VALENCIA. El concurso de acreedores de la firma de telecomunicaciones Tissat -el cerebro informático de la Generalitat Valenciana- ha generado un nuevo agujero en el Instituto Valenciano de Finanzas, un quebranto que roza los 2 millones de euros, según cifra el propio IVF a preguntas de Valencia Plaza. La cantidad se corresponde con la carga hipotecaria del inmueble del centro de Castellón, que ha sido tipificada como crédito subordinado por la administración concursal por ser el IVF accionista de la propia mercantil.
Así lo detalla un informe del administrados concursal en el que el letrado insta al juez a aceptar una oferta de compra por la unidad productiva del centro de Tissat en Castellón. El documento especifica que el comprador adquirirá la unidad productiva libre de cargas y que, por lo tanto, corresponderá al IVF hacer frente a la deuda inmobiliaria.
La Generalitat, según la información a la que ha tenido acceso este diario, maniobró para evitar este desenlace a finales de la pasada legislatura. El plan consistía en vender la participación de la administración valenciana en Tissat -el 38%- de modo que, cuando la empresa entró en concurso, el crédito del IVF habría sido tipificado como privilegiado. La insolvencia de la firma, sin embargo, llegó antes de poder llevar este plan a la práctica.
La oferta presentada por la unidad productiva de Tissat en Castellón corre a cargo de la firma Walhalla Datacenter Services, que se vincula a la actual dirección de la mercantil. El precio de la adquisición es de 350.000 euros más la asunción de una deuda de cerca de 9 millones de euros.
La postura planteada al juez por parte del administrador concursal es que la operación debería materializarse, puesto que mejora las condiciones en las que la unidad productiva saldría a subasta ante una hipotética liquidación de Tissat. Entre otros aspectos, se mantendrían los cerca de 130 puestos de trabajo. Fuentes judiciales añaden que el juez ve factible esta transacción.