VALÈNCIA (VP/EP). El borrador de Libro de Estilo de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació (CVMC) contempla que el comité de redacción de la nueva televisión, que denomina Consell d'Informatius, tenga derecho de veto sobre el nombramiento del jefe de informativos de la cadena autonómica.
El documento fue publicado este lunes en la página web de la CVMC, con lo que se inicia la fase de participación hasta el 18 de julio para que quien lo desee pueda hacer sugerencias o pedir aclaraciones.
En el apartado 2.1.5 del borrador se regula el Consell d'Informatius como mecanismo de control interno, tal como se contemplaba en la ley. En él participarán "el conjunto de profesionales que intervienen en el proceso de elaboración de contenidos informativos, para velar por la independencia, la objetividad y la veracidad de los contenidos difundidos". Este consejo se regirá por un reglamento propio que deberá ser aprobado por el Consell Rector de la CVMC, presidido por Enrique Soriano.
Según se establece en el punto quinto de las funciones del Consell d'Informatius, entre ellas estará: "Informar con carácter vinculante sobre las propuestas de nombramiento de los directores o directoras de los servicios informativos. En caso de ser negativo, el informe deberá motivarse y, si se rechazan tres propuestas consecutivas, el Consell Rector, vista la motivación, podrá decidir sobre el carácter vinculante del informe o proceder al nombramiento de estos cargos".
Los comités de redacción de los grandes medios suelen tener participación en el nombramiento del director, aunque generalmente su opinión o informe sobre el candidato elegido por la empresa no es vinculante. En la antigua Canal 9, lo mismo que en El País o en El Mundo, solo se tiene en cuenta cuando dos tercios de la redacción se oponen al nombramiento, pero sin ser vinculante.
El borrador de Libro de Estilo de la CVMC ha sido elaborado por una comisión de siete miembros formada a mediados de mayo y presidida por el consejero del ente Rafa Xambó. Junto a él, Josep Palomero, de la Acadèmia Valenciana de la Llengua; Nathalie Torres, subdirectora general de Política Língüística; Rosa Maria Agost, decana de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universitat Jaume I de Castellón; Anna Peña, licenciada en Periodismo y máster en redes sociales, Remei Blasco, periodista y profesora asociada de Periodismo de la Universitat de València, y Josep García Illa, técnico lingüístico de la Dirección General, que actúa como secretario de la comisión.
El texto aboga por la promoción de la lengua y cultura valencianas e insta a "huir de una visión centralista en las informaciones y otros contenidos", usando además de manera preferencial la división comarcal para contextualizar las informaciones. Además, incluye una larga serie de recomendaciones para evitar el lenguaje sexista o estereotipado, y remarca la imparcialidad de los trabajadores y la libertad frente a posibles presiones externas.
El texto remarca que los medios públicos y las empresas que les prestan servicios deberán actuar "con absoluta independencia y transparencia, sin que puedan recibir instrucciones, directrices, contraprestaciones o cualquier clase de indicación imperativa del Consell, grupos políticos, económicos, sociales ni de ninguna otra institución o entidad". La decisión sobre los hechos que se difunden o no corresponderá únicamente a los profesionales de la CVMC.
Destaca que la plantilla no podrá sacar ningún beneficio personal de la información conseguida en el ejercicio de su profesión y tampoco podrá aceptar regalos en metálico o especie, sin considerarse como tal libros, DVD o entrada a eventos culturales o deportivos que faciliten su trabajo.
En cuanto a la promoción de la lengua y la cultura valencianas, remarca que la CVMC debe jugar un papel fundamental en la promoción de la industria cultural valenciana, para lo que deberá suscribir convenios de colaboración con otras televisiones autonómicas, estatales y europeas.
En el caso de la publicidad, resalta también que debe contribuir a la promoción del tejido productivo valenciano y se procurará difundir "especialmente las empresas y los productos locales, y sobre todo los que aporten innovación al modelo productivo valenciano". No se permitirá publicidad sexista o que incite a las adicciones.
Los espacios publicitarios han de ser preferentemente en valenciano, señala el libro, y para facilitarlo se pondrán a disposición de los anunciantes servicios de asesoramiento lingüístico.
Respecto al contenido, detalla que la radiotelevisión "debe tener una mirada propia sobre la realidad y, al mismo tiempo, ser una ventana abierta para mostrarnos al mundo". Así, se debe ofrecer un punto de vista valenciano de la información, tomando como referencia geográfica la Comunitat y utilizando de manera preferencial la distribución comarcal.
Precisa, por ejemplo, que el término 'valencià' se referirá prioritariamente al conjunto del territorio y, de manera secundaria, a la provincia de Valencia y la población, caso en el que señala podría usarse "los habitantes de la ciudad de València" para evitar confusión.
El libro de estilo dedica un apartado a realizar recomendaciones para evitar el lenguaje sexista e insta a usar formas genéricas y sustantivos colectivos siempre que sea posible, como alumnado, electorado o funcionariado. Cuando no existan, recomienda recurrir a la perífrasis, poniendo como ejemplo "el pueblo valenciano" como forma adecuada, frente a "los valencianos".
También pide evitar el abuso del género masculino como genérico, plantea usar "la humanidad" en lugar de "el hombre" y defiende la promoción de términos como feminismo o lucha feminista.
Asimismo, señala que la perspectiva de género debe tenerse en cuenta en los contenidos informativos y detalla, entre otras cuestiones, la necesidad de una presencia equilibrada de comunicadores en pantalla, sin que las profesionales sean discriminadas en función de los cánones estéticos dominantes. Plantea también la creación de una comisión permanente de expertos en igualdad dentro del Consejo de Redacción y del Consejo de la Ciudadanía.
En el caso de la violencia machista, considera que hay que tratarla como violación de los derechos humanos y recomienda tratarlos desde el respeto a las víctimas y mostrando el rechazo social. Señala que no se utilizarán expresiones como "un caso más" u "otro caso" para "evitar el efecto narcotizante que resta relevancia a los hechos" y se deberá evitar presentar a las víctimas "como responsables por no haber denunciado".
Asimismo, también repasa el tratamiento relativo a la información que afecte a menores y a inmigrantes, para evitar el racismo y la xenofobia. Así, considera como expresiones a evitar "indocumentados, ilegales, irregulares o sin papeles", proponiendo como alternativa "inmigrante" o "persona en situación irregular".
En el ámbito del pluralismo religioso, recuerda la aconfesionalidad del Estado y dice que "irá acompañado del respeto a la pluralidad religiosa de la sociedad, que será transversal" en los contenidos. Así, "todas las religiones y creencias requieren el mismo tratamiento preciso y riguroso", señala el texto.
La difusión de eventos y liturgias de justificará en función de su arraigo social y por formar parte del patrimonio cultural y tradicional, y no por criterios de religión. Asimismo, la plantilla no podrá difundir sus creencias religiosas y tampoco podrá exhibir símbolos religiosos.
El borrador también incluye un apartado lingüístico cuyas diferentes secciones -pronunciación, morfonsintaxis, léxico etc.- se basan en las recomendaciones de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL).
Así, la propuesta de pronunciación sigue las recomendaciones realizadas por el organismo "en sus diversas obras normativas, adaptadas a los medios audiovisuales públicos valencianos" y se diferencian entre las recomendables -aquellas pronunciaciones "consolidadas en el valenciano estándar, con una amplia extensión en todo el territorio valenciano y con un prestigio social reconocido", explica la propuesta de libro de estilo-; aceptables, su su extensión geográfica no es tan amplia pero continúan siendo válidas, y no recomendables, si su uso es reducido o con connotaciones poco prestigiadas en el conjunto de la comunidad lingüística.
En cuanto al léxico, contempla como formas preferentes las que el 'Diccionari Normatiu Valencià' de la AVL presenta como entradas principales y cita ejemplos como bes, clòtxina, bresquilla, escaló, acomiadar, estrela, faena, forqueta, hui, menut, paréixer, agafar, febra, afonar, galleta, llanda o xafar, entre otros.
Las formas aceptables serán aquellas palabras que el DNV considera secundarias "y esta aceptabilidad está condicionada a que se correspondan con soluciones identificables para los valencianos, como besada, musclo, préssec, escalfar, pessigolles, graó, estel, agarrar, despedir, mentira, tio, avui, enfonsar, etc".
Finalmente, la propuesta señala que son no recomendables en registros formales palabras que llevan la marca de coloquial en el DNV, casos como aixina, agulletes, calentura, conseguir, cridar -por 'telefonar'-, curro, làmpara, patejar, rabo, robo, samarro, sampar, tamany, tonto, vago, xillar, xiste, etc.