VALÈNCIA. Los tinglados de la Fórmula 1 no tienen quien les restaure. De los tres que se iban a recuperar, sólo uno ha recibido ofertas por parte de contratistas: el número 2. Los número 4 y 5, donde estuvieron los bólidos del circo de Bernie Ecclestone, no han despertado el interés de ninguna constructora.
La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de València determinará este viernes declarar ambos concursos desiertos. En los dos casos, según indican los documentos de la mesa de contratación, “no se ha presentado ningún licitador”. A nadie le interesa recuperarlos, al menos en las condiciones de los concursos ofertados por el consistorio valenciano.
En el caso de tinglado número 4, el concurso tenía un presupuesto de 1,2 millones de euros, impuestos incluidos; en el del 5, el presupuesto era ligeramente inferior, 1,08 millones. A pesar de ser cantidades en principio importantes y atractivas, ninguna firma se ha interesado y no se ha presentado ninguna oferta.
Tanto desde el Ayuntamiento de València como desde La Marina no se extendieron este jueves en detalles. Se limitaron a consignar que ambos concursos estarán desiertos.
Frente al desinterés que ha rodeado a los tinglados 4 y 5, el tercer tinglado que salió a concurso, el número 2, sí que ha tenido pretendientes. En total se han presentado seis firmas, entre las cuales se encuentran nombres propios de la construcción como la castellonense Becsa o la madrileña Bauen.
Pero el gato al agua se lo ha llevado la murciana Lorquimur, que ha obtenido la valoración más alta (97,38), y será la propuesta para la adjudicación que, salvo sorpresa, se aprobará en la Junta de Gobierno de este viernes, la primera del recién nacido Acuerdo del Rialto.
Lorquimur no es la que ha ofrecido el mejor precio, eso le ha correspondido a Bauen, pero se ha impuesto por una mayor experiencia en ejecución de obras de restauración.
Es de hecho la restauración de patrimonio artístico uno de los grandes valores de Lorquimur. La empresa, con sede en Lorca, fundada en 1998 por un equipo de profesionales de diferentes empresas del sector, está dirigida por Ginés Méndez Valverde.
Lorquimur adquirió protagonismo nacional cuando recibió el premio Europa Nostra por la restauración de seis iglesias lorqueñas tras el seísmo que las destruyó, galardón que compartió con el equipo técnico dirigido por Juan de Dios de la Hoz y la empresa Restauralia.
El hecho de que dos de los tinglados hayan quedado sin restauradores no parece preocupar en el consistorio. Según explicaron fuentes consultadas de La Marina, los técnicos municipales han dado por seguro que se adjudicarán sus restauraciones con un procedimiento negociado.
Los tres tinglados son obra de los ingenieros José María Fuster y Fausto Elio y fueron construidos en 1911. Los tres tinglados son bienes de relevancia local y fueron devueltos por la Generalitat al Ayuntamiento de València en verano pasado.
El tinglado 4 tiene 9.000 metros cuadrados de superficie, mientras que el 5 ocupa 7.535 metros. Según el plan de usos de La Marina, el tinglado 4 quedará diáfano, como espacio que albergue iniciativas culturales, conciertos, teatro, mientras que el 5 se destinará a usos relacionados con la innovación y la creatividad empresarial, como sede de empresas u oficinas, gracias a una arquitectura modular que respete el diseño de la nave. Ahora sólo falta encontrar a alguien que quiera hacer el trabajo.