El Valencia ha pedido una nueva reunión con el president Ximo Puig que, de momento, no se producirá. Podría haber un encuentro con los consellers implicados
VALÈNCIA. Un día después de que el Valencia enviara a la Generalitat su plan para acabar el Nou Mestalla (un nuevo estadio y su financiación) y también una petición de que se revertiera el proceso de caducidad anticipada de la Actuación Territorial Estratégica que ampara el proyecto, el gobierno autonómico empieza a posicionarse. El resumen: no hay intención de dar marcha atrás en el fin de la ATE y hay dudas que aclarar respecto a la documentación que se ha recibido. No obstante, no se descarta nada pues la situación actual no deja de ser la más cercana a una solución definitiva que ha habido en mucho tiempo.
En noviembre, el Consell decidió iniciar el fin anticipado de la ATE por los retrasos acumulados por el Valencia como promotor, pero le ofreció 90 días para presentar un proyecto creible con el compromiso de estudiar en ese caso salvar los beneficios urbanísticos que se le habían concedido y que se cifran en unos veinte millones. Ahora el club pide volver atrás y mantener la ATE porque supone una mayor seguridad jurídica y porque puede facilitar, por ejemplo, que le baste con una modificación de la licencia de obra y no haga falta pedir una nueva.
Pero la conselleria de Política Territorial, de la que depende el proceso de caducidad, no lo contempla. El pasado 15 de diciembre se le comunicó oficialmente al club el inicio del proceso y ahora se está a la espera de sus alegaciones. Después, deberán pronuciarse la Abogacía de la Generalitat y el Consell Jurídic Consultiu. Finalmente, debería ser otro pleno del Consell el que cerrara el círculo. En total, se calcula que finiquitar administrativamente la ATE se puede alargar algo más de ocho meses desde que empezó todo.
Falta por ver cómo reaccionará el Valencia a esta negativa, porque en parte vinculaba el nuevo proyecto a poder desarrollarlo dentro de la ATE. Podría seguir adelante y comenzar las obras en octubre como pretende, puesto que ha dicho que la intención era acabar el estadio con o sin ATE.
Pero también podría esperar a ver cómo finaliza el proceso administrativo. Esa opción abre otra más porque en caso de que la resolución fuera contraria a sus intereses podría llevar el asunto a los tribunales, como ya ha hecho con la negativa de la Generalitat a ampliar los plazos de esa Actuación Territorial. De hecho, en el plan presentado insiste en esa reordenación de los tiempos.
También faltan por conocer los próximos movimientos de las plataformas de oposición a la gestión como máximo accionista de Peter Lim, puesto que anunciaron acciones legales tanto por la concesión de ese periodo de gracia de 90 días para salvar los beneficios urbanísticos como en el caso de que se le permita construir el nuevo estadio con una simple modificación de la licencia del ayuntamiento.
Casi al mismo tiempo que presentaba en el registro de entrada la documentación, el club pidió una nueva reunión con el president Ximo Puig, algo que de momento no se contempla. Tal vez podría haber un encuentro con los consellers Arcadi España (de Política Territorial y del PSPV) y Rafael Climent (de Economía y de Compromís), que son los encargados de estudiar el proyecto que ha presentado.
No le vendría mal al Valencia ese encuentro, especialmente si incluye técnicos por las tres partes porque los planes presentados generan algunas dudas en el gobierno autonómico. Después de tantas decepciones la Generalitat quiere tener todo atado y cree que hay cabos sueltos, que falta concreción y solidez en algunas partes de la propuesta.
El proceso es especialmente ambiguo puesto que no existen unos parámetros claros para evaluar su conveniencia más allá del manido "interés general" o que sea garantizado "financieramente".