VALÈNCIA. Las cuentas del Ayuntamiento de València tras el cierre del año 2020, el año que la pandemia frenó la economía, mantienen una recaudación por impuestos similar a la del ejercicio anterior. Concretamente, las arcas municipales registraron unos ingresos de 496,4 millones de euros por impuestos, tasas y precios públicos, unos 3 millones de euros menos de lo que estaba previsto para 2020, pero aun así, 200.000 euros aproximadamente por encima de la recaudación de 2019.
Así pues, los derechos liquidados por impuestos se incrementó levemente respecto al año anterior pese al frenazo de la actividad económica y las bonificaciones implementadas por el gobierno municipal en algunos casos como en la tasa de terrazas. O dicho de otro modo, de no haber irrumpido el coronavirus el pasado invierno, el Ayuntamiento del Cap i Casal, que gobierna Compromís y PSPV, habría recaudado una cifra considerablemente mayor. La subida de impuestos aprobada para 2020 ha sido un factor esencial en el sostenimiento de los ingresos.
Por ejemplo, en el caso del IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles), en 2020 el Ayuntamiento tiene unos derechos de cobro por valor de 240,6 millones de euros, 6,5 millones de euros más que el año anterior. También se ha recaudado más por el IAE (Impuesto de Actividades Económicas), que abonan los negocios que ganen al menos un millón de euros en base a sus resultados de dos años antes, y por el que el Ayuntamiento tiene unos derechos de 25,4 millones de euros, medio millón de euros más que el año pasado.
Pero la subida sustancial se registra en la tasa de alcantarillado, que se abona con la factura del agua, y que fue la que más subió el Ayuntamiento de cara a 2020. Así, en este apartado el consistorio tiene derecho sobre poco más de 19 millones de euros, 9 millones de euros más que el año anterior, debido fundamentalmente a la nueva estructura tarifaria aprobada por el ejecutivo local con el propósito de financiar actuaciones urgentes y necesarias en la red de saneamiento de la ciudad. Una mayor recaudación por estos conceptos debido a la subida impositiva que ha amortiguado la caída generalizada de muchos otros gravamenes.
Por ejemplo, en el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO), donde el Ayuntamiento ha contabilizado una recaudación que supera por poco los 17 millones de euros, 1,5 millones menos que en 2019 por la parálisis de la actividad económica. También en las licencias urbanísticas se ha notado: se recaudará 4,3 millones de euros, medio millón menos. Y como estos, muchos otros ingresos municipales han vivido una minoración sustancial: desde el servicio de la grúa, a las tasas de los mercados, la ORA, comedores escolares, entradas a museos, teatros y exposiciones, etcétera. Se dejó de cobrar también, por otro lado, dos millones de euros por el retraso en el pago de la tasa de terrazas.
Con todo, en el área de Hacienda, que dirige Borja Sanjuán, se mostraron en cierta medida satisfechos con el "buen comportamiento" de la recaudación al haberse registrado un bajo nivel de impagos. Esto ha permitido continuar con el nivel de inversiones y poner en marcha nuevas ayudas a los sectores económicos afectados por la pandemia.
Asimismo, otro de los aspectos reseñables es el casi estricto cumplimiento de lo presupuestado: si se previeron 499 millones de recaudación por impuestos, los derechos definitivos del consistorio son de 496,4 millones de euros, apenas un 0,5% por debajo de lo previsto a principios de año. Lo que demuestra, a juicio de dichas fuentes, "la dinámica de presupuestar de forma prudente" que sigue el consistorio, hasta el punto de que la irrupción de la pandemia no ha supuesto un gran desfase en las cuentas, incluso habiendo aplazado algunos gravámenes.
Pese a todo, el Partido Popular hizo pública este martes su crítica al hecho de que el consistorio haya ejecutado la subida de impuestos aprobada a finales de 2019 "en pleno año de la crisis del coronavirus con muchos establecimientos cerrados o con importantes pérdidas". Su portavoz, María José Catalá, reiteró que era "importante y muy necesario" una reducción del "sablazo fiscal" del 3% en el IBI y en el ICIO y de la subida también en la tasa de vehículos y de alcantarillado.
Una subida que, subrayó la portavoz del PP, "ha repercutido en los bolsillos de los ciudadanos", por lo que calificó todo ello de un "sinsentido". "El PP no entiende por qué el gobierno de Ribó y PSPV no hace el esfuerzo de apoyar a quienes peor lo estás pasando en este crisis con una escalada del paro en la ciudad de Valencia donde el crecimiento del paro duplica la media en España con un 26% de aumento frente al 13% de España”, añadió Catalá.