y cuya efectividad deberá dictaminar la justicia.

El alcalde de la ciudad, Joan Ribó, durante el pleno. Foto:VP.

Por el momento, las ordenanzas fiscales para 2020 superaron la aprobación inicial con el único respaldo del gobierno local y con todo menos palabras bonitas. Los responsables municipales tuvieron que escuchar calificativos como "tasazo", "atraco" o –los más originales, cosecha de Vox- "hemorragia fiscal" y "sablazo fiscal indecente". Una visión catastrofista, a juicio del edil de Hacienda, más propia de –ironizaba- una ficción post apocalíptica que del incremento impositivo real.

Quienes demostraron haber hincado más los codos en la oposición, al menos en apariencia, fueron los portavoces del Partido Popular y de Ciudadanos, María José Català y Fernando Giner respectivamente. Se encargaron de esbozar sus líneas con brocha fina y prepararon una ensalada de datos sobre la carga fiscal de la ciudad, que lanzaban como dardos al gobierno. Desde 2015, se ha incrementado más de 100 euros por valenciano y año, disparaba la popular. Y a partir del próximo ejercicio, 177 euros más por autónomo y año, acompañaba Giner. No faltó vehemencia en ambos líderes, algo de lo que adoleció el portavoz de Vox, Pepe Gosálbez, quien a diferencia de los otros dos, prefirió la brocha gorda: poco detalle y más relato.

Este mismo diario ha estado detallando uno por uno cuánto subirá cada impuesto y tasa municipal. Lo más destacable: subirá un 3% lineal el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), que será mayor para locales de negocios a partir de un determinado valor catastral; la tasa del alcantarillado inserta en la factura del agua incorporará una parte fija novedosa según el calibre del contador, y una parte variable que hará más caro el litro de agua a quien más consuma; la tasa de terrazas aumentará considerablemente en la zona del centro y en parte del antiguo cauce del río Túria; y el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) que pagan los negocios con más de un millón de euros de facturación subirá una media de 400 euros por contribuyente.

María José Català (PP) en una foto de archivo. Foto: ESTRELLA JOVER.

En total, el consistorio prevé recaudar unos 29 millones de euros más. Ramón Vilar, sostuvo que el consistorio precisa de recursos económicos adicionales para acometer inversiones en la red de saneamiento, donde se pretenden invertir 12 millones de la mencionada recaudación, además de recuperar el maltrecho cuerpo de Policía Local y Bomberos. Pero también pasó al ataque y recordó a la nueva portavoz del PP que su antiguo equipo, en 2014 incrementó el IBI no un 3%, sino un 10%: "Si un 3% le parece una locura, un 10% le deberá parecer una hemorragia fiscal, como dice el portavoz de Vox".

Por su parte, Català trató de cuestionar la eficacia de aumentar los impuestos dado que, señaló, el pasado mandato se "recaudaron 50 millones más y tenemos 100 policías menos". Tanto ella como Giner criticaron los bajos niveles de ejecución para rebatir la necesidad de mayores ingresos y censuraron que PSPV y Compromís ocultaran en campaña electoral este incremento de impuestos. "Mintieron a los valencianos", recriminó el portavoz naranja, quien intentó en varias ocasiones dividir a ambos partidos dirigiéndose al edil socialista: "Cuando salen a decir que el Ayuntamiento ha saneado las cuentas, el alcalde Ribó (Compromís) se une a usted en las fotografías; ahora le deja solo".

El concejal de Hacienda, Ramón Vilar, en foto de archivo. Foto:VP.

Giner, en un momento de especial exaltación, llegó a referirse a Vilar como "incompetente", lo que sacó a relucir la socarronería del socialista, que hizo gala de lector habitual de periódicos. El edil de Hacienda, en referencia a las informaciones publicadas sobre la posible inclusión de Giner en la lista al Congreso, le instó a cambiar las leyes de Haciendas Locales "cuando vaya al Parlamento español"; "seguro que allí hace una competentísima labor por los Ayuntamientos".

Reflexiones en un hemiciclo

Pese a los acotados tiempos de intervención, los regidores también encontraron espacio para las cuestiones filosóficas y teóricas. Català, por ejemplo, admitía al inicio de su intervención y con un tono emotivo que al enfrentarse a "estos debates" siempre se pregunta "qué es lo que queremos para València", e inquiría con especial sensibilidad: "Me pregunto en qué València están pensando ustedes".

Aunque pareció un espejismo, porque el tono reprobatorio pronto se apoderaría del ambiente, trayendo consigo un debate tan interesante como infructífero sobre política fiscal en el tradicional eje de izquierda y derecha. Català, Giner y Gosálbez cayeron juntos en el saco de los "neocon", en palabras de Vilar, mientras que éste, por su parte, entraba dentro de los parámetros "progresistas" para Català, quien se enmendó a continuación: "Ustedes no son progresistas, son carcas, antiguos. El futuro va en otra dirección".

 El portavoz de Ciudadanos, Fernando Giner, se dirige a Ribo durante un pleno. Foto: MARGA FERRER

Y es que, según evidenciaron, las direcciones de unos y otros se antojan muy contrarias. El bloque de la derecha abogó por bajar los impuestos: Català, para seguir las recomendaciones de organismos como la OCDE, el FMI o el Banco de España, quienes alertan de una recesión y piden "incentivar el consumo"; Giner, por su lado, con el propósito de no "ahogar a las familias y los autónomos"; y Gosálbez incidió en que las administraciones deben prestar "sólo los servicios propios" y dejar "los impropios para el sector privado, que históricamente se ha demostrado que lo hace siempre mejor".

Fue entonces cuando el socialista apuntó la posible incongruencia en la que estarían cayendo PP y Ciudadanos: "Piden bajar los impuestos mientras reclaman incremento de gasto público como el cheque escolar y no dicen de dónde quieren recortar". Y apostilló señalando que, por lo menos, el portavoz de Vox era coherente al admitir que sólo apostaba por los servicios que obliga la ley.

Lío en la tasa del alcantarillado para familias numerosas

Una de las reformas impositivas más controvertidas ha sido la de la tasa del alcantarillado inserta en la factura del agua, por lo especialmente gravosa que resultaba para el colectivo de familias numerosas. Días atrás las asociaciones habían manifestado su absoluto rechazo a esta medida porque establecía tramos de consumo con un precio por metro cúbico mayor para quienes más consumieran, sin tener en cuenta el consumo per cápita de la unidad familiar. Incluso habían planteado la posible ilegalidad de esta progresividad en base a diferentes sentencias del Tribunal Supremo.

Con todo ello, el edil de Hacienda mantuvo un encuentro con los representantes de la Federación de Familias Numerosas de la Comunidad Valenciana (Fanucova) y se comprometió a modificar la estructura de la tasa para las familias numerosas, de manera que a aquellas que se encontraran en el segundo tramo de consumo se les aplicara el primero. Aunque la normativa no permite bonificar las tasas, este cambio no se considera una bonificación como tal, por lo que sería perfectamente legal.

Ahora bien, lo cierto es que a la hora de la aprobación en la sesión plenaria, esta enmienda no se había incluido en la ordenanza, algo que no hubiera supuesto problemas dado que se podría haber introducido en el período de exposición pública. No obstante, Vilar, para calmar al colectivo, y tras la advertencia del PP, lo hizo in situ mediante una enmienda de viva voz, lo que acabó motivando más críticas de la oposición por la "falta de rigor en el procedimiento". El secretario general del Ayuntamiento se preocuparía en intervenir más tarde para recomendar al edil de Hacienda que previamente a la inclusión de la mejora, el Jurado Tributario y los órganos de control municipales dieran su visto bueno. Cuando eso ocurra, entrará en la ordenanza.

Había intervenido justo antes la propia Federación de Familias Numerosas para pedir que, además de esta mejora "justa" en la tasa del agua, se hiciera lo propio con el IBI y con el impuesto de circulación, dado que, arguyeron, una familia numerosa no se compra una vivienda y un vehículo más grande por ser más ricos, sino por precisar de mayor espacio. Por ello pidieron tener en cuenta también el espacio per cápita. Esta reclamación, sin embargo, no surgió efecto.

La FEHV pide que la subida sea más suave y paulatina

"Estamos totalmente en contra de la subida de impuestos pero entendemos que hay que subirlos". Así se explicaba el representante de la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia (FEHV), Juan Carlos Gilabert, para lamentar la carga impositiva que ha soportado el sector en la última década, que se suman a otros agravios como la subida del alquiler y de los precios. "De cada 100 euros que recauda un establecimiento de hostelería, después de impuestos gana 6", explicó en el pleno Gilabert.

La crítica concreta de Gilabert se centró en la subida repentina de muchos impuestos al mismo tiempo, por lo que instó a reflexionar en "cómo se suben los impuestos". "Pedimos que nos sentemos a hablar y a tramitar cómo podemos hacerlo", insistió, para añadir que es necesario "trabajarlo en conjunto". Por ello propuso que el incremento de impuestos sea "paulatinamente" y anuales. "No podemos gravar con tanto, sólo un poco", y finalizó pidiendo "un Robin Hood y no un Sheriff de Nottingham".

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