El experto advierte que se está produciendo una interesante divergencia entre noticias macroeconómicas y de política monetaria estadounidense
MADRID. El testimonio semianual del presidente de la Reserva Federal (FED), Jerome Powell, fue una vez más de tono bastante moderado, resaltando de nuevo las altas probabilidades de una bajada de tipos en la reunión de política monetaria de julio. Al día siguiente, unos sólidos datos de inflación en EE UU parecían contradecir la postura de Powell, aunque el mercado decidió ignorarlo en gran medida, convirtiendo al dólar en la divisa peor parada entre las G10 esa semana.
A pesar de ello, el protagonismo volvió a caer sobre las monedas emergentes. Aunque estas volvieron a ver un impulso generalizado, liderado por una fuerte apreciación del real brasileño, la lira turca fue en sentido contrario y caía en picado tras darse a conocer a finales de la semana anterior que el presidente Erdogan había reemplazado al director de su banco central.
Esta semana será inusualmente tranquila en términos de noticias macroeconómicas. Aunque nos mantenemos expuestos al riesgo derivado del conflicto comercial entre EE UU y China, así como del Brexit, esperamos ver una actividad veraniega bastante relajada en los mercados de divisas.
En la zona euro vimos una sorpresa al alza en las cifras de producción industrial del mes de mayo. Aunque es cierto que este dato queda ya algo lejano, este indica que el riesgo de recesión en la Eurozona es muy bajo. Los consumidores europeos continúan impulsando los datos gracias a una creación de empleo estable y un decente incremento en los salarios reales. Sin embargo, el euro no está avanzando de una manera totalmente proporcional a estos datos ya que persiste el miedo a una repetición del estímulo monetario por parte del BCE. Por lo tanto, para poder ver un fuerte impulso del euro tendremos primero que ver una postura menos acomodativa por parte de los miembros del banco central - con un calendario muy vacío esta semana en este sentido.
Los datos macroeconómicos mixtos que estamos viendo en el Reino unido aún no logran dar una imagen clara del impacto que está teniendo la incertidumbre derivada del Brexit en consumidores y negocios. La ausencia de colapso alguno en las inversiones parece indicar que las empresas del Reino Unido están tomando una posición optimista ante la posibilidad de un Brexit sin acuerdo, aunque el mercado de apuestas parece colocar la posibilidad de que esto ocurra aproximante en uno sobre tres.
Se está produciendo una interesante divergencia entre noticias macroeconómicas y de política monetaria en EE UU. No se puede negar el tono acomodativo de la Reserva Federal, especialmente después de que su presidente Powell hiciera clara su intención de recortar tipos de interés comenzando por la reunión de política monetaria de finales de mes. Mientras tanto, la inflación subyacente (que no incluye los componentes volátiles de alimentos y energía) se ha mantenido por encima del objetivo de la FED del 2% durante ya 18 meses seguidos. Los resultados de junio continuan siendo considerablemente más fuerte de lo esperado. No hay ningún signo de una ralentización en la creación de empleo y los índices laborales secundarios muestran una fuerza laboral cada vez más asertiva y segura. Mantenemos nuestra opinión de que el margen de recortes de tipos de interés en EE UU es menos de la que se está descontando por el mercado.
Enrique Díaz-Álvarez es director de Riesgos de Ebury
Informe elaborado por Julian Abdey, Justin Toner, y Damien J. McCann