'Espíritu Sagrado': el (oscuro) misterio de Elx
'Espíritu Sagrado': el (oscuro) misterio de Elx
VALÈNCIA. Empieza la temporada de premios cinematográficos nacionales, que se alargará desde este mes de noviembre hasta febrero, con unos Goya que serán el colofón del Año Berlanga también en València. Ayer se presentaron las candidaturas de los Premios Forqué y ya se empieza a avanzar cierta sensación de por dónde van a ir los tiros de las nominaciones. Tanto los Feroz, como los Goya, como los nuevos Premis Berlanga, están en la primera fase de votación, mientras que los organizados por Egeda acaban de abrir la segunda ronda que decidirá las películas ganadoras.
Es el momento crucial del año, las películas se promocionan en los correos electrónicos de las personas con derecho a voto, hay pases de prensa especiales… La máquina de marketing por hacerse un hueco en el imaginario del votante está a pleno rendimiento, sobre todo con las películas que no tienen nada por supuesto. Films pequeños, que pueden aspirar a colarse en alguna categoría, pero que tiene que ser a base de recordar su apuesta para que lo vote suficiente gente por encima de otra película dirigida por Almodóvar o protagonizada por Javier Bardem. La popularidad.
En este contexto, el audiovisual valenciano está de enhorabuena: este años los Premis Berlanga gozarán -presumiblemente- de un palmarés que subirá el nivel de años anteriores, tal y como ha venido haciendo desde su primer edición. Esa la señal inequívoca de que no solo el número de rodajes, sino la creación, va creciendo poco a poco. Este año hay menos películas candidatas de mejor calidad, tanto en ficción como en documental.
En el caso de los largometrajes de ficción, sin duda Espíritu Sagrado destaca con diferencia. La ópera prima de Chema García Ibarra brilló en el Festival de Locarno el pasado mes de agosto y lo está haciendo ahora en el Festival de Sevilla. Es una película personal y magnética, diferente con todo el sentido semántico de la palabra. Y a la crítica le está encantando. Por su distancia estética y de puesta en escena, será difícil que destaque en premios nacionales, que habitualmente son muy conservadores en sus votaciones, pero los premios valencianos son jóvenes.
El film cuenta la historia de la desaparición de una niña en Elche, y también la del fallecimiento del líder de un grupo ufológico de la ciudad. En este contexto, José Manuel deberá acabar de atar los cabos sueltos de una ambiciosa operación.
Lucas, de Álex Montoya, también puede ser una apuesta potente en los Premis. La adaptación del corto que fue nominado en los Goya de 2014 es un paso adelante en el camino del director valenciano. Se trata de una película que provoca preguntas, por la manera en la que Montoya utiliza de manera ambigua a los personajes con un tema tan sensible como lo es la pederastia. Si con Asamblea, grabada en un único escenario, el director consiguió demostrar su buen hacer con la cámara, en Lucas despliega ese talento, a pesar de no contar con una producción muy ambiciosa.
Josefina, de Javier Marco, se acaba de estrenar en cines, entre todo el aluvión, y no se le ha puesto la atención que merece. Se trata del debut en el largometraje de un director ya conocido en los premios Goya. El alicantino pone en pantalla a Roberto Álamo y Emma Suárez interpretando a un funcionario de prisiones y a la madre de un preso, en un film que no por pequeño deja de sorprender, y que augura una prolífica carrera a Marco. Esta tal vez sea la película que más facilmente puede permear en los premios nacionales de todas las valencianas.
Pero no habría que olvidar tampoco Ama, de Júlia De Paz Solvas, que a pesar de no ser una directora valenciana, ha hecho una de las películas españolas más auténticas y desgarradoras del año y la ha hecho en Benidorm. O El club del paro o El Cover, que igualmente son rodajes atraídos a la Comunitat o realizados por profesionales valencianos y que han tenido un recorrido mediático mayor. O Visitante, la ópera prima de Alberto Evangelio y la película de género de todas las candidatas, que sin duda eleva el nivel de Cuerdas, de José Luis Montesinos. O el biopic de Frederica Montseny, co-producida por las televisiones públicas del arco mediterráneo, que podría seguir el camino abierto por el telefilm sobre Guillem Agulló, aunque sin duda no cosechará el mismo éxito.
Con todo esto, la repercusión de la ficción valenciana en los Goya se va a ver muy ahogada por las propias apuestas nacionales. Los Goya apostarán -previsiblemente- por Almodóvar, por León de Aranoa, y los Forqué avisan del posible papel destacado de Maixabel y Mediterráneo. Con estas piezas ya encajadas, pocas quedan por colocar. Más teniendo en cuenta que hay otras tantas más brillantes de otros territorios que luchan por ese mismo espacio. La valencianía de los Goya será sin duda complicada.
En el terreno de la no-ficción, la elección no es menos fácil. Seis apuestas son seleccionables en estos Premis Berlanga con films que han tenido más o menos recorrido comercial, pero que en general se han podido en festivales o han gozado de un reconocimiento explícito de la crítica. Destaca Carceller, el hombre que murió dos veces, de Ricardo Macián, que está haciendo un tour por toda España para darse a conocer y que empezó en el Festival de Valladolid. Un blues para teherán, de Javier Tolentino, también se ha podido ver en varios pases a lo largo y ancho del país. O Adán Aliaga, que en Posidònia continua con su mirada lúcida una solvente filmografía documental. Óscar Bernácer, otro nombre imprescindible de la no-ficción valenciana, propone Here comes the sun, una revisión del modelo de turismo.
Finalmente, las categorías de cortometrajes son siempre muy complicadas de prever. Sin embargo, aquí sí que hay apuestas valencianas muy firmes. Mindanao, de Borja Soler -por ejemplo- ha conseguido pasar el primer corte de los Forqué con la historia de ficcionada de una conocida alcaldesa de una conocidíma ciudad costera. Stanbrook fue el ganador de los pasados Premis Berlanga y viene avalado por decenas de reconocimientos. O Proceso de selección, que cuenta con la experiencia y el talento de Carla Pereira detrás.
Para saber más
'Espíritu Sagrado': el (oscuro) misterio de Elx