VALÈNCIA. El Ayuntamiento de València ha licitado de nuevo la restauración de los tinglados número 4 y 5 de la Marina de València, que quedaron desiertos recientemente al no recibir el consistorio ninguna oferta para poner a punto estas estructuras, que fueron utilizadas como boxes de la Fórmula 1.
En el caso de tinglado número 4, el concurso tenía un presupuesto de 1,2 millones de euros, impuestos incluidos; en el del 5, el presupuesto era ligeramente inferior, 1,08 millones, cifras que se mantienen. A pesar de ser cantidades importantes, ninguna firma se interesó y por este motivo la Junta de Gobierno ha decidido realizar un procedimiento negociado sin publicidad, como ya señaló Valencia Plaza.
En este tipo de procesos, el consistorio aclara con las compañías cuáles son los motivos que les lleva a no presentarse a la licitación y definir características más ajustadas para que haya interesadas. Por este motivo, desde el Ayuntamiento se ha convocado una reunión para visitar los espacios el próximo 2 de agosto junto a personal técnico del consistorio.
Según explican en los pliegos del concurso, de todos los criterios el menor precio ofertado será el único objeto de negociación con los licitadores. Otros criterios evaluables en la adjudicación son la experiencia en la ejecución de obras de estructura metálica y la inserción laboral de personal con dificultades de acceso al empleo. El tiempo de ejecución del contrato es de 4 meses y medio.
Los tres tinglados son obra de los ingenieros José María Fuster y Fausto Elio y fueron construidos en 1911. Los tres tinglados son bienes de relevancia local y fueron devueltos por la Generalitat al Ayuntamiento de València en verano pasado.
El tinglado 4 tiene 9.000 metros cuadrados de superficie, mientras que el 5 ocupa 7.535 metros. Según el plan de usos de La Marina, el tinglado 4 quedará diáfano, como espacio que albergue iniciativas culturales, conciertos, teatro, mientras que el 5 se destinará a usos relacionados con la innovación y la creatividad empresarial, como sede de empresas u oficinas, gracias a una arquitectura modular que respete el diseño de la nave. Ahora sólo falta encontrar a alguien que quiera hacer el trabajo.
