VALÈNCIA. Una serie de "errores humanos" ha enrarecido el ambiente entre los libreros que participan en la 52ª Fira del Llibre de València, que este año se celebrará en los Jardines de Viveros del 20 de abril al 1 de mayo. El lunes 27 de febrero se convocó a los asociados y se realizó un primer reparto de casetas, dos meses antes de abrir sus puertas como el Gremi de Llibrers suele proponer. El sorteo reparte las casetas distribuidas por el espacio mediante un sorteo que hace valer una bolsa llena de papeles de la cual se extraen los correspondientes emplazamientos y que, según distintos libreros consultados "tiene una influencia decisiva en las ventas del año", aunque según los técnicos del evento "no existen datos claros reales sobre su incidencia".
El sorteo previsto sucedió mediante el sistema acordado y, al finalizar esa selección, allí mismo, se descubrió "que había una papeleta de más", según todas las fuentes. Los asociados decidieron de forma unánime repetir el proceso y, en la segunda intentona todo había parecido salir bien: "se repartieron las 92 o 93 casetas y todos nos fuimos a casa sabiendo dónde íbamos a estar emplazados", apunta José Luis Rodríguez-Núñez, uno de los asociados. Sin embargo, en torno a las 18:30 horas, el presidente del Gremi, Nacho Larraz, envió un correo electrónico a los asociados avisándoles de que el sorteo se iba a volver a celebrar el miércoles 1 de marzo.
Para Rodríguez-Núñez, en esa decisión "unilateral" nace el problema. Según el Gremi, una de las casetas, casualmente del propio Larraz, no había sido adjudicada por lo que debía volver a repetirse todo el proceso para obtener una consideración justa para ese emplazamiento inscrito. El responsable de Bibliocafé, que junto con la librería Bibliomanía decidió este lunes 6 de marzo impugnar el sorteo, asegura que han ofrecido hasta "tres alternativas para evitar ese tercer reparto: mantenerlo tal y como sucedió buscando una solución distinta a repetir el proceso; que el afectado renuncie a la caseta por no haberla reclamado en su momento, o que acepte alguna de las soluciones que se le han propuesto".
Esa solución final, según Rodríguez-Núñez, pasaba por hacer suya una de las casetas que Bibliomanía tenía adjudicadas y que, ante la situación "y por evitar removerlo todo otra vez, había decidido cederle y no dar uso en esta edición [tiene dos espacios más]". Ninguna de esas propuestas ha sido asumida por Larraz y el sorteo se celebró el propuesto miércoles 1 de marzo. Dado que la comunicación fue vía mail, "no todos los libreros se enteraron de la nueva fecha", como admite el mismo presidente y señalan los asociados que han impugnado el proceso. Así sucedió y el nuevo reparto ha sido comunicado, por lo que, finalmente, el válido ha sido este último, lo que ha derivado en la queja formal e interna que, según el propio Larraz, que fue elegido representante el pasado verano de 2016, "tendrá una respuesta en menos de 24 horas".
Los técnicos del Gremi aseguran que todas las propuestas incluidas estaban presentadas a tiempo y habían cumplido con el pago previo por su participación en la Fira, por lo que cabe el amparo a que todas tengan su caseta en el mapa del evento; de ahí el tercer sorteo. Aunque hay distintas opiniones dentro del colectivo, algunos técnicos piensan que el tipo de reparto, el modelo, podría "replantearse", pero el propio Larraz cree que, pese a los errores humanos que han derivado en esta situación, "es el proceso adecuado. Es la forma más democrática y clara", aseguró a este diario.
Aunque desde la dirección se discrepa del peso en las ventas que puede llegar a suponer una localización u otra en el mapa de 93 casetas, varios asociados consultados por este diario hablan de una "importante influencia. Puedes vender un 10 o un 20% más y eso son cifras vitales para nosotros". Es imposible tener constancia de ello ya que los asociados, como ya se ha informado desde el Gremi en alguna ocasión a este diario, no ofrecen datos reales de venta. Ni totales ni por títulos. El colectivo tampoco ha encontrado un sistema para que así suceda, por lo que es difícil plantear cualquier tipo de planificación progresiva en torno a las distintas situaciones y posibilidades de los agentes.
En la Feria del Libro de València, donde convergen grandes empresas -como pueden ser El Corte Inglés, Casa del Libro o FNAC- y pequeñas, el evento supone un hito importante dentro de la facturación anual a todos los niveles. Desde la presidencia, se quiere evitar en cualquier caso "publicitar un conflicto". Admiten los errores comentados y dan validez al proceso del tercer sorteo, que contó con testigos de distintas librerías -aunque no todos se enterasen de su celebración con la suficiente antelación- y que mañana, con toda seguridad, revocará la impugnación "ofreciendo las pruebas que se deseen en la sede, ya que los datos de pagos, etcétera, no se pueden hacer públicos pero sí mostrar a los asociados"