VALÈNCIA. El Hospital General de València también asumirá empleados de Eresa para el servicio de resonancias y TAC. Así lo confirman desde la dirección del consorcio, quienes aseguran que van a seguir el mismo procedimiento que la Conselleria de Sanidad en el resto de hospitales públicos de subrogar a personal de la compañía privada para prestar el servicio desde la gestión pública.
Cabe recordar que, a pesar de formar parte el departamento del Hospital General de València de la red de sanidad pública valenciana, no es propiedad únicamente de la Generalitat, sino que está participado por el Gobierno valenciano y la Diputación de València a través de un consorcio, en cuyo patronato se toman las decisiones máximas sobre el funcionamiento del centro.
Desde la gerencia del Hospital General ya habían solicitado a la Conselleria de Sanidad que se sometiera a consideración de la Abogacía de la Generalitat, de la Intervención General de la Generalitat y de los servicios jurídicos de la Diputación de Valencia la "viabilidad" de la integración del personal de Eresa como trabajadores del consorcio. Y finalmente, así ocurrirá. Aunque no especifican el número de personas señalan que "en principio" serán las que actualmente prestan el servicio.
Eresa lleva prestando varios meses servicios en el departamento liderado por Enrique Ortega a pesar la finalización de los contratos de resonancias y TAC. El pasado 24 de julio finalizaba el contrato de TAC mientras que el 8 de enero había terminado el de resonancias. Dos fechas que no supusieron la salida de la compañía del hospital, donde está instalada sin concurso desde 1989. Desde que vencieron los contratos, el centro público ha seguido utilizando sus servicios que paga a través de expedientes de enriquecimiento injusto. De momento, en el Hospital General de València solo queda vigente con la compañía el contrato de medicina nuclear, que terminará a finales de 2018.
En el mes de julio, desde el departamento también señalaron que la dirección estaba estudiando si adquirir o no equipos a Eresa, algo que, por ejemplo, sí ha hecho la Conselleria de Sanidad. Además de la posible compra de equipos, el departamento recibirá una inversión por un valor de cinco millones de euros de la donación de Amancio Ortega a la sanidad pública, lo que le permitirá dotarse de un TAC -que se destinará al centro de especialidades de Torrent-, tres equipos de resonancia magnética -del que uno también irá a Torrent-, un mamógrafo digital y un acelerador lineal.
Mientras, la Conselleria de Sanidad sigue perfilando como será la transición. Como publicaba este martes Valencia Plaza, en principio solo asumirá personal de la UTE Erescanner Salud, participada en su mayoría por Eresa (Grupo Ascires), que tenga antigüedad de al menos un año en los hospitales públicos donde la empresa presta el servicio de resonancias magnéticas, según recoge el borrador del proyecto de decreto del Consell, por el que se regulan los efectos para el personal de la extinción del contrato de resonancias magnéticas en los hospitales públicos. Un decreto que todavía no ha sido aprobado, a falta de menos de un mes y medio para el final del contrato, y que recoge la fórmula para realizar la transferencia de trabajadores de la empresa privada a la administración.
Las categorías contempladas para la subrogación son la médico especialista de radiodiagnóstico, enfermero, técnico en cuidados auxiliares de enfermería y auxiliar administrativo. La administración incorporará al personal laboral a la administración con la finalización del servicio el 31 de octubre y, al margen del año de antigüedad y de estar contratado como laboral fijo, Sanidad también especifica en el borrador del proyecto de decreto que únicamente se pueden incorporar a la lista de subrogados personal que haya estado desempeñando su tarea de forma continuada y presencial en los equipos ubicados en los hospitales públicos dentro de su contrato.