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La encrucijada / OPINIÓN

El cambiante tablero de la empresa valenciana

13/06/2023 - 

La literatura sobre la empresa valenciana suele resaltar su tamaño pequeño y mediano, su carácter familiar, apertura al exterior, concentración en sectores de bajo o medio nivel tecnológico y similar intensidad generadora de valor añadido. Un tejido empresarial en el que la presencia de actividades maduras, generalmente localizadas en espacios concretos, -las comarcas litorales en el caso del turismo, las manufacturas en los distritos industriales y las de servicios en las mayores ciudades-, convive con actividades de mayor dimensión como la alimentaria, la industria del automóvil y sus componentes, la del azulejo y sus proveedores de esmaltes y barnices,  las industria químicas y de plásticos, los servicios privados sanitarios y la prestación de suministros básicos. Una empresa  dual, con claros contrastes de productividad, lo que incluye a menudo carencias en I+D e innovación, insuficiente formación de directivos y trabajadores y menor intensidad en el uso de intangibles.

¿Sigue siendo representativa esta síntesis de la empresa ubicada en el territorio valenciano? Puede que sí, a grandes rasgos, pero aceptarla sin más supondría ocultar los nuevos actores que han sustituido o transformado las teselas del mosaico global. La ampliación del elenco de protagonistas se observa, entre otros, en los siguientes:

1. La presencia de fondos de inversión como nuevos accionistas de empresas familiares valencianas situadas en sectores tales como la industria de la alimentación, comercialización de productos agrarios, azulejos y revestimientos cerámicos, hoteles y actividades inmobiliarias. Valencia Plaza ha dado cuenta de los desplazamientos accionariales detectados y su mera relación determina que no nos encontramos ante episodios ocasionales, sino ante un progresivo retroceso del poder de decisión en la empresa familiar valenciana y una mayor agresividad de los inversores externos propiciada, en parte, por la abundancia de liquidez hasta tiempos recientes.

Las razones por las se ha aceptado la entrada de nuevos inversores, sin vinculación previa con la empresa familiar, arroja una amplia casuística: la acumulación de pérdidas, la dificultad de garantizar una sucesión familiar pacífica, el atractivo de las ofertas económicas recibidas, el cansancio de los fundadores y la inexistencia de interés empresarial en sus sucesores, son algunas de las razones. No obstante, existen ejemplos de reacciones pro-activas que han buscado la introducción de la firma familiar en un grupo empresarial más amplio y potente, aunque sea a costa de compartir la dirección y gestión del nuevo ente empresarial: un precio que se compensa con el logro de una mayor aceleración competitiva de la firma resultante.

2.  De otra parte, si se considera una excepción la presencia de Mercadona, primera empresa empleadora de España y líder de su sector, quizás tengamos que acostumbrarnos a una segunda singularidad que amplía el proceso de reconfiguración del protagonismo económico autóctono. Así ha sucedido tras la venta de la mayoría del capital social de lo que puede considerarse uno de los pocos unicornios valencianos. Es el caso del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), cuyos dos principales accionistas locales han conseguido que la empresa se valorara en torno a 3.000 millones de euros, de los cuales han percibido 1.500 tras la venta del 50 por ciento de las acciones, a los que se añaden los 600 en los que se valora el 20 por ciento del capital que continúa en manos de los fundadores.

3. A partir de aquí surgen algunas preguntas relacionadas con las diversas enajenaciones accionariales que han tenido como adquirentes a distintos fondos de inversión. La primera se refiere al destino que los anteriores titulares han dado o darán al capital recibido. Es éste un punto que convendría conocer para calibrar si el conjunto de la economía valenciana acoge la reinversión de los recursos cosechados por las ventas o si éstos fluyen hacia otros lugares. Un asunto nada menor a poco que observemos los importes obtenidos por la representación valenciana del IVI y de otras operaciones que han superado los 20, 50 o 100 millones de euros.

Las cuestiones a responder se amplían, dado el difuso origen de los recursos aportados por los fondos inversores, con abundancia de actores internacionales o de otras regiones españolas, lo que podría llevar a la presunción de que un componente del valor añadido, como son los beneficios empresariales, puede que recalen en agentes alejados del territorio valenciano. Un destino final que depende de la estrategia global del fondo de inversión y sus proyectos de diversificación sectorial y geográfica, con la empresa ubicada en la Comunitat Valenciana como una pieza más de un complejo puzle de intereses y prioridades.

Añádase a lo anterior que la pérdida de protagonismo de los actores valencianos conduce, de igual modo, a la elevación de barreras entre las anteriores firmas y sus vecinos institucionales y sociales, a la oxidación de la relación que integraba la presencia de le empresa en el empuje a distintas acciones filantrópicas: fijémonos en qué empresas han ido más allá de sus paredes para crear fundaciones culturales y sociales o patrocinar eventos de proximidad. ¿Acogen los fondos de inversión este tipo de sensibilidad?

4. Del nuevo mapa empresarial valenciano comienza a formar parte, asimismo, el sector de las energías renovables y sus conexiones con la industria facilitadora de algunos de sus inputs o con los servicios que la complementan. La dimensión de esta actividad se encuentra en proceso de ejecución y aún es pronto para calibrar el alcance de su implantación final, a la espera de que se materialicen los proyectos pendientes y la efectiva inversión de los capitales anunciados.

En todo caso, cabe esperar que se neutralicen posibles operaciones puramente especulativas: además del desprestigio que provocan tales maniobras, la Comunitat Valenciana necesita disponer de una imagen coherente con la atracción e implantación de empresas ligadas a la electromovilidad y de aquellas que producen hidrógeno verde a partir de la electricidad y otros inputs Una nueva composición industrial que, además de sus efectos directos e indirectos en términos de empleo y de difusión empresarial, se inserta en la estrategia de lucha contra el cambio climático y en la creación de empleos cualificados.

5. El nuevo tablero de la empresa valenciana no estaría completo sin hacer mención a las grandes empresas de nueva constitución y las fuertes inversiones ya conocidas o en vías de efectiva concreción. Algunas de ellas ya comienzan a tomar forma (Volkswagen, Edwards Lifesciences, Ignis, Deutsche Telekom, BP...), mientras que otras todavía se encuentran bajo la sombra de la confidencialidad o del rumor. De aquellas que finalmente se concreten cabe esperar oportunidades ligadas a la creación de redes que, sin perjuicio de su proyección internacional, también integrarán a empresas proveedoras situadas en sus proximidades para reducir el alcance de la huella de carbono o apoyar otros objetivos estratégicos a los que no son ajenos los movimientos tectónicos de la geopolítica internacional.

6. Asimismo, aunque el tamaño sea a menudo diferente, cabe añadir entre los vectores de cambio del tejido empresarial valenciano a las empresas procedentes de aceleradoras de startups y a las firmas que se están ubicando al calor del Distrito Digital. No obstante, sin cuestionar su creciente presencia, lo relativo a las startups precisa ser dimensionado y monitorizado. Sólo a partir de datos rigurosos se podrá medir su implantación, orientación y fortaleza relativas, en comparación con las experiencias de otras economías. Cuestión aparte es la política que puede acompañarlas y realmente ayudarlas a elevar el vuelo cuando superen la validación de su proyecto empresarial. Una política que, más que a los esfuerzos públicos, apela a la organización de nuevo inversores privados en la Comunitat Valenciana: ¿tanto cuesta impulsar el nacimiento de clubes de inversores y de fondos de inversión autonómicos y locales? ¿Es el individualismo, la ausencia de canales de información apropiados o una conservadora aversión al riesgo lo que frena la aparición de las anteriores iniciativas? En algunos casos, ¿se ha convertido la promoción de startups en un negocio a corto plazo, con el inversor inicial deseando la consecución de rápidos pelotazos a costa de otros inversores?

7. Corolarios finales. Los ejemplos mencionados en los epígrafes anteriores aportan algunos corolarios. El más evidente es la necesidad de dar continuidad a una política regional amistosa con las nuevas iniciativas empresariales que sean impulsoras de un mayor valor añadido y de un empleo más exigente en especialización profesional y compensación salarial. Esta posición se complementa con  la adopción de límites infranqueables frente a quienes presionen en favor del inmediato regreso a las rentas públicas como fuente de ingresos, la facilitación de empresarios-burócratas que fosilizan en las concesiones oficiales su pasión competitiva o la reapertura de puertas que permitan hacer del territorio una fuente de ingresos fáciles y un caldo de cultivo en el que la corrupción campe a sus anchas.

El futuro no se escribe con los errores, simplezas y desprestigio del pasado. El futuro es una permanente exigencia de poder a través del saber, del conocimiento, de la innovación, del esfuerzo y de la rectitud. El futuro es la conciliación de los intereses empresariales, otorgando la debida importancia a lo que, siendo todavía insuficiente  en la Comunitat Valenciana, constituye el mascarón de proa en economías muy próximas: la diversificación empresarial en nuevos sectores de mayor productividad y la inyección de amplias dosis de ésta en las actividades ya implantadas. Limitarse a las infraestructuras físicas como única bandera del entusiasmo y consenso empresariales es castrar las ambiciones de la Comunitat Valenciana y conceder ventajas permanentes a otras Comunidades Autónomas y a las mejores regiones del resto de Europa.  Es olvidar que no formamos parte de las regiones ricas, sino que estamos más cerca de las pobres: de 17 CCAA, sólo 5 obtienen peores niveles de PIB per cápita. Es olvidar que, en la Comunitat Valenciana, este mismo indicador retrocede a medida que avanzamos hacia el sur de nuestro territorio. Es engañarse creyendo que ese deslizamiento norte-sur se combate mejor con el retrovisor de 1995, sin mirar de frente  a lo que, en otras partes, ya no es siquiera presente sino inicio del pasado. Y por cierto: no es cuestión de confrontar sectores porque en todos ellos, tradicionales o de nueva generación, resulta posible agitar las campanas del talento, la creatividad, la innovación y el esfuerzo.

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