VALÈNCIA. La situación del Hospital General de Valencia, especialmente en el área de Urgencias, ha empeorado en las últimas dos semanas. Desde el Comité de Empresa denuncian que la saturación viene siendo constante desde septiembre del año pasado, pero en los últimos 15 días se han llegado a producir jornadas en las que había más de 60 pacientes pendientes de ingreso a la espera. Una espera que, en muchos casos, se ha llegado a alargar más de 48 horas, un hecho especialmente delicado cuando, además, los casos de covid han comenzado a repuntar.
El propio comité de empresa del centro hospitalario pidió este lunes a través de un comunicado la dimisión de la gerente, Inmaculada Renart, por la situación arrastrada de los últimos meses y por no haberles recibido para abordar las circunstancias actuales. "Este lunes 4 de julio estamos con 47 pacientes en urgencias esperando cama, algunos de ellos más de 48 horas y tres de ellos cuatro días", advierte el comité, quien denuncia que el colapso del Hospital General no se debe a "situaciones sobrevenidas" o a la pandemia de la covid-19, sino a que es el centro "con menos camas per cápita y menos personal" y está excluido "de las políticas de incremento de plantilla de la Conselleria de Sanidad".
En esta línea, desde el comité subrayaron que la crisis "persiste" pese a las medidas propuestas por la dirección que incluyen "no cerrar salas en el periodo vacacional, aumentar en 13 camas volviendo a las habitaciones con tres pacientes y suspender quirófanos programados".
La propia presidenta del comité, Rosa Zomeño, preguntada por este diario, señaló que lo que está ocurriendo estos días evidencia "una falta de previsión absoluta". "Pedimos medidas inmediatas pero en última instancia, que se derive a otros hospitales", recalcó la representante sindical, quien además ponía el acento en las "limitaciones de gestión" del centro -cabe recordar que es un consorcio y no depende de la Conselleria de Sanidad- y recordaba que el centro está "infradimensionado" puesto que debe atender a "más población, más envejecida, más residencias y con un ratio de camas inferior".
Sobre esto, desde la Conselleria de Sanidad admitieron que el Hospital General es el que más "tarjetas SIP" tiene asignadas, pero no consideraron que el centro esté "saturado". "Existe un pico asistencial, pero el hospital está al 73% de capacidad", comentaron las fuentes consultadas a este diario para poner de manifiesto que no es una situación de colapso y confiar que en que las medidas adoptadas desde el centro hagan su efecto en los próximos días.
En cuanto a la reivindicación de las derivaciones en urgencias, desde el departamento que dirige Miguel Mínguez recalcaron que no se contempla ese tipo de traslado en ningún hospital. "Se derivan pacientes si no se puede ofrecer el tratamiento de una especialidad concreta pero no por un pico asistencial", zanjaron.
Por otro lado, Zomeño lamentó que en las últimas semanas, en pleno avance de la covid, se haya acentuado la problemática de largas esperas en el área de Urgencias. "Los circuitos contra el coronavirus no resultan efectivos con personas pendientes de ingresar tantas horas", comentó, para criticar además que los módulos prefabricados que se usaron para la covid se utilicen ahora como salas de preingreso. "Son barracones sin espacio para familiares, sin baño... no son adecuados para el uso que se le está dando", concluyó.
En esta línea, y para constatar, que la problemática se arrastra varias semanas, el sindicato CSIF denunció el pasado 21 de junio en un comunicado que de forma "crónica" se acumulaban "entre 50 y 60 personas por día pendientes de ingresos". "Este lunes 20 son 64 y hoy martes siguen a la espera 53 pacientes", subrayaban entonces. Una situación que en las dos semanas transcurridas no parece haber variado ni un ápice.