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EN TIERRA DE NADIE

El final agridulce de la falla del Burning Man

El monumento que conectó a las Fiestas de Valencia con el festival de arte más popular del mundo no se quemará en 2017 y busca cerrar su ciclo con una cremà extraordinaria o en el ejercicio de 2018

3/01/2017 - 

VALENCIA. ¿Una falla lo es sin ser quemada? Hace un año que Pink Intruder, el dúo de creadores conformado por el artista visual David Moreno y el arquitecto Miguel Arraiz, daban la campanada: el Burning Man, el festival de arte más multitudinario del mundo, plantaría falla. La relación desarrollada desde hace más de dos años por los propios creativos con los organizadores del certamen -y el trabajo de otros dos valencianos afincados en San Francisco, Estados Unidos- iba a fructificar en el proyecto que llevaría por nombre Renaixement. Y así sucedió: el monumento viajó hasta la ciudad efímera de Black Rock, en el desierto de Nevada, y completó el hito de la plantà y de la interacción entre dos mundos de expresión artística.

Sin embargo, ese proyecto, becado por el propio Burning Man con 25.000 dólares (su ayuda más alta), tendrá un final agridulce. Desde hace semanas, la falla se encuentra almacenada sin un agente interesado en financiar su cremà. Una cremà por la que sus artistas piden el coste del viaje de vuelta vía marítima con el que rescataron la falla desde su instalación estadounidense ya que, como sucedería con cualquier otra falla valenciana, su incineración no era posible en el citado desierto por motivos de contaminación ambiental. Por el momento y con un estrecho margen de tiempo para encontrarle acomodo en las fiestas del próximo mes de marzo, Arraiz y Moreno asumen que el proyecto tendrá un epílogo enrarecido.

La posibilidad de Torrent

El Ayuntamiento de Torrent, que ya aportó 2.000 euros para la producción del mismo monumento, parece ser el principal interesado en completar el hito de la primera falla plantada en Estados Unidos. Renaixement, monumento con un no menos interesante trabajo de iluminación creado por Radiante con el que se completaba ese homenaje a la Lonja y al mosaico de Nolla que soportó en su emplazamiento vientos de hasta 160 km/h, no se quemará en Valencia ya que la regidoria de Cultura Festiva, que aportó 15.000 euros por su cuenta para la producción (5.000 de ellos destinados a la aportación de 126 máscaras extraídas de moldes originales por parte del Gremio de Artistas Falleros) no ha concretado el interés por rescatar la pieza.

El regidor de Cultura Festiva, Pere Fuset, no descarta una posible cremà en Valencia. En declaraciones a este diario, el edil prefiere no prometer un final feliz para la falla del Burning Man vinculada al Ayuntamiento de Valencia. Con todo, una vez también establecida una relación con los organizadores del certamen de arte (que volverán a Valencia en marzo, volverán a becar a artistas internacionales para que vivan las Fallas y grabarán un documental), admite que todavía tiene pendiente reuniones para encontrar posibles recursos y soluciones para que Renaixement se queme en el Cap i Casal.

Por su parte, el consitorio de l'Horta Sud, con el concejal de Transparencia, Actividades Lúdicas y Tradicionales Alfred Costa al frente, ambiciona a que "su ciclo se complete en Torrent". Desde este gobierno municipal ya se aportó también la red trabajo asociativa que ayudó a construir el suelo de la propia falla", un puzzle con el mosaico de Nolla "que fue la base del proyecto. Ahora, la idea, conceptualmente, es que el lugar donde se inició el proyecto sea también su punto y final". No obstante, el concejal torrentí no prevé que el proyecto tenga cabida en este mismo ejercicio: "queremos explotar la posibilidad de que la falla sea no solo disfrutada, sino explicada y contextualizada".

En Torrent quieren también contar con la implicación de los responsables del Burning Man para que el proyecto de una cremà vaya más allá y no solo abunde en el turismo en torno al monumento, sino que deje un poso en la ciudad a partir de sus rasgos sociales y artísticos. "El proyecto reúne buena parte de los valores que, precisamente, acaban de ser reconocidos por la UNESCO al declarar las Fallas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad; es un intercambio cultural, es interactivo, genera relación social, tiene una componente con el desarrollo tradicional del monumento y supondría también un premio tanto para las asociaciones que participaron como para el colectivo fallero". 

Un proyecto inconcluso

Los creadores del monumento por su parte y tal y como ha podido saber este diario han vuelto a su actividad laboral regular. De hecho, no existe un proyecto similar para que se plante falle en el Burning Man en 2017. Pink Intruder tiene algunas propuestas para hacer una cremà de Renaixement fuera del contexto fallero, aunque todavía sigue pendiente de alguna última opción para que sí sea en marzo cuando acabe un ciclo en el que aseguran haber invertido no solo su capital sino un considerable esfuerzo personal. 

El final del mismo se ha tornado agridulce para ellos, con cierta ansiedad declarada por capitular un proyecto que ha salvado un gran número de desafíos. Entre otros, diseñar -sin presupuestos de referencia- una falla capaz de ser segmentada, trasladada hasta la Costa Oeste de Estados Unidos por mar y de allí 900 millas hasta el desierto de Nevada para ser construida en condiciones extremas (0 grados de noche, 40 grados de día en medio de constantes tormentas de arena) y en pie contra los citados vientos de más de 160km/h. La prohibición de quemar los materiales habituales de las fallas en el emplazamiento generó el reto de devolverla hasta Valencia. Un reto que, por el momento, aplaza el punto y final al proyecto.


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