El Colegio de Podólogos aconseja un calzado flexible y menos de 3 cm de tacón

VALENCIA, (EFE). El Colegio de Podólogos de la Comunitat Valenciana aconseja utilizar un calzado adecuado en el trabajo para evitar juanetes, dedos en garra y metatarsalgias, como zapatos que respeten el ancho del pie, que no tengan más de tres centímetros de tacón y flexibles.

Azafatas, comerciales, oficinistas, vigilantes, policías y dependientes son algunas de las profesiones que más castigan sus pies por permanecer erguidos muchas horas.

Las dolencias más comunes son los juanetes, metatarsalgias (dolor en la almohadilla plantar), dedos en garra y fascitis plantar (dolor e hinchazón en la zona del talón).

Otras consecuencias son mala circulación de la sangre, compresión de las articulaciones (sobre todo de rodillas y pies) y sobrecargas por malas posturas.

Habitualmente, los profesionales que no llevan uniforme escogen un calzado de horma estrecha que presiona los dedos, con una suela fina y, en el caso de las mujeres, con un tacón excesivo que perjudica el correcto apoyo del pie.

Con motivo de la celebración el próximo 28 de abril del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el trabajo, el Colegio de Podólogos asegura que es muy importante realizar una visita al podólogo cuando se desempeñan alguna de las profesiones citadas porque podrá determinar cuál es el calzado más adecuado para su jornada laboral y le podrá diagnosticar, si fuera necesario, cualquier tratamiento que evite futuras anomalías.

Los podólogos recomiendan escoger zapatos para la jornada laboral que aúnen criterios de moda, comodidad y seguridad, como zapatos de tacón que esté reforzado u optar por plataformas, con suela acolchada y, en el caso de las personas que trabajan en la industria pesada, deben utilizar zapatos y botas de seguridad, impermeables, con punteras reforzadas de acero y suelas antideslizantes.

Esto será básico para prevenir heridas o que se reduzcan considerablemente las consecuencias en caso de accidente.

Junto a ello, aconseja caminar siempre que sea posible en lugar de estar parado, sentarse 5 o 10 minutos por cada 50 minutos que se pase de pie y utilizar un reposapiés cuando se descanse.