VALÈNCIA (EFECOM). El Banco Central Europeo (BCE) ha marcado distancias con la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) al asegurar que sus futuras decisiones no se basarán en lo que haga este organismo, sino en los datos europeos, tras subir la inflación en el país norteamericano.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha asegurado que el organismo depende de los datos, no de la Fed, aunque todo lo que pasa en otros países les importa a la hora de marcar la dirección de su política monetaria y se incorporará a sus previsiones.
Lagarde ha afirmado que su mandato es mantener la estabilidad de precios en la eurozona y trabajar para los ciudadanos europeos, por lo que sus decisiones se basan principalmente en los datos relacionados con esta área.
Además, la máxima responsable de la política monetaria ha recordado que el origen de la inflación en Estados Unidos y en la eurozona fue diferente, así como lo ha sido la respuesta política o la dinámica de los consumidores, por lo que sus medidas también son diferentes.
En este sentido, Lagarde ha declinado especular sobre las posibles decisiones de política monetaria que pueda llevar a cabo la Fed después de que ayer la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés) confirmara de que la inflación estadounidense subió tres décimas en marzo, hasta situarse en el 3,5 %.
El BCE ha mantenido por quinta vez consecutiva los tipos de interés en el 4,5 %, su nivel más alto desde 2001, aunque está abierto a reducir el nivel actual de restricción si la inflación continúa con su dinámica descendente.