VALENCIA. Las cifras son apabullantes. En todo el mundo se calcula que 2,3 billones de personas son usuarios de redes sociales. Es decir, un 30% de la población total. Si nos fijamos en nuestro país, prácticamente la mitad de la población es entusiasta de ese fenómeno en el que contamos y mostramos nuestra vida a través de la pantalla del PC o el Smartphone.
La pregunta podría ser, ¿cuál es el siguiente paso?, ¿somos capaces de seguir innovando en el mundo de las redes sociales?, ¿está ya este territorio completamente copado? La llegada y el éxito de una red como SnapChat ha traído nuevas funcionalidades a un sector que sigue en forma pero que tiene que continuar innovando para atraer a los usuarios. ¿Cómo funciona el Internet del olvido y de qué manera las apps de moda han puesto sus ojos en él?
SnapChat nació en 2011 y se ha posicionado como una de las redes sociales más influyentes. Con un valor estimado de 20.000 millones de dólares y más de 200 millones de usuarios, muchos han puesto los ojos en ella tratando de fijarse en esas cualidades que la describen como la app de moda.
Sin duda, esa característica que lo ha cambiado todo y que el resto de redes sociales se están lanzando a imitar es lo efímero de los contenidos. Cuando Snap Chat nació, muchos la consideraron una red ideal para practicar sexting, es decir, para mandar contenidos subidos de tono a otros contactos. ¿Por qué? Porque SnapChat borra esos vídeos y fotos 24 horas después de que hayan sido colgados, desapareciendo su rastro para siempre e impidiendo que puedan volver a verse.
La revolución vino cuando se lanzó la función ‘My Story’ que daba el paso de esa mensajería privada a una percepción pública, en la que todos nuestros “amigos” (así se llama a los contactos de esta red social) podían visualizar el contenido que el dueño del perfil colgara. Así, SnapChat se convirtió en un nuevo altavoz para esas estrellas de Internet que las redes sociales han descubierto. A los youtubers o instagrammers sumamos ahora los snappers, que han elevado el éxito de la app, que creció en usuarios y en otros aspectos marketeros como es el interés de las marcas por emplear su potencial.
Pero, ¿por qué triunfa el Internet del olvido?, ¿dónde está la gracia de colgar un contenido que sabemos que desaparecerá tras 24 horas? En la era del consumo inmediato, de las tendencias que se suceden sin parar, SnapChat parece haber dado en el blanco. El hecho de que los vídeos tengan fecha de caducidad parece invitar a hacerlos de una forma más lúdica y divertida. Los usuarios se atreven con todo y no temen a la vergüenza ni al escarnio en las redes sociales puesto que el ”hechizo” desaparece a las pocas horas, como en el cuento de la Cenicienta. Así, los snappers se lanzan con fotos alocadas, vídeos espontáneos e impulsivos, contenido que no ha pasado por filtros sino que se vuelca en la red de manera alegre y desenfadada. Sólo importa el aquí y el ahora. Toda la pasión y la diversión que se sea capaz de concentrar en unos pocos segundos, eso define el éxito de este tipo de red social.
Y, si pensamos un poco en quién es el público objetivo al que más puede interesar producir este tipo de vídeos irreflexivos, canallas y desternillantes no tardaremos mucho en llegar a la respuesta. Por supuesto, el público millennial. El target más deseado, el que buscan las marcas, el que mueve el mundo de Internet. Los jóvenes entre 18 y 35 años son los reyes del mambo digital. SnapChat ha conectado con ellos como nadie y, por eso, ahora todos quieren ser como él.
A principios del mes de agosto, saltaba la noticia. Instagram lanzaba la función Stories, que permite colgar vídeos e imágenes que, adivinadlo, desaparecen a las 24 horas. Las acusaciones de plagio por parte de la comunidad de Internet no se hicieron esperar, pues esta nueva funcionalidad de Instagram comparte incluso el nombre con la que SnapChat se ha hecho popular: ‘My Story’.
Instagram no ha tenido ningún pudor en lanzar al mercado esta actualización que le permite competir directamente con aquello que hace más atractivo a la red del fantasmita. En su intento por seguir creciendo en número de seguidores, no ha dudado en ofrecer a los instagrammers una herramienta que no les haga buscar fuera de su propio site esa diversión que SnapChat parece ofrecer a los millennials.
Sin embargo, ya hay algunas voces que se quejan abiertamente de que Stories no es tan fácil de usar como SnapChat y no contiene tantas funcionalidades. Para acceder, hemos de pulsar en el icono “más” que aparece en la esquina superior izquierda de la pantalla. Los controles para editar permiten integrar texto en diferentes colores y texturas y también incluir emojis. Además, por supuesto, se pueden comentar e interactuar sobre las stories de otros usuarios, verdadero motor para que las redes sociales tengan éxito.
Como sabéis, Instagram pertenece a Facebook, la red social más usada y, por tanto, la que puede ser considerada como más poderosa del mundo. Seguro que también habéis oído hablar de los infructuosos intentos de la gente de Zuckerberg en 2013 por hacerse con el control de SnapChat, es decir, por comprarlo y anular así a la competencia convirtiendo a ésta en un jugador de su tablero.
Que no le coma terreno con funcionalidades que ellos no ofrecen, que los usuarios no se sientan interesados por algo que Facebook también es capaz de desarrollar, parece uno de los objetivos de la plataforma. No basta con Stories en Instagram, la propia red de la “F azul” se ha puesto al día con actualizaciones que quieren competir directamente con SnapChat.
Hace tan sólo unas semanas Facebook ha puesto en marcha una jugada con la que quiere rivalizar con su adversario. A esto responde el lanzamiento de Lifestage. No se trata de una herramienta más, sino de una red social nueva, ideada para el público millennial. De hecho, Lifestage impide que los mayores de 21 años accedan a otros perfiles. Lo que quiere es copar el mercado adolescente, dándole su propio hueco y altavoz, en el que los adultos no tengan cabida, lo que viene a significar, para muchos, más diversión y desenfreno.
Y, claro está, para que todo esto fructifique, de nuevo nos encontramos con el Internet del olvido, con unas publicaciones que desaparecen para siempre tras 24 horas en las redes sociales. Se pueden usar filtros, se pueden emplear pegatinas y, fundamental, se puede conectar con los chicos que pertenecen a un mismo instituto. Como decimos, Facebook apuesta por llegar a todos los targets y con Lifestage, tienta a los más jóvenes.
En las oficinas de Twitter no están de enhorabuena precisamente. Las cifras dicen que pierde popularidad y notoriedad, sencillamente, porque pierde usuarios. Y ahora que la red social del pajarito ha sido superada en seguidores por SnapChat, que ya cuenta con 150 millones de usuarios diarios, no pierde detalle de las funcionalidades que han hecho que ésta subiera como la espuma y que pueden relanzar a Twitter en esta etapa de necesaria reconversión.
En octubre del año pasado lanzaba Moments, una herramienta que, poco a poco, ha ido incorporando a todos los países. Moments nació con el objetivo de poder señalar y disfrutar de aquellos instantes especiales e irrepetibles, apostando por enganchar al usuario a través del sentimentalismo y de su deseo de trascender como narrador de historias. Una experiencia con la que también se puede interactuar mediante comentarios o retuits.
En un deseo por aproximarse al desenfado que SnapChat parece irradiar, Twitter también ha anunciado el lanzamiento de colecciones de stickers. Esto son un remedo de pegatinas que se pueden incluir en las imágenes y que la red del fantasmita puso de moda. Creatividad, diversión y un punto de locura, todo lo necesario para, de nuevo, acercarse a los millennials.
El negocio de las redes sociales es un asunto muy serio. SnapChat ha revolucionado el panorama al permitir la creación de vídeos y fotos alocados, lúdicos, perfectos para conectar con el público más joven. Así, veteranas como Facebook o Twitter tratan de seguir sus pasos, pues estar al día en las tendencias que triunfan entre los millennials es clave para no perder el tren en uno de los sectores más competitivos de nuestra era digital.
Para más información pinche aquí.