VALÈNCIA. Este viernes 4 de mayo se celebrarán las elecciones a la Junta de Gobierno del Colegio de Arquitectos de la Comunitat. Alfonso Díaz, Luis Sendra y Salvador Lara aspiran a relevar al actual decano, Rafael Durá, durante los próximos tres años. Las elecciones vienen marcadas por el signo de la división dentro del Colegio, si bien las tres candidaturas tienen numerosos puntos en común como la intención de revalorizar la figura de los arquitectos en la sociedad o las exigencias ante la Administración. En aras de la propia fuerza del Colegio, los tres aspirantes invocan también a la unión tras las elecciones.
Luis Sendra tiene como lema de su campaña Un Colegio para todos. Avanzar sin dividir. Junto a él le acompañan en la candidatura Ana Martínez Perán como secretaria y número dos, Salvador López Alfonso como tesorero, y Ana Pallarés y Rosa María Castillo como vocales. Es una candidatura marcada por la experiencia, empezando por el propio Sendra, quien fue presidente del Colegio Territorial de València. “Es un equipo con experiencia en todas las formas de ejercer la profesión”, explica. La candidatura, dice, tiene otro valor añadido y es que “está formada por compañeros que desarrollan su actividad en todo el territorio de la Comunidad Valenciana”. Con una idea en mente (“los arquitectos son una profesión muy cualificada y hay que recuperar esta imagen en la sociedad”), éstas son las principales claves de su candidatura.
La reivindicación de la profesión: “Estamos en un momento en el que salimos de una crisis de 10 años que afectó a todo nuestro colectivo y a una gran parte de la sociedad. Muchos arquitectos se han tenido que reinventar. Es un momento en el que todos unidos podemos avanzar y tenemos mucho que aportar a la sociedad. El buen hacer de los arquitectos es algo que debemos poner en valor, porque la sociedad lo da por hecho y a veces no se reconoce nuestro trabajo en su verdadera magnitud”.
El diálogo como meta: “[Si ganamos] Vamos a aportar diálogo y consenso. Venimos de una etapa donde la tensión, sin llegar a ninguna solución, ha sido la nota dominante. Nosotros apostamos por el diálogo entre todos los arquitectos, que es una cosa que se ha diluido. Hay que volver a ser una profesión unida que participa en la convivencia como parte importante de la sociedad civil”.
La formación permanente como norma: “Nuestras capacidades se mantienen continuamente actualizadas, hay que cumplir nuevas normas, conocer nuevos sistemas y materiales, y por eso somos una profesión en constante formación. Una cosa que queremos impulsar desde nuestra candidatura es la Formación Permanente Homologada, porque es necesario para nuestra profesión y una garantía para la sociedad. Nosotros trabajamos donde las personas viven. En Europa necesitas dos técnicos para realizar lo que nosotros sabemos hacer, porque en España nosotros tenemos doble formación, conocemos el conjunto, es una de las carreras mejor formadas, y para egresar se precisan 300 créditos más un máster, lo que supone seis años de estudios. Tenemos que poner en valor esa realidad”.
Por una reforma de los estatutos, si hay acuerdos: “Se han propuesto unos nuevos estatutos sin acuerdo y se ha llevado a la profesión a una situación al límite. Nosotros iremos mejorando los elementos mejorables de los estatutos pero siempre desde el consenso”.
Recuperar la imagen pública: “La imagen de un urbanismo expansivo y de corrupción política nos perjudicó mucho. Ahora todo esto se está recuperando mejorando la imagen de nuestra Comunidad. Se ha producido un cambio de tendencia”.
Patrimonio: “Hay un gran patrimonio en toda la Comunidad Valenciana que se puede recuperar, pero no hay que confundir lo antiguo con lo viejo. Es una cuestión de diálogo con la sociedad. El Colegio ha de ser un interlocutor válido para ayudar y asesorar a las administraciones públicas”.
Metropol: “Es un asunto del Colegio Territorial, pero en mi opinión personal, tras haber analizado el tema, hay elementos sugerentes, como la planta baja, que con poco esfuerzo se podrían integrar en el nuevo edificio. Es una composición con estética de la época republicana de la que no nos queda mucho. Ese recuerdo se podría mantener de alguna manera, quizás conservando elementos concretos”.
Alfonso Díaz encabeza una candidatura que tiene como lema Conectando. Junto a él le acompañan Ignacio Matoses Ortells como secretario y número dos, Cristina Valls Muñoz como tesorera, y José Cifres Garcerán y Olga Marqués Cadete como vocales. La suya es una opción que apuesta por la renovación y modernización tomando también como referente “la defensa y la puesta en valor de la profesión”. Según Díaz, el Colegio debe defender a los arquitectos ante las instituciones, porque la Administración, dice, “tiene que ser ejemplarizante” y “porque el precio no puede ser el principal valor” en un pliego de licitación. Y en segundo lugar, la puesta en valor de la profesión ante la sociedad, un prestigio que cree que se ha perdido, “porque la crisis ha pasado factura y se ha metido a los arquitectos en el saco de la burbuja inmobiliaria”; algo a lo que, haciendo autocrítica, asegura que ha contribuido la falta de “una comunicación” que pusiera en valor su función de “servicio a la sociedad”. Estas son algunas pautas de su candidatura.
Revalorizar a los arquitectos. “Las ciudades, los edificios o el paisaje donde vivimos son creados por arquitectos. No somos una imposición legal ni un obstáculo, sino profesionales solventes y rigurosos. Puede que haya algunos arquitectos muy famosos, pero la mayoría tienen unas condiciones laborales malas. De hecho, en España es una de las profesiones peores pagadas. El trabajo de un arquitecto está en una escala salarial muy baja en comparación con otros sectores y eso tiene que cambiar”.
Consolidar la mejoría y fomentar la diversificación. “Estamos empezando a atisbar un cambio de tendencia porque el sector de la construcción se está empezando a recuperar. El horizonte se ve con buenas expectativas pero no deja de ser horizonte. El arquitecto además había abandonado otros ámbitos de actividad (diseño de mobiliario, de producto…). Hay muchos arquitectos que trabajan para marcas conocidas, y pensamos que es bueno que el Colegio acoja ese otro tipo de ejercicio profesional. El arquitecto no solo visa y proyecta edificios”.
Los nuevos estatutos, asignatura pendiente: “Terminamos una etapa en el Colegio que ha tenido sus luces y sombras. Se han producido avances importantes en la defensa de la profesión y se ha conseguido implantar el voto electrónico. Pero el final ha sido convulso y se ha enturbiado la situación, creo que por una falta de comunicación, sobre todo del proceso de cambio de estatutos que se había trabajado durante más de dos años. Se ha comunicado mal todo ese trabajo y hacia donde estábamos dirigiéndonos. El congreso quiso cerrar todo ese proceso pero se enfocó mal. Realmente no se ha podido cambiar nada, por lo tanto hay que volver a sentarse con los actores implicados y sus representantes y volver iniciar el proceso porque un cambio es necesario. Ahora bien, el resultado tiene ser consensuado”.
La Administración debe cambiar sus parámetros. “Los arquitectos hemos sufrido también la crisis estos últimos años por que la administración publica ha paralizado mucho la inversión en equipamientos y en vivienda social. Es cierto que hemos perdido un volumen de trabajo por la caída del mercado privado residencial, pero también por unas escasas contrataciones por parte de la Administración que han apostado por encima de todo por las bajas económicas. Esto atenta contra cualquier criterio de calidad responsable”.
Metropol: “Hay que buscar una solución alternativa al derribo. El Metropol tiene unos valores arquitectónicos, históricos y sociales que justifican su pervivencia. La forma concreta en que permanezca entre nosotros será trabajo precisamente de un arquitecto. El Colegio debe ser muy activo. En esta y en otras cuestiones importantes que tiene que ver con temas candentes sobre arquitectura y propuestas urbanas, el Colegio debe ser reivindicativo y manifestar su posición como representante de los arquitectos”.
Salvador Lara encabeza la candidatura más renovadora de las tres, ya que apuesta por nuevos nombres. Se presenta a sí mismo como la tercera vía, o la vía alternativa. Con una clara voluntad integradora, su lema es Todos somos Coacv. A su lado, como secretaria y número dos Inmaculada Bordera Guijarro, Lidón Lara Agustí como Tesorera, y Núria Matarredona Desantes e Isaac Peral Codina como vocales. Entre sus prioridades se encuentra “hacer un Colegio sostenible en el tiempo”. Para ello apuesta por incorporar a las nuevas generaciones.
Sin jóvenes no hay futuro. “Cada año se colegian un 15% de los arquitectos que egresan. De los 438 egresados el curso pasado sólo se apuntaron 62 arquitectos. No cubrimos ni jubilaciones ni bajas. Abrir el Colegio a los jóvenes es garantizarse el futuro. Hay que preguntarse en qué estamos fallando. Los estudiantes deben soñar con ser arquitectos, querer colegiarse nada más salir. Y los que están deben responder a la sociedad con la responsabilidad de manejar un bien social que es la arquitectura”.
Revalorizar a los arquitectos, un acto de justicia. “Tiene que haber más justicia con la labor del real arquitecto, haciendo que se estime su trabajo, que es un servicio social. Para ello el Colegio tiene que conseguir que la administración aprecie la calidad del trabajo de los arquitectos. Ahora se están haciendo los concursos a la baja y sólo se tiene en cuenta el precio. Hay que hacer que la calidad se imponga sobre el precio”.
Las obligaciones de la Administración. “La profesión se nutre de tres fuentes de creación de trabajo: el turismo, la iniciativa privada y la Administración. El turismo es costa y nunca ha dejado de trabajar. En estos momentos los colegiados de Alicante, que son tres veces menos que los de València, les igualan en números de proyectos. La otra pata es la iniciativa privada, pero lo que sucede es que se trata normalmente de una iniciativa muy de supervivencia, pequeña obra. Y por último está la Administración. Lo que sucede es que la administración autonómica no puede invertir por los problemas de financiación de los que tanto se habla, y las administraciones locales no tienen potencial para ello. Eso debe modificarse porque una comunidad no progresa si no hay iniciativas que la impulsan”.
La hora del cambio en el Colegio: “Todos queremos la paz en el Colegio. Hay tres candidaturas y dos responden a los dos grupos que se han enfrentando por los nuevos estatutos. Nosotros nos planteamos como una tercera vía, la alternativa. Ninguno de nosotros tiene un cargo colegial. Somos un equipo preocupado por el Colegio y creemos que ha llegado el momento de presentarnos”.
Metropol y Patrimonio: “Me he dedicado durante años al Patrimonio. He llegado a una conclusión y es que el tema de Patrimonio no es una cuestión técnica. Los arquitectos somos muy buenos en eso, pero debemos escuchar a los demás. Debemos sentirnos arquitectos por un lado y ciudadanos por el otro. El valor no es sólo técnico, sino también sentimental. Hay que compartirlo. Como primera norma creo que debemos apostar por la conservación. Sólo cuando una cosa no sirva, hay que sustituirla. No se puede ver la ciudad con euros en los ojos, como un campo de especulación. La ciudad debe ser construida por todos”.