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tienen tres años para hallar una nueva fórmula

El Mercado Central se da un año de autogestión

Los comerciantes votan mayoritariamente a favor de seguir autogestionándose mientras se dirimen fórmulas para modificar su estatus

26/01/2017 - 

VALENCIA. Tienen tres años a partir de este 1 de enero. Hasta el 1 de enero de 2020. A partir de entonces se verá. Pero lo que quedó claro este miércoles es que los vendedores del Mercado Central quieren seguir siendo libres y no depender del Ayuntamiento de Valencia.

En una votación en la que participaron 199 puestos de los 260 que tiene censados el mercado, es decir, el 75% de los comerciantes, el 87,5% apoyaron continuar con la autogestión, frente al 11% que se opuso y defendían estar bajo el paraguas consistorial. Sólo hubo tres abstenciones.

Con esta decisión los comerciantes aprobaban la modificación del convenio en su punto segundo, y han ganado tiempo al conseguir un año, prorrogable expresamente por periodos de un año hasta un máximo de tres, mientras se negocia una nueva fórmula de gestión para el Mercado Central.

Hasta este 2017 la concesión era de 50 años y se revisaba cada diez, fecha que se cumplía en este curso. Sin embargo desde el ayuntamiento se dijo que no se ajustaba a la legislación actual y que no podía prorrogarse del modo que estaba estipulado.

Tras varios meses de negociaciones, se llegó a este principio de acuerdo: votar, tres años de tiempo, e ir negociando. “No es lo que hubiera deseado el Mercado, porque la anterior formula era mejor”, explicaban desde los vendedores, “pero los comerciantes entienden que hay que adecuarse a la nueva normativa y estar dentro de la legalidad”.

Mejor independientes

Los vendedores del centenario mercado, inmersos en este aggiornamento legal, en realidad lo que votaban era sobre la oportunidad o no de depender del consistorio. Desde la junta directiva se había remitido un documento con las diferencias entre estar a expensas del Ayuntamiento o seguir siendo libres. Y eran bastante desalentadoras para la Casa Gran.

Por ejemplo, por el principio de caja única de los ayuntamientos, lo ingresado por tasas de mercados se podrían destinar para otros proyectos de la ciudad o inversiones en otros mercados, y el consistorio no tenía por qué reinvertir lo pagado por los vendedores del Mercado Central en su inmueble. Encima no sería más barato, ya que el coste de la tasa municipal sería muy similar.

La apertura y el acceso al Mercado sólo podría ser en horario comercial (desde las siete de la mañana hasta las tres de la tarde), y cualquier carga y descarga o trabajos fuera de ese horario obligaría a una burocracia muy lenta. Por si fuera poco, los vendedores no contarían con vigilancia de ningún tipo.

El mantenimiento dependería del Ayuntamiento o de una empresa externa contratada por éste, no existiría asistencia técnica al vendedor ante cualquier emergencia, y en lo que se refiere a asistencia de las instalaciones comunes se harían cuando pudiesen, como en otros mercados. Además de otras carencias como perder el servicio a domicilio, no poder controlar el servicio de limpieza… Demasiados contras, pues, que explican el porqué de esa votación tan mayoritaria en un sentido.

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