VALÈNCIA. El Club de Primeras Marcas de la Comunitat Valenciana ha firmado un acuerdo marco con el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) con el fin de dar ventajas en la congelación de óvulos a las trabajadoras y trabajadores de las empresas valencianas que forman parte del club. Este acuerdo ha sido presentado en una rueda de prensa en las instalaciones del IVI en la que han estado presentes el presidente del Club de Primeras Marcas, Juan Manuel Baixauli, el gerente, Agustín Behamud, el presidente de IVI-RMA Global, José Remohí, y la directora de IVI Valencia, Amparo Ruiz.
Baixauli señaló la importancia de las políticas sociales y de que las empresas las incorpore. "Este acuerdo facilita a las marcas valencianas ofrecer un beneficio social y desde el club seguimos tendencias que mejoran la calidad". El presidente del Club de Primeras Marcas hacía referencia a un estudio cuyo resultado arrojaba que el 38,1% de las mujeres considera que un hijo entorpece su carrera profesional. "Esto lleva a retrasar la maternidad y posiblemente a no ser padres".
Al acuerdo podrán adherirse las 22 empresas que formen parte del club. El beneficio para sus trabajadores será el tener un 10% de descuento -o más si las empresas así lo deciden- en el coste del tratamiento tanto para las trabajadoras como para las parejas de los trabajadores. De momento, ya son cuatro las compañías que han mostrado interés por acogerse: Arroz Dacsa, Nunsys, Caixa Popular y Bodegas Gandía.
"Dentro de 15 o 20 años todas las mujeres congelarán sus óvulos, porque es un seguro de vida para ellas", ha señalado el doctor José Remohí, quien apuntaba al declive fisiológico de la mujer a partir de los 35 años. Ha recordado que en 2007 la empresa valenciana fue la primera en incorporar este tratamiento en toda Europa. "Esto abre las puertas a las mujeres a poder decidir sobre su maternidad", ha insistido, además de comparar la revolución que ha supuesto con la de la píldora anticonceptiva en los años 50.
La doctora Amparo Ruiz recordaba que en IVI son los primeros que ayudan y fomentan que sus empleadas tengan óvulos congelados para evitar la ansiedad que produce este tema. El tratamiento tiene un coste de unos 3.000 euros pero puede ser financiado. "Es una necesidad social que los gobiernos deben tener en cuenta", insistía Remohí. "Llegará el momento en el que se convertirá en una necesidad social y entrará en la Seguridad Social".
