VALÈNCIA. El comercio valenciano necesita un balón de oxígeno para poder afrontar su frágil situación. Y es que el impacto de la pandemia ha tenido un efecto nefasto en muchos negocios. Algunos ya han cerrado y otros están al límite. Un oscuro escenario que se agudiza ante la ausencia de turismo y el menor tránsito en las ciudades. Ante esta situación, el sector reclama a la administración valenciana un plan de choque con el fin de reflotar los negocios e incentivar el consumo.
Así se lo puso de manifiesto la patronal del pequeño comercio, Confecomerç, al conseller de Economía, Rafa Climent, en una reunión de trabajo mantenida este martes para abordar la situación del sector, cuyas perspectivas de cara a final de año no son muy esperanzadoras. "En junio valorábamos que después del verano la recuperación iba a ser lenta pero empezaría a normalizarse, pero ahora no vemos ese horizonte. La campaña de verano ha sido muy floja y este otoño no se ven perspectivas mejores", puntualiza Amparo Barroso, secretaria general de la organización, quien urge a tomar decisiones encaminadas a revitalizar el pequeño comercio.
En este sentido, desde Confecomerç solicitaron al conseller un plan de activación del consumo que incluya bonos para reactivar las compras, una fórmula que ya han utilizado otras autonomías, como el País Vasco, y varios ayuntamientos españoles, con gran éxito. Una medida con la que se quiere contrarrestar el descenso notable del dinamismo comercial de este verano. "Se requieren acciones que promuevan el consumo y una de las propuestas podría ser los bonos para reactivar el comercio de proximidad", señala la organización. Y es que las ventas han caído drásticamente y, según estimaciones de la patronal, el 30% de los negocios está en riesgo de cierre.
"Es una ayuda al sector, pero incentivando el consumo. En la práctica conlleva que, por ejemplo, si un producto tiene un precio de 30 euros, el consumidor pueda comprarlo por 20 euros y los 10 euros restantes los abonaría la Generalitat", explica Barroso.
Desde Economía, les trasladaron que la Conselleria trabaja en un Plan estratégico de Comercio y Artesanía 2021-2025 para ayudar al sector. Una propuesta que esperan que pueda ver la luz el semestre que viene y que promoverá iniciativas para reflotar el comercio.
Asimismo, urgieron al conseller a incluir al sector del pequeño comercio en el Plan para la recuperación de la Comunitat Valenciana, concretamente en temas tan específicos como la energía y la digitalización. También se incidió en la aprobación del Plan de Acción Territorial Sectorial del Comercio de la Comunitat (Patsecova), una norma enquistada por las diferencias entre los propios socios de gobierno. El punto de fricción se encuenta en que no cuenta con el apoyo mayoritario de los agentes comerciales, cuestión que desde la Conselleria de Obras Públicas ven necesaria, dada la importancia de la norma.
No obstante, el pequeño comercio ve ahora más que nunca necesaria su aprobación. "Necesitamos que desde los ayuntamientos se analice la realidad comercial de cada localidad y se planifique un crecimiento ordenado y sostenible del comercio local, agente vital para la economía de los municipios y el Patsecova ayudaría a avanzar en esta línea", reivindican.
A nivel estatal, solicitaron a Climent la intermediación de su colega de partido, Compromís, en el Congreso, Joan Baldoví, en lo que respecta a los ERTE. El comercio está preocupado ante la posibilidad de no estar incluido entre los sectores que podrán prolongarlos. "Queremos hacer constar la necesidad de que el comercio siga cubierto con esta medida, dado que el Gobierno no ha sido concreto en esta línea durante las negociaciones y desde luego es una prioridad para garantizar la viabilidad de todo un sector, estratégico para la economía", subrayan, para incidir, por otro lado, en otra de sus históricas batallas: acabar con la liberalización de las rebajas.
"Los comercios están asumiendo cargas financieras derivadas de créditos solicitados durante el período de confinamiento para poder mantener la actividad, por lo que se hace necesario líneas de apoyo económico. Por ello, insistimos en la exoneración de impuestos, ayudas directas a fondo perdido e incentivos para consumo, que son medidas que pueden ayudar a las pymes, micropymes y autónomos, que están sufriendo plenamente los devastadores efectos de la crisis sanitaria", subraya el comercio. Y para ello, también piden la colaboración de los ayuntamientos para ayudar al tejido empresarial, como palancas de la economía local en la mayoría de los municipios. "Es necesario su apoyo para trabajar programas que se complementen con las ayudas de la Conselleria", concluyen.