VALENCIA. El nuevo Marina Beach Hotel tendrá “un diseño singular” cuya principal característica será un revestimiento completamente abierto al mar. Sin poder hablar de una fachada acristalada, puesto que no será de este material, el objetivo es la integración total entre el paisaje de playa y el interior del inmueble. Esto quiere decir que toda la piel exterior tendrá un cerramiento especial sin muros ni ventanas. Para lograr tal fin se invertirá la mitad del presupuesto total del proyecto, unos 7 millones de euros, en el que no se incluye todavía la partida que irá a parar al interiorismo y a los diseñadores.
Se trata, en cualquier caso, de una idea incipiente. Podría verse limitada por las normas municipales que afectan a toda la zona de la playa de Las Arenas, donde se quiere ubicar el nuevo negocio hotelero (Paseo de Neptuno, 72). Atendiendo a la misma, se deben respetar características estructurales de las fachadas, tales como las pérgolas de hormingón. Es por ello que todavía están pendientes de tramitar los permisos de obras y las licencias de actividad para definir las posibilidades reales de los bocetos que hay sobre la mesa.
Así lo desvela José Martí, del estudio ERRE Arquitectura, quien liderará el proyecto puesto en marcha por Antonio Calero, el principal socio propietario del complejo de la Marina Real de Valencia con igual nombre al hotel, el club de playa Marina Beach. “Es una gran oportunidad, estamos muy contentos”, expresa el profesional, amigo personal de Calero desde hace 30 años. “Él tiene muchas ideas y nosotros queremos aportar las nuestras. Se trata de un proyecto que nos apetece mucho, enfocado a generar actividad en la Marina”, ha explicado el también autor de edificios ubicados dentro de la zona, como Edem y Lanzadera.
Aunque se aspira a las 5 estrellas, todo depende de que se adapte a las especificaciones que requieren en cuanto a superficies, habitaciones o equipamientos. Se habla de la proyección de “un hotel de referencia” y “carácter exclusivo”, pero que al tiempo “mantenga los pies en el suelo” y “respete el entorno”. En este sentido se apuesta por la sostenibilidad, de modo que se aproveche la climatología y la orientación. “La premisa es potenciar la visión al mar, huir de los pasillos y que la luz natural se cuele por todos los espacios, incluso entrando en circulación vertical”, explica el responsable del proyecto.
Esto hace pensar en las posibilidades de la cúpula. El inmueble, que ronda los 4.000 m2 de planta, estará distribuido en un bajo, tres alturas y un ático, cuya funcionalidad está pendiente de definir. “Tenemos que aprovechar todo metro cuadrado exterior. La intención es que haya una zona común a la que se pueda acceder desde el interior y las habitaciones”, avanza Martí. Queda por ver si se tratará de una terraza tipo lounge o si habrá un techo abierto que permita una visión panorámica del cielo.
Como ya contó Valencia Plaza, se crearán 50 habitaciones, todas diferentes entre sí. Cada una correrá a cargo de un diseñador local y una gran empresa del sector del mueble, entre las que ya se cuentan Andreu World, Viccarbe o Porcelanosa. No obstante, todas ellas se englobarán bajo un concepto común, presente en zonas comunes y hall, que presumiblemente girará en torno a la idea del mar, el agua y la playa.