VALENCIA. Beneyto, Garín, Tello, Pérez Pont. Cambio de cartas pero mismo tablero. La tensa relación entre el Ayuntamiento de Valencia y el Consorcio de Museos de la Generalitat Valenciana, que se remonta al gobierno del Partido Popular, comienza a bajar el tono con la primera reunión programada entre la concejala delegada del área de Cultura, Glòria Tello, y el nuevo gerente del Consorcio, José Luis Pérez Pont. El encuentro, que llevaba pendiente desde hacía algunas semanas, ya se ha producido y ha servido para aclarar malentendidos entre unos y otros y confirmar la voluntad de ambas partes de seguir trabajando en un proyecto común, aunque todavía se trata de intenciones, pues falta concretar cómo se solventará el mayor escollo: el económico.
Hace años que la edil popular Mayrén Beneyto se desmarcó del resto de instituciones retirando la aportación anual que el gobierno local destinaba al organismo autonómico. Con la llegada de Glòria Tello no cambiaron las cosas. “El convenio que había estipulaba que el Ayuntamiento ayudaba al Consorcio con 150.000 euros a cambio de algunas exposiciones. En los últimos años no se daba y, aunque no seré yo quien la defienda [a Beneyto], esa cantidad no compensa por dos exposiciones”, afirmaba la edil en una entrevista publicada en enero en Cultur Plaza. Cambiaba el equipo de gobierno pero, sin embargo, el tripartito mantenía la negativa a continuar con la fórmula establecida. Entre tanto, el entonces gerente del Consorcio de Museos, Felipe Garín, criticaba la "incomprensión" en la época del Partido Popular y apuntaba a un "interés especial" del grupo municipal aunque, ciertamente, la institución estaba paralizada cuando quedaban semanas para la elección de su nuevo director.
Con la situación en stand-by a la espera de que se resolviera el concurso convocado por la Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte para ocupar la plaza de gerente del organismo, la elección de Pérez Pont puso nombre y apellidos al otro 50% de la nueva pareja que, desde ese momento, debería enfrentarse a la desgastada relación entre instituciones. Aunque la cuestión económica sigue centrando las conversaciones entre una y otra parte, la situación parece haberse desbloqueado y ya se trabaja en las concreciones para dar de nuevo la bienvenida al ente al Ayuntamiento. Así las cosas, durante su encuentro el gerente informó a la edil de que la cantidad publicada (150.000 euros) no es fija, pues ninguna de las instituciones que sí han continuado participando económicamente del Consorcio aporta esa cantidad. De esta forma ha llegado el primer (pre) acuerdo: la revisión de una cuota para evitar que la capital autonómica siga descolgada del proyecto expositivo común.
Descartada la permanencia a 'coste cero'
Es ahora el turno del Ayuntamiento de Valencia de consensuar una cantidad de acuerdo a su capacidad presupuestaria que, en última instancia, confirme lo que hasta el momento son buenas intenciones entre ambas instituciones. Y es que, aunque la cifra es negociable, la aportación económica -sea cual sea- es indispensable para formar parte del organismo, quedando descartada la permanencia a 'coste cero'. También se tratarán de reconducir las relaciones presupuestarias con el resto de instituciones pues, por ejemplo, el pasado año el consistorio alicantino redujo de 30.000 a 5.000 euros su aportación al Consorcio aduciendo que aquello que recibían "no cumplía las expectativas ni de cerca de lo que merecería".
Mientras Valencia trata de buscar la cifra mágica, un hueco en su presupuesto que esquive su desconexión total con el ente de cara al próximo ejercicio, la nueva dirección trabaja desde su sede en el Centro del Carmen en un modelo descentralizado que apacigüe los ánimos de Castellón y Alicante, las grandes olvidadas, y genere proyectos que resulten los suficientemente atractivos como para volver a interesar a las instituciones que lo integran. De hecho, en estas conversaciones, la baza del Consorcio es la del poder de la unión para confeccionar exposiciones más potentes y, también, aprovechar el organismo en tanto que portavocía de cara a fomentar las relaciones y ampliar la presencia valenciana a nivel nacional.
Ayer mismo, por ejemplo, el Centro del Carmen inauguraba su última exposición clásica, pues está inmerso en un proceso de transformación a espacio de arte contemporáneo, de la mano del Museo del Prado, que "está en Madrid pero no es madrileño, es nacional", indicó durante su presentación Miguel Falomir, director adjunto de Conservación e Investigación de la pinacoteca. En este caso también entran en juego las numerosas salas de titularidad municipal, pues el Consorcio apela a su capacidad negociadora para llegar a un acuerdo que potencie la programación de las mismas. La relación se descongela aunque, bien es cierto, no hay programado un nuevo encuentro y la respuesta a en qué forma y cómo se formulará la solución es todavía un misterio.
Nuevas bases consensuadas con críticos y artistas
El primer guiño al gobierno local llegó hace apenas una semana, aunque no fue de la mano de Glòria Tello. De las negociaciones con la concejala de Servicios Sociales, Consol Castillo, surgió el proyecto de convertir la sala Contrafuertes en un espacio para proyectos de carácter social, por lo que próximamente se abrirá una convocatoria pública destinada a asociaciones y colectivos sociales. Mientras se acaban de concretar los detalles de ésta, el museo ya expone la muestra Mirades 15 x 15 de la Universidad Popular y en colaboración con Save The Children. Las convocatorias se extenderán a toda la programación, tanto en Valencia como en el resto de salas consorciadas, un procedimiento abierto para artistas y comisarios cuyas bases se están consensuando con la AVCA (Associació Valenciana de Crítics d'Art) y la AVVAC (Asociación de Artistas Visuales de Valencia, Alicante y Castellón).
Si bien es el Ayuntamiento de Valencia el espacio con el que más asperezas ha de limar, siendo el único hasta el momento que ha retirado su aportación económica, la reconstrucción del Consorcio de Museos pasa por todos y cada uno de los centros expositivos asociados. El pasado mes se promovió una reunión entre los directores de los Museos de Bellas Artes de Castellón, Ferrán Olucha; de Valencia, José Ignacio Casar, y de Alicante, Joserre Pérezgil con el fin de crear proyectos expositivos en común, encuentro del que surgieron seis ideas para 2017 y 2018 sobre las que ya se está trabajando. Las iniciativas, especialmente por lo que respecta a 2016, están condicionadas por el recorte del Ministerio de Hacienda que ha dejado, por el momento y a la espera de conocer si la Conselleria consigue amortiguar la caída, con un 12,22% menos de su presupuesto (213.930 euros), siendo el espacio más afectado porcentualmente.
Aunque José Luis Pérez Pont anunció que, de ejecutarse el tijeretazo tal y como se había anunciado, el Consorcio corría el riesgo de tener que cancelar o ajustar algunas de las exposiciones programadas para el presente ejercicio, algunos proyectos han logrado sumarse a la oferta prevista. Entre ellos una exposición en homenaje al 30 aniversario del colectivo valenciano de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales Lambda y otra, un acuerdo todavía por confirmar, que traería el último trimestre del año una de las exposiciones itinerantes desarrolladas por el organismo público Acción Cultural Española, siendo en ambos casos cesiones de espacios y no coproducciones.