VALENCIA. El intento de expansión de Mercadona por Europa, concretamente a Italia, ha llegado a ocupar protagonismo hasta en un testamento. Concretamente, el rey de los supermercados italianos, Bernardo Caprotti, quien murió esta semana a los 90 años, vetó en su testamento la venta de su cadena Esselunga a la empresa de Juan Roig.
Capriotti había intentado vender la empresa en varias ocasiones para no dejar tal conglomerado a sus hijos, pero las negociaciones no fructificaron con el empresario en vida. En su testamento, Capriotti habla de "colocación internacional". "Ahold (holandesa) sería ideal, Mercadona no", se apunta.
La compañía valenciana estableció negociaciones con el propietario para adquirir Esselunga en 2010, pero el alto precio que pedía el empresario, 2.000 millones y la guerra accionarial en la que entró con sus hijos, hicieron que Juan Roig diera marcha atrás. De hecho, Mercadona ha optado por un crecimiento orgánico para salir fuera de España, concretamente a Portugal.
Esselunga, con 22.000 empleados y 7.300 millones de euros de facturación anual, ha sido puesta a la venta entre fondos de capital riesgo por unos 6.000 millones, operación que ha sido paralizada tras el fallecimiento del magnate.