VALÈNCIA. El secretario general del PSPV, Ximo Puig, compareció este martes antes la Comisión Ejecutiva Nacional de la formación socialista para hacer balance de las elecciones autonómicas y locales celebradas el pasado domingo. Unos comicios que, en términos generales para las siglas, fueron negativos tanto en el ámbito regional como en el estatal. En la Comunitat Valenciana, el PSPV perdió la Generalitat, además de otras instituciones como la Diputación de Castellón y grandes alcaldías como València, Elche o probablemente, Torrent, entre otras.
El planteamiento previo en las elecciones era claro: victoria o guerra. Sin embargo, la convocatoria exprés de elecciones generales por parte de Pedro Sánchez para el 23 de julio tras el desastre sufrido, ha supuesto la congelación -o al menos el enfriamiento- de las carreras sucesorias.
En esta línea, en la comisión celebrada este martes se produjeron numerosas intervenciones por parte de miembros de la Ejecutiva, especialmente en el caso de los dirigentes más próximos a Puig. Prácticamente la totalidad de los turnos de palabra se centraron en la necesaria continuidad del líder socialista, no sólo desde el punto de vista orgánico, sino también con un papel activo de jefe de la oposición. Es más, alguno de los intervinientes incluso llegó a animar al todavía presidente de la Generalitat a que se mantenga con el objetivo de volver a ser candidato en 2027 y tratar de desbancar del Gobierno valenciano al Partido Popular.
Ahora bien, no todos, ni mucho menos, están de acuerdo con este tipo de manifestaciones. En la formación socialista hay sectores que vienen creciendo internamente y pidiendo paso desde hace años. En líneas generales, los grupos que han sido internamente más críticos entienden y apoyan que Puig permanezca como líder del PSPV en el trance de las elecciones generales. Ahorabien, distintas fuentes de estos sectores también consideran que el secretario general, tras los comicios, deberá pilotar la formación socialista hacia un congreso extraordinario para abrir el partido a otro liderazgo. Bien es cierto que, si las elecciones generales terminan con una derrota de Pedro Sánchez y un cambio de gobierno, la lógica indica que se precipitará un cónclave extraordinario en el PSOE, que precedería al de ámbito autonómico. De la misma manera, el calendario previsible para este escenario sería que Sánchez convocara ese congreso para después del verano, también dependiendo si las mayorías arrojadas por las urnas son claras.
Ahora bien, puede ocurrir que el presidente del Gobierno sume lo suficiente para mantenerse en el poder, con lo cual no se produzca congreso y la pelota caiga en el tejado de las estructuras autonómicas. Es decir, Puig deberá decidir si convoca o no un cónclave extraordinario para su posible relevo en el PSPV: de no hacerlo, los plazos marcados enviarían esta cita hasta el año 2025, a menos de dos años de las elecciones autonómicas.
Precisamente este posible escenario es el que no termina de convencer a los sectores críticos, que valoran el papel de Puig pero consideran que debe prepararse con mucha antelación un nuevo liderazgo y candidato para tener opciones de recuperar la Generalitat en 2027. El grupo más potente orgánicamente en este apartado es el que lidera el alcalde de Mislata, Carlos Fernández Bielsa, que ha ganado nuevamente con autoridad en su municipio, al igual que otros de su cuerda política como Juan Antonio Sagredo (Paterna), Jordi Mayor (Cullera), Darío Moreno (Sagunt) o Rafa García (Burjassot). Bielsa, que no intervino en la Ejecutiva de este martes, ha respaldado a Puig en esta legislatura, si bien de todos es sabido que tiene aspiraciones para presidir la Diputación de Valencia y posicionarse como relevo del actual líder del PSPV.
En este punto, en los sectores críticos preocupa que Puig, animado por su entorno, se plantee continuar toda la legislatura y presentarse como candidato en 2027, taponando así el proceso de sucesión. Sobre esto, distintas fuentes socialistas consultadas por este diario apelan a la calma y recuerdan que las elecciones han sido "hace sólo cuatro días". "Hay que dejar que todos digiramos los resultados, que son duros", comentaba un cargo del partido preguntado por este diario. Así, pese a la continuación inmediata de Puig, desde los sectores críticos opinan que el propio líder del PSPV irá asumiendo la propia dificultad de ser jefe de la oposición habiendo sido presidente de la Generalitat ocho años, algo que, a su juicio, facilitará mucho los ataques del nuevo jefe del Consell, Carlos Mazón (PP), por lo que piensan que la solución de Puig de permanecer ahora es correcta, pero luego "la realidad caerá por su propio peso después de las elecciones generales".
Unas tesis que algunos dirigentes próximos a Puig no comparten o, al menos, no con esa contundencia, y prefieren no descartar que el todavía presidente y secretario general del PSPV se plantee su continuidad más allá de las elecciones generales.