La sentencia le podría estallar a Bonig en plena precampaña de las municipales y autonómicas del 2019
VALÈNCIA. El juicio por la presunta financiación ilegal del Partido Popular de la Comunitat Valenciana en la época de Francisco Camps quedó visto para sentencia este martes. Ahora solo falta que el magistrado de la Audiencia Nacional José María Vázquez Honrubia firme una sentencia que, salvo sorpresa mayúscula, pondrá negro sobre blanco un secreto a voces, que el PPCV pagó los actos electorales de varias campañas entre 2007 y 2008 con dinero negro. La mayor parte de los letrados de las defensas prevén que el fallo sea condenatorio.
La única duda que sobrevolaba la sala era si el magistrado presidente apreciará las dilaciones indebidas que en cascada ha solicitado una defensa tras otra. Vázquez Honrubia suele ir bastante de la mano con la Fiscalía en la mayoría de sus juicios y sentencias, si bien es cierto que es un magistrado garantista que no duda en reducir penas si cree que ha habido retrasos injustificados en la instrucción.
Pero por muy garantista que sea el juez, ninguno de los acusados valencianos, excepto el exsecretario general del PPCV Ricardo Costa, tendría una atenuación de la pena lo suficientemente grande como para eludir la prisión en caso de ser condenados. Tanto el exvicepresidente del Gobierno valenciano Vicente Rambla, para el que piden seis años de cárcel, como para el vicesecretario, David Serra; la exgerente, Cristina Ibáñez, y la extesorera, Yolanda García, para los que la Fiscalía Anticorrupción solicita siete años y medio de cárcel, ingresarán en prisión si son condenados, pues son penas mucho más elevadas que la de Ricardo Costa.
La fiscal Myriam Segura fue clara e incisiva en sus conclusiones sobre las responsabilidades de Rambla, Serra, Ibáñez y García: todos lo sabía y todos participaron. No dejó lugar a la duda en su exposición de hechos. Y para ejemplo, un botón. Según la fiscal, "hubo proactividad por parte de la Conselleria que dirigía el señor Rambla. No solo es que Costa dijera que era el sucesor de Campos, sino que Álvaro Pérez dijo que le llamaba y le decía a quién le tenía que facturar y le preguntaba: '¿En negro?' 'Claro que en negro', contestaba Rambla".
Si este juicio y la futura sentencia significan algo, es el antes y el después que generarán dentro de las filas populares. La condena implicará que la Justicia cree que el PP de Francisco Camps se ‘dopó’, que llegó a las elecciones con una ventaja evidente e ‘ilegal’ con respecto al resto de partidos que concurrían en esos comicios.
Y a esta evidencia hay que sumarle los tiempos, nada favorables al partido que dirige Isabel Bonig. Cabe recordar que el juicio se ha realizado en un juzgado de lo Penal y, por tanto, solo hay un magistrado al frente del mismo, y no tres como en las salas de la Audiencia Nacional, lo que por si mismo supone menos rapidez en todo. Que en un juicio como este tarde alrededor de cinco o seis meses en salir la sentencia no es raro, de hecho es normal, y eso cuando al frente de la sala hay tres jueces. En este caso, no sería descartable que esos plazos se dilaten en el tiempo puesto que solo hay un juez y no está exento de trabajo, por lo que igual Bonig se merienda con la sentencia en plena precampaña electoral de las autonómicas de 2019. Un pastel para la oposición y una bomba de relojería para ella.
En cuanto a la cúpula de la trama corrupta, el tridente formado por Álvaro Pérez, Pablo Crespo y el cerebro, Francisco Correa, alias ‘don Vito’ tampoco ha salido mal parado de este juicio. El que mejor lo tiene de todos es Correa, pues ha pasado de una petición inicial de 22 años de cárcel a siete y medio. El resto también ha visto rebajadas sus penas sustancialmente. Pero lo que al principio de la mañana era un ‘perita en dulce’ se tornó en una fruta envenenada tras conocerse la sentencia del Tribunal Supremo sobre la pieza de Fitur, donde toda la cúpula de la Gürtel era condenada a importantes penas de prisión.
Este hecho es importante porque al estar presentes en varias piezas del caso Gürtel, les caigan las penas que les caigan cumplirán el triple de la mayor de las penas. Es decir, en este juicio sería un máximo de 9 años de cárcel. Aunque hay que recordar que en Fitur han sido condenados, entre otros delitos, como autores de un delito de malversación de caudales públicos a seis años cada uno de ellos, lo que les obliga a cumplir 18 años de prisión, una condena que pone en la cuerda floja cualquier colaboración futura.
Sobre ellos, el abogado del Estado fue concluyente: "El único que ha reparado el daño ha sido Francisco Correa, que ha desbloqueado una de sus cuentas en Suiza y hace un cuarto de hora que han ingresado el dinero en Hacienda. Esto es importante porque todos sabemos las dificultades que supone trabajar con Suiza". "El resto no ha hecho nada", apostilló.
Quienes verdaderamente han salido beneficiados de este juicio son los empresarios que pagaron en B las campañas del PPCV de Camps, pues pactaron con la Fiscalía Anticorrupción una conformidad que no solo dejaba en una multa sus delitos, sino que además la condena era física a cada empresario y no a la empresa, lo que les ha permitido continuar trabajando con la administración pública.
De los acusados, solo Álvaro Pérez utilizó el derecho a decir última palabra que tiene todo procesado. 'El Bigotes' fue más que crítico con todo y con todos, pero sobre todo con la Justicia y con la fiscal del caso Myriam Segura.
"Muchas personas estarán celebrando mi condena en Fitur, sacarán el confeti y a celebrarlo. A veces me preguntan si estoy cumpliendo y digo que no, pero hoy no estaré en preventivo. Cuando digo la condena me preguntan a quién he matado. No he matado a nadie y me han caído siete. Hoy estoy triste mirándole a los ojos. Hoy he dejado de creer en la Justicia. Hoy mirándola a usted señora fiscal, de qué me sirve colaborar", manifestó.
"Sé lo que he hecho, lo que le he dicho mirándola a los ojos señora fiscal. Cuando le interesa me creen y cuando le interesa no me creen. Siento que no creo en la Justicia. No voy a volver a colaborar. Vivo en una ruina personal. No tenía ni un céntimo. Vivimos momentos convulsos, lo que debería pedir la gente son sentencias justas. Yo la único que quería era Justicia y hoy ha muerto", añadió.
Y concluyó: "Rezo para que más pronto que tarde todo esto llegue a un tribunal de derechos humanos que no se deje amedrentar. Ese día saldré de Valdemoro mirando a los ojos y los que me han hecho todo esto seguirán sentados en su sitio, pero si me dan fuerza y vida intentaré acabar con la carrera de todos ellos".
Tras escucharse el "visto para sentencia", todos los procesados abandonaron la Audiencia Nacional siendo conscientes de que tras la sentencia emitida este martes por el Supremo, sus posibilidades de salir absueltos han caído en picado.