MADRID, (EP). Una empresa estadounidense, Terrafugia, está desarrollando un vehículo volador, conocido como TF-X, y que, según señalan, estará listo para probar en 2018 y estará a la venta de manera global dentro de ocho años.
El concepto creado por esta compañía tiene alas desplegables con motores eléctricos gemelos unidos a cada extremo y que proyectan una potencia de 300 caballos. Estos motores permiten a TF-X pasar de una posición vertical a una horizontal. Además, los expertos explican que el empuje será proporcionado por un ventilador de flujo guiado. El vehículo podrá alcanzar una velocidad de crucero de 322 kilómetros por hora y cuenta con una autonomía de vuelo de 805 kilómetros.
En su página web, Terrafugia señala que su objetivo es proporcionar un 'verdadero transporte de puerta a puerta,' con un vehículo capaz de ser estacionado en un garaje como un coche normal. Sin embargo, un avance de estas características necesita sistemas que un coche normal no tiene.
Así, el vehículo es semi-automático. Lo único que debe hacer el usuario cuando se monte en él es poner en marcha su computadora de control y escribir el destino antes de despegar. Será el operador TF-X quien tendrá la última palabra sobre si se puede aterrizar en el lugar señalado o si se debe abortar un intento de aterrizaje en cualquier momento.
La compañía ha presentado el último modelo durante la reunión anual de la Asociación de Aviones Experimentales, en Estados Unidos. Allí, la compañía ha proporcionado una animación que muestra cómo el vehículo va a funcionar.
De este modo, han mostrado como el vehículo despegar por la inclinación de las hélices con motor eléctrico de 90 grados y, a medida que el vehículo se mueve para iniciar el vuelo, las hélices giran alrededor hasta quedar paralelas al cuerpo del vehículo. Cuando se activa el ventilador de flujo guiado, las hélices dejan de girar y vuelven a su posición inicial, a lo largo de la nave.
Durante la presentación, los responsables de este proyecto han explicado que ya existe un modelo a escala de una décima parte que está siendo probado en el túnel de viento de los hermanos Wright, en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). Los ensayos permiten probar todos los aspectos del experimento: desde las fuerzas de arrastre, la elevación y hasta el empuje.
Sin embargo, Terrafugia TF-X seguirá trabajando en este coche volador varios años. De hecho, indican que no se podrá comercializar de forma global en un periodo de entre ocho y doce años.