NUEVAS CALLES PARA EQUIPO CRÓNICA O EL ARQUITECTO GOERLICH 

General Urrutia se llamará Amado Granell y Barón de Cárcer volverá a ser la avenida del Oeste

15/05/2017 - 

VALÈNCIA. “Queremos que València sea una ciudad libre de vestigios franquistas”. La frase es de Joan Ribó al inicio de la pasada legislatura y ha sido una de las principales premisas del Govern de la Nau. Es una cuestión de justicia poética o, más bien, cabría hablar de justicia histórica. Bajo el paraguas de la Ley de la Memoria, el consistorio valenciano cambiará el nombre a 51 calles, bautizados la mayoría durante el franquismo, y les asignará otros más acorde a la actualidad.

Entre estos cambios se encuentra el de la avenida Barón de Cárcer, que pasaría a llamarse Del Oeste; la calle Castán Tobeñas, que sería calle de la Democracia; la calle Doctor Beltrán Bigorra pasaría a llamarse Alejandra Soler en recuerdo a la maestra republicana y la avenida de General Urrutia sería con el cambio Amado Granell, en homenaje al teniente valenciano que participó en la liberación de París.

Los criterios para renombrar las calles han sido siete: la recuperación de denominaciones antiguas; las propuestas emitidas por el Consell Municipal de la Dona dirigidas a dar visibilidad en el callejero urbano al papel histórico y actual de las mujeres; antiguos dictámenes de la Comisión de Cultura o mociones aprobadas en las Juntas de Distrito en legislaturas anteriores, que no se habían implantado nunca; las peticiones obrantes y aún no atendidas en el Servicio Municipal de Recursos Culturales por parte de la ciudadanía; nombres de personas o agrupaciones que han contribuido a la proyección cultural de la ciudad; conceptos relacionados con la cultura y el saber en general y, por último, fomentar los valores universales y dignos de reconocimiento general. 

El primer caso, y uno de los más evidentes, es el de la avenida Barón de Cárcer, que recupera el nombre que aún reconoce y utiliza buena parte de la población: avenida del Oeste. Entre las calles que se incorporarán para reconocer el papel de las mujeres se halla Manuela Solís (reconocida ginecóloga), o Jerònima Galés (impresora de relevancia), entre otras. En el tercer caso se hallará la calle dedicada al activista vecinal Félix del Río, aprobada en la Junta de Distrito de Trànsits hace años, que será el nuevo nombre de la calle Doctor Marco Merenciano, delator secreto que provocó la ejecución del rector Peset Aleixandre.

Entre los nombres olvidados que ya deberían haber bautizado calles se hallan el fotógrafo Agustí Centelles (en sustitución de Gual Villalbí) o al profesor Higinio Noja (por Samuel Ros). También se incorporarán nuevas calles dedicadas al Equipo Crónica (en realidad plaza, ya que se ubicará en la plaza Francisco Bosch Ariño), o al arquitecto Javier Goerlich, (cuyo nombre reemplazará a Francisco Dolz). Entre los conceptos relacionados con la cultura y el saber en general se incorporarán las calles de la Poesía (por calle Damián Adalid), calle de la Fotografía (calle Carmen Tronchoni) o calle de la Literatura (por José María Osset). No es tampoco un concepto nuevo ya que el callejero actual de València incluye vías como la dedicada a los Poetas Anónimos. Parecido espíritu tendrá la calle dedicada a la Democracia, que sustituirá a Castán Tobeñas.

Cuatro reasignaciones 

Además de los 51 nuevos nombres de calles se “resignificarán” otras cuatro. Las plazas de América y de Galicia, la avenida de Portugal, y la calle de Belchite mantendrán su nombre pero sus expedientes se cambiarán las razones de la denominación. Inicialmente, en las cuatro se argumentaban motivos de apoyo y exaltación de la sublevación militar, la guerra o la dictadura. Ahora se mantendrán las denominaciones pero no las motivaciones.

La propuesta se elevará a la Comisión de Cultura del próximo jueves, que emitirá un dictamen previo al acuerdo que habrá de adoptar la Junta de Gobierno Local, tal como establece la Ley de Bases de Régimen Local. La concejala de Cultura, Glòria Tello, adelantó la decisión del Equipo de Gobierno de mantener la convivencia del nuevo nombre de las vías urbanas con el antiguo para evitar las molestias a la ciudadanía, así como a los comercios y empresas radicados en ellas. Asimismo, Tello agradeció el apoyo y la colaboración de la Federación de Asociaciones de Vecinos “por su predisposición a participar y la ayuda prestada”.

Informe de la Universitat

Los cambios propuestos responden al estudio e informe realizado por el Aula de Historia y Memoria Democrática de la Universitat de València, concretamente al equipo de investigadores y especialistas coordinado por el profesor Antonio Morant, que acompañó a la concejala este lunes en la presentación de la iniciativa. Durante aproximadamente cinco meses el equipo investigador analizó los expedientes y los acuerdos específicos que llevaron a cambiar el nombre de determinadas vías públicas entre el 1 de abril de 1939 (fecha en que València fue tomada por las tropas franquistas) hasta la primera Corporación de la Democracia, en 1979. 

El profesor Morant explicó en la rueda de prensa que se dio a conocer la decisión, que el trabajo de investigación y análisis se basó en la revisión de acuerdos y expedientes específicos para conocer las motivaciones, pero también para evitar los casos de homonimia. Así, señaló, se investigó cada nombre, incluso acudiendo a las obras de las personas nombradas y a la prensa de la época. Por eso, añadió Glòria Tello, “en los casos que había dudas, o que la documentación hallada era poco concluyente se ha optado por no incluirlos en la propuesta”.

Convivencia de ambos nombres un año

Los nombres actuales, que Tello cree que podrían comenzar a verse a partir del verano, se mantendrán durante 12 meses con los nuevos para garantizar el periodo de adaptación, si prospera la propuesta. Tal y como admitió la concejala, “ha sido un proceso lento, puesto que hemos querido llevarlo adelante con todas las garantías y rigor, desde el respeto a los intereses específicos de la ciudadanía, al pluralismo y al respeto a la ley”. 

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