El cine de verano de La Rambleta analiza la masculinidad frágil a través de tres comedias

VALÈNCIA. En un artículo célebre, Andrei Tarkovski elogiaba la figura de “el hombre débil” considerándolo un vencedor de la vida, alguien que lucha contra el mal que lleva dentro de sí mismo y persigue una perfección espiritual. Una concepción profunda que, sin embargo, puede aplicarse a las dos comedias europeas que encabezan esta tercera semana de cine en Rambleta.

El jueves 18 de julio, Rambleta proyectará Kleine Haie (1992), las tribulaciones de tres jóvenes que sortean con ingenio el hambre y la falta de oportunidades. Un canto de esperanza y un film de culto que sigue conmoviendo a cada generación nueva. Traducible como Pequeños tiburones, Kleine haie quedó inédita en España pese a ser una de las joyas del cine alemán de los ‘90. La crítica la alabó como una comedia entretenida, inesperada y original, memorable sobre todo por una fotografía que resuelve con imágenes de ensueño una road movie. Su brillante reparto acabaría cuajando y echando raíces en la cinematografía alemana de este siglo.

El viernes, 19 de julio, contará con Totò e le donne (1952), una de las películas más originales protagonizadas por Totò y Peppino de Filipo. Casi toda la trama transcurre en una buhardilla, donde el cómico napolitano se refugia particularmente de su mujer y abomina, en términos generales, del género femenino. Los primeros cinco minutos preludian lo peor, una especie de monumento a la misoginia, pero no es así. Totò e le donne reúne un catálogo reconocible de miserias y horrores que muchos hombres sufren a costa de su pasión por las mujeres. La identificación con el espectador se produce instantáneamente por las miradas a cámaras de Totò y el resultado es tan divertido que en su momento se saldó con un éxito rotundo reuniendo a más de cuatro millones de espectadores.

Como cada sábado, el 20 de julio el centro lo dedica al cine asiático, presentará Peppermint Candy (1999). Un film que parte de un grito, ese que lanzaría cualquier persona que se enfrente conscientemente a la muerte. Su estructura argumental se corresponde con ese tren expreso que circula por la mente de quien va a morir, embarcándose en un viaje hacia el pasado que relaciona la crisis existencial del irascible Yong-ho con el declive de Corea del Sur. El cineasta Lee Chang Dong localiza la semilla de ese futuro nulo o, como poco, sombrío de tantísimos coreanos en algunos acontecimientos cruciales de la historia de su país que directa o indirectamente sufre el protagonista, como fueron la masacre de Gwangju en los ‘80 tras las manifestaciones estudiantiles o la crisis económica de los ‘90. Nuevamente, la masculinidad de su protagonista se rompe cuando toma conciencia de esa inocencia perdida. Sometido por imposición del gobierno a una disciplina militar, incapaz de amar y cultivado en el maltrato, Yong-ho no es más que una víctima del sistema que progresivamente se humaniza conforme avanzamos en el pasado.

Cada pase vendrá precedido de una presentación del crítico Daniel Gascó. A partir de las 20:45h (22h proyección de la película), con el mismo aire popular del “cine a la fresca” y la posibilidad de llevar la cena de casa. La entrada incluye una primera consumición y además Rambleta cuenta con el clásico ambigú de los cines de verano.