VALÈNCIA. El Instituto de Investigación Sanitaria de la Fe (IIS La Fe) no pasa su mejor momento a nivel de gestión, cuestión ya conocida tras las numerosas quejas de los investigadores y las manifestaciones por parte de sus gestores.
Por tercer año consecutivo, el auditor de la fundación se negaba a firmar las cuentas a pesar de que su último gerente, Javier S. Burgos, llegaba para darle la vuelta a la tortilla. Y ahora, la situación se ha quedado estancada por el vacío de poder en la dirección económica, que ya se prolonga más de un mes.
El pasado 2 de agosto, el pleno del Consell daba a conocer la marcha de S. Burgos a la dirección general de la Alta Inspección de la Conselleria de Sanidad, dejando el mayor centro investigador de la Comunitat Valenciana sin capitán. Una cuestión a la que, de momento, no se le ha puesto solución.
No solo es la falta de gerencia sino que, según señalan trabajadores del centro, existen numerosas reticencias por parte del personal para asumir la delegación de firma que permita continuar con la gestión hasta encontrar un nuevo gerente.
Y es que la situación en la que se vio envuelta el anterior director del centro, José María Millán, ha sembrado la desconfianza por firmar y asumir responsabilidades. Esto supone el bloqueo de compras o contrataciones necesarias para seguir adelante con las investigaciones, e incluso algunos investigadores aseguran que han realizado adquisiciones con su propio dinero para no permanecer estancados.
Esta cuestión debería ser resuelta en el marco del patronato, que ha sido convocado durante dos semanas seguidas, algo excepcional. Según explican fuentes de la conselleria, el pasado lunes fueron delegadas algunas funciones. Sin embargo, desde el IIS La Fe señalan que no es posible especificar cuáles ni a quién al ser las reuniones secretas.
Este lunes volverán a reencontrarse los patronos liderados por la consellera de Sanidad, Ana Barceló, para desbloquear la situación. Además, S. Burgos también permanecerá en el patronato, por lo que es conocedor de la situación y algnos consideran que debería hacerse cargo de la firma hasta la llegada de la nueva gerencia. También se mantiene la dirección científica, ocupada por Máximo Vento.
Evidentemente, otro de los puntos primordiales es volver a sacar la dirección económica a concurso para encontrar un repuesto que intenta devolver al centro a la normalidad contable. Mientras, se mantiene la situación que tanto ha criticado la plantilla. Y es que de los 350 trabajadores del instituto solo cinco son indefinidos y de esos cinco solo uno es investigador.