VALÈNCIA. El criterio del Ayuntamiento de València se ha impuesto al de la Generalitat en la redistribución de los distritos escolares que se ha votado este jueves en la capital. Esto quiere decir que la zonificación de colegios se mantendrá tal y como estaba de cara al próximo curso, pese a la reducción planteada por la Conselleria de Educación. También implica que la opción defendida por la concejala María Oliver, de València en Comú, ha tenido un mayor respaldo que la del conseller Vicent Marzà, de Compromís.
Tras una larga reunión, la comisión de mapa escolar ha llegado a la conclusión de no instar al Consejo Escolar Municipal (CEM) a cambiar los distritos escolares, sin perjuicio de que cada organización miembro pueda elevar al mismo una propuesta propia para su evaluación. El nuevo mapa había sido estudiado durante dos semanas por los técnicos expertos en la materia, quienes finalmente han decidido rechazarlo de manera tajante.
Cabe recordar que se había hablado de una disminución de 19 a 7 zonas en el área de Infantil, mientras que en Secundaria se pasaría de 10 a 4 zonas. La simplificación del mapa responde a los problemas en la asignación de plazas detectados durante el último curso, que han sido especialmente notorios en zonas neurálgicas como Ciutat Vella. De hecho, era en estas áreas donde se habría producido el cambio. Pero a OIiver no le convencía el argumento: “No existen motivos que justifiquen la modificación”.
“No es un buen momento para reorganizar, porque ahora cada escuela debe decidir qué nivel de plurilingüismo implanta"
El Ayuntamiento considera que el sistema vigente “está funcionando” y no es partidario de una modificación, que llegaría un año después de que entrara en vigor la distribución de áreas. Añade además el argumento de que durante este curso se están votando los niveles lingüísticos que se aplicarán en cada centro para incorporarse al nuevo decreto. “No es un buen momento para reorganizar, porque ahora cada escuela debe decidir qué nivel de plurilingüismo implanta y debe haber variedad entre todas las zonas. Es mejor esperar al año que viene y entonces tomar una determinación”, precisa Oliver.
En lo que sí están de acuerdo los Gobiernos autonómico y local es en que la eliminación del distrito único de la anterior Administración del PP no ha sido un error. “En absoluto, era una opción fatídica. La zonificación es algo positivo para el día a día de los colegios, de ahí que vayamos a hacer un proyecto de agrupación a tres años vista”, ha asegurado la concejala. Un argumento similar al que dio Marzà en su día, asegurando que la nueva distribución en distritos era “un intento por igualar a todos los estudiantes”, de manera que fueran los padres quienes eligieran los centros, y en ningún caso al contrario.
Los sindicatos también eran partidarios de mantener las cosas conforme están. Desde CCOO insisten en que antes de cambiar cabe valorar como afectará la medida “a la escuela inclusiva” y “a la enseñanza en valenciano”. Aprovechan para mostrar su rechazo al sistema de distrito único, dado que a su parecer favorece “la selección del alumnado por parte del centro” y “la competitividad” entre colegios.
El nuevo decreto de admisión, promulgado por la Administración en la primavera del año pasado, implicaba diversas modificaciones. A partir del mismo, vivir en el área de influencia del colegio dota con 10 puntos para entrar en un centro. Esto quiere decir que se prima el criterio de proximidad geográfica sobre otros méritos. Aunque la decisión partió de la Conselleria, el encargado de delimitar las zonas es el Ayuntamiento, quien diseña un plan municipal a través de su Consejo Escolar Municipal.
Otra cuestión polémica ha sido que el proyecto de zonificación, valorado en 100.000 euros, haya sido asignado a un miembro de Podemos. Oliver no lo considera “incompatible”. “Lo que hicimos desde el servicio municipal del Ayuntamiento fue contactar con los expertos de la Universidad y ellos nos recomendaron a esta persona. Es un miembro del Consejo Ciudadano de Podemos, pero tiene treinta años de experiencia. Yo no le voy a retirar el proyecto”, defiende la concejala de Educación.