Hoy es 23 de noviembre
GRUPO PLAZA

para todo y todos

El futuro del diseño inclusivo se construye en València

El diseño inclusivo valenciano vive un momento de auge, se comprende como una necesidad y no tanto como una herramienta. Se comparte, se enseña y progresa hacia la universalización

27/12/2021 - 

VALÈNCIA. Parafraseando a Paola Antonelli, senior curator del MoMa, "el diseño es una reimaginación del futuro que se nutre constantemente del contexto", y cuando ese contexto incluye las las personas de todo tipo se genera un tipo de diseño inclusivo, social y universal. Gran parte de estas ideas surgen a través de la educación, e impulsando proyectos que puedan ser útiles para todo el mundo, sin distinciones. Para llegar a ello cabe recalcar ciertos nombres, asignaturas e incluso exposiciones, que surgen de València hacia el mundo con el motivo de expandirse y contar un nuevo futuro a través de producciones conscientes y adaptadas. El diseño establece una conversación constante entre la sociedad y el desarrollo. En esta conversación se contemplan diversos elementos mediadores, comprendiendo factores de utilidad, estética, economía y sociedad. 

Desde la  Escuela Técnica de Ingeniería del Diseño se alienta a los estudiantes a mirar siempre de cara al futuro favoreciendo los procesos de innovación. Un excelente ejemplo de ello son las piezas que se exponen en la exposición Diseño inclusivo y social. El diseño para las personas y el interés colectivo, que se encuentra en Las Naves hasta el 18 de febrero. La muestra, comisariada por esta Escuela Técnica y la docente Marina Puyuelo, expone de forma didáctica y abierta una visión al panorama del diseño como mediador en la construcción hacia un hábitat más compartido y responsable. En Las Naves se pueden contemplar piezas que están en pleno funcionamiento actualmente y proyectos que aún viven en el imaginario y los papeles pero que algún día habitarán la ciudad y los hogares.

Educar tanto en diseño como en inclusividad

En el máster de Ingeniería del diseño desde hace 14 años se imparten las asignaturas Diseño e inclusividad y Productos de uso colectivo. Marina Puyuelo, docente de ambas asignaturas y comisaria de la exposición de Diseño inclusivo y social aclara que la educación es una base clave para que se generen más productos de este tipo: “Ver más proyectos de este tipo te enriquece. Es una forma muy buena de dar ejemplo”. Los proyectos que se exponen en las Naves buscan impulsar las iniciativas que apoyan las industrias creativas y culturales y vienen de la mano de empresas y estudiantes de grado y máster, algunos de ellos se han hecho ya realidad y otros se plantean como hipotéticos, con la idea de hacerlos realidad de cara a un futuro próximo. 

Sin duda el momento actual en el que vivimos ha supuesto un cambio tanto en la docencia como en la creatividad de los propios alumnos, y se plantean retos más complejos en todo tipo de sectores, según aclara Puyuelo: “La pandemia que nadie se esperaba ha disminuido enormemente nuestra capacidad económica y de inversión, de eso no cabe duda. En el caso del diseño inclusivo la inversión ya era precaria, y ahora ha empeorado…” sin embargo contempla una visión no tan pesimista de cara a los futuros diseñadores: “Por contra se ha desarrollado una mayor sensibilidad, estamos en un momento de cambio de valores y paradigma. Dejar de mirarse a uno mismo ha hecho que la gente tenga una nueva visión, se han rescatado ideas que estaban abandonadas”.

En visión general los retos pueden resultar complejos a simple vista, pero ha surgido una nueva sensibilidad que ha beneficiado tanto a creadores como a usuarios, en materia de respeto y adaptación, para Puyuelo esta visión es mucho más sensata y supone un menor despliegue de lo comercial, que tanto “daño” ha hecho a este sector tan concreto del diseño: “La inclusividad ha sido muy maltratada, claro tu vas a la ONCE y piensas... total como los productos son para ciegos pues no importan ni los colores ni el diseño. Esto ha ido cambiando, el diseño se está abriendo paso poco a poco en esto”. El diseño debe comprenderse desde el primer momento del estudio como un ideario y una cultura, con la idea de que se incluyan aportaciones nuevas cada vez: “ Cuando tienes mucha oferta e ideas vas viendo cada vez más cosas y eso estimula la creatividad de los diseñadores, genera mayor sinergia”.

Del proyecto al espacio abierto

Desde el estudio Alegre Design nacen las gafas Eyesynth, que permiten a invidentes y personas con baja agudeza visual percibir el espacio a través de sonidos. Marcelo Alegre, diseñador y director del estudio contempló la necesidad de adaptar un producto como las gafas en materia de diseño: "Vimos que las personas invidentes prestaban mucha atención a la estética y la imagen. Al fin y al cabo si lo piensas las gafas son un accesorio también, nosotros lo que hicimos fue aplicar sobre un modelo un diseño para generar un producto real", aclara "Queríamos que saliera algo bonito, que tuviera un estándar de calidad alto y que se pudiera adquirir". 

Otra de las claves de Eyesynth es que el proyecto se planteó desde la innovación y teniendo constantemente en cuenta el factor de la adaptación, pero manteniendo la cabeza factores estándar del mundo de la óptica: "Lo que hicimos fue generar un producto que pudiera generar valor a la empresa, y que se pudiera desarrollar de forma factible". A día de hoy se está planeando generar una segunda tirada mejorada, los moldes ya están en marcha: "Serán más optimizadas y digitales, es lo que te puedo avanzar de momento. Para nosotros supone un gran paso hacia delante". 

Otro ejemplo de estos proyectos inspiradores es el proyecto Ginkgo, de Eva del Cotillo, ideado inicialmente para ubicarse en el Cauce del Río Turia. Cotillo plantea un espacio totalmente accesible y abierto a la información y la educación fuera de las aulas, al alcance de toda la ciudadanía. Un espacio en el que cualquier persona puede pararse en mitad de un paseo a descansar, cargar sus dispositivos electrónicos e incluso reunirse con otros compañeros: "Es un espacio totalmente abierto y adaptable, todo se puede configurar según las necesidades de la persona", aclara la diseñadora, "las pantallas y todo lo que está en el proyecto es accesible. La instalación cuenta con altavoces y pantallas a un nivel bajo para personas ciegas, en silla de ruedas, con enanismo... es un espacio público apto para todos". Esta creación a día de hoy es un proyecto hipotético pero podría ser perfectamente realizable: "Desde la profesión del diseñador se está intentando alcanzar un nivel mucho más inclusivo, aunque luego se quede por materializar".

La industrialización versus el diseño responsable

Paola Antonelli, nombre imprescindible del diseño y la arquitectura, explicaba hace poco en su conferencia Design Rules (celebrada en València) que el diseño supone un legado para generaciones futuras. Sin embargo, este trabajo tiene que tenerse en cuenta desde el principio de los tiempos, por lo que las generaciones pasadas afectan notablemente a la estructura actual. Para Puyuelo es una materia clave, que no se ha tenido en cuenta en el desarrollo industrial de los últimos 50 años: “Lo que se ha generado ha sido un concepto totalmente desproporcionado y solo basado en factores económicos y de producción. Se buscaba producir más, no mejor. Hay que retroceder en ello, hay muchos tipos de industrias implicadas que van a reaccionar constantemente en esto. El desarrollo industrial ha sido exagerado, a todos nos gusta la tecnología pero la producción en masa tiene que dejar de existir, el consumo debe disminuir y ser más racional y responsable”.

En el caso de Eyesynth de Marcelo Alegre estaba claro, las gafas (que nunca han dejado de ser una prótesis) se simplifican para volver a explorarlas: "La gente busca constantemente que el diseño forme parte de su vida, en el caso de las gafas son una prótesis que se siguen del mundo de la moda. Bien, este ejemplo se puede extrapolar a todo, al final la inclusividad solo añade al segmento de población que tiene esa necesidad especial". Para Alegre la inclusividad se asocia erróneamente a un sector de la población pequeño, cuando si se contempla desde una visión global es algo que está muy estandarizado: "En el mundo hay mucha más gente que gaste la talla 42 de zapatos que la 50, y no por ello se dejan de fabricar los zapatos más grandes. Tenemos que verlo desde esta perspectiva". 

Volviendo al tema de la educación Puyuelo aclara que desde la escuela se lucha por que los alumnos tengan la fuerza de pelear por sus proyectos e ideas, sin imposiciones de ningún tipo: “Les educamos hasta en la idea de hacer que una empresa que se plantee cambiar sus protocolos, los diseñadores tienen que ser los que disciernan en este aspecto”. En lo que se refiere a la idea de disminuir el consumo y la producción entra un factor clave: la idea de generar series más cortas y con menor producción, que en el caso de diseño inclusivo beneficia a todos, tanto a diseñadores, como a empresas y usuarios:  “Esta menor escala nos beneficia, pone los números en un nivel más interesante. No es necesario hacer un producto que le valga a millones de personas, te puedes conformar con que le valga a miles”, aclara Puyuelo, y es que para ella la inclusión y la adaptación cobran sentido a través de otros medios y pequeñas producciones, haciendo posibles planteamientos más rentables: “Es un cambio de visión, pero está arrancando aún. La gente joven tiene la visión puesta en esto”. La idea de que los jóvenes son el futuro no es nada nuevo, pero sin duda sus proyectos, enfocados en todo y para todos, lo serán… y mucho antes de lo que nos esperamos.             

Noticias relacionadas

next

Conecta con nosotros

Valencia Plaza, desde cualquier medio

Suscríbete al boletín VP

Todos los días a primera hora en tu email


Quiero suscribirme

Acceso accionistas

 


Accionistas