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CUALQUIER TIEMPO PASADO FUE PEOR

El día que la niña de 'El exorcista' fue poseída por un pitbull

Linda Blair, la actriz que interpretó a Regan en la aterradora película El exorcista, ahora es una ferviente defensora de los perros potencialmente peligrosos (PPP)

30/07/2019 - 

VALÈNCIA. Vómito verde, la cabeza girando sobre sí misma, los ojos en blanco, cicatrices por todas partes y el pelo alborotado... Cuando Regan estaba poseída, daba más miedo que el perro más agresivo que hayan visto en toda su vida. La actriz Linda Blair, uno de tantos muñecos rotos de la industria de Hollywood, pese a ganar un Globo de Oro y ser nominada al Oscar por aquella temible interpretación, no superó las secuelas psicológicas de aquel éxito desmedido hasta que no llegó a los 50 años.


Tras ser perseguida por fanáticos religiosos, que le obligaron a cambiarse de ciudad y vivir una temporada con guardaespaldas; con una carrera como actriz bastante mediocre; después de posar desnuda en la revista Playboy a la desesperada; habiendo superado diversas relaciones sentimentales infructuosas y una detención por tráfico y consumo drogas, hasta terminar internada en un psiquiátrico durante una larga temporada, la intérprete fue por fin rescatada emocionalmente el día que un pitbull comenzó a rondar por el exterior de su vivienda. Asustada, se metió en casa, hasta que se dio cuenta de que el animal solo estaba deambulando, desorientado. Fue cuando le sacó un barreño de agua y el can, sediento, se ganó el afecto de la actriz. Ahora es Sunny, “el gigante apacible”.

“Los medios de comunicación me habían condicionado a temer que este perro me matara, pero en realidad me estaba pidiendo ayuda”, explicó a los medios. Se dio cuenta que en un primer momento había sentido prejuicios por ser un PPP (perro potencialmente peligroso). Tras décadas generando pavor a los espectadores con su truculenta interpretación en el celuloide, imágenes que le han perseguido toda su vida una y otra vez (puesto que su carrera nunca resaltó más allá de ese papel), comprendió lo que ambos tenían en común.  Desde entonces lucha por ayudar a estos perros demonizados por su peligrosa mordedura.


En 2004, año en el que recogió a Sunny, creó el refugio para canes sin hogar (Linda Blair Worldheart Foundation), además de colaborar como voluntaria en el rescate de decenas de perros en Nueva Orleans tras el huracán Katrina. El encuentro con el vagabundo American Staffordshire dio el definitivo giro a su vida y le ayudó a encontrar su verdadera vocación.

La institución sin ánimo de lucro promueve la adopción de estos animales de aspecto intimidante, la cría controlada, el adiestramiento responsable, la esterilización, además de luchar porque se modifique la legislación sobre los pitbulls en determinados municipios de Estados Unidos donde han sido prohibidos, mientras, paradójicamente, las armas de fuego campan a sus anchas. La Fundación no niega que se te trate de una raza “potencialmente peligrosa” si no es tratada adecuadamente. Lo que intentan es enfrentar a la sociedad norteamericana con la contradicción de que se trata de la tipología canina que más abandonos sufren, estigmatizados por su fisonomía y muchas veces habiendo sido adquiridos por propietarios inconscientes, atraídos por su corpulencia, como si se tratara de una arma de defensa más.

En la Fundación de Linda Blair, además de darles un cobijo, manutención y atención veterinaria, les ofrecen tratamiento permanente para que mantengan comportamientos equilibrados o se rehabiliten de malas conductas en el caso de que lo requieran. “Los refugios para animales solían ser lugares donde las familias iban a adoptar un mascota”, dice Blair. “Ahora se han convertido en lugares donde las personas abandonan a sus compañeros animales porque no pueden pagarles la comida, tratamiento veterinario o el trato que necesitan”.

Pobre cerdito

La trayectoria de la Fundación no ha sido en ningún caso una balsa de aceite. Además de enfrentarse recientemente a una ejecución hipotecaria y vivir de las donaciones particulares, en 2010, uno de los perros del refugio, un cruce de labrador, escapó y se adentró en un rancho cercano, donde agarró con su fauces a un cerdito doméstico llamado Getty. Los vecinos, al temer por la vida del gorrino, lo solucionaron metiéndole cuatro tiros al can. Getty sufrió unas leves heridas y sobrevivió, mientras que el labrador perdió la vida por su instinto de caza. Para algunos, Linda Blair será siempre la niña de El Exorcista, pero los muñecos rotos son ellos.

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