VALÈNCIA. En estos días la danza contemporánea ha tomado la ciudad de la mano del festival Dansa València. Organizado por el Institut Valencià de Cultura (IVC), la cita salpica varias salas y espacios no convencionales del municipio, una programación que se expande por distintas sedes como el Teatre Principal, la Plaça del Mercat o la Nau Ribes. Este último espacio acogerá en estos días Perseverance, de la joven compañía alicantina Marroch, un espectáculo que plantea la llegada al planeta Tierra de unos curiosos seres de blanco, una pieza que se enmarca dentro de la política de cesión del nuevo escenario del Ayuntamiento de València, una Nau de Ribes que empezó a funcionar en 2022 y que, sin embargo, no termina de arrancar por sí sola.
Fue en 2020 cuando, tal y como anunció el gobierno municipal, tenía previsto abrir sus puertas, una apertura que, sin embargo, se alargó más de lo previsto y no llegó hasta abril del año pasado. Durante sus primeros meses de vida acogió apenas un puñado de actos, como un debate en el marco del Foro Urbano València 2030, un inicio titubeante que se aclaró en septiembre, cuando la concejalía de Cultura del Ayuntamiento y el área de Teatros de la Diputación de València, ambas gestionadas por Glòria Tello, anunciaron la firma de un convenio para llevar parte de la programación del Teatro Escalante a la nave del Parc Central.
Con este movimiento se daba una solución momentánea a la falta de sede del teatro provincial, que desde 2016 opera en distintas salas de la ciudad a falta de poner en marcha sus nuevas instalaciones. Desde entonces han llevado a la nave espectáculos como Lázaro, una adaptación libre del clásico El lazarillo de Tormes a través del hip hop; o propuestas centradas en el arte de los títeres como For+ o An-Ki. Sin embargo, el desembarco del Escalante no era total. Tal y como anunció Tello durante la presentación de la nueva temporada, esta ocuparía un “50%” de la programación total del nuevo centro cultural del Ayuntamiento de València, mientras que la otra mitad se compondría de eventos organizados desde la propia concejalía o colaboraciones externas. “Tenemos ya algunas peticiones", aclaró entonces, aunque en ningún caso se llegó a concretar la programación más allá de la propuesta por el Escalante.
Desde el inicio de curso, sin embargo, ha sido principalmente el Escalante y marcas como Dansa València quienes han dado vida a al espacio. También ha acogido algún evento puntual como el festival de la fundación Arquia o la presentación del número 17 de la revista Red Escénica, actos que han animado la agenda de un espacio que todavía está por despegar. Por lo pronto, sigue a la espera, además, de contar con un proyecto propio y dirección. A esto se dará respuesta tras resolver la ‘macro licitación’ para la gestión de los cinco nuevos centros culturales promovidos por la Concejalía de Recursos Culturales y Patrimonio. El proceso, que incluye la gestión de la nave de Ribes, tuvo que ser frenado hace meses al no tener en cuenta los costes laborales derivados de un nuevo convenio colectivo, un cambio que provocó un retraso global en el proceso. El calendario que ahora maneja el Ayuntamiento apunta a un inicio de contrato del mes de julio. Sea como fuere, habrá que esperar a la temporada 2023/2024 como mínimo para concretar el proyecto de futuro de la Nau de Ribes.